jueves, 12 de febrero de 2009

GUANTANAMO BAY, José Antonio Fornaris.



Managua, La Habana. Febrero 12 de 2009. (SDP) La Base Naval de Guantánamo, o mejor dicho, su devolución al gobierno de Cuba, parece que va a ser el nuevo punto de fricción con Estados Unidos.

Parte del elenco en el poder ha hecho insinuaciones sobre el guión de esa obra a subir a las tablas en cualquier momento.

Barack Obama es un individuo que ha despertado muchas buenas expectativas en disímiles lugares del planeta, incluyendo a la Mayor de las Antillas.

Los gobernantes de la isla dan como un gran éxito haber podido mantener el poder, a pesar de los conflictos casi permanentes durante diez diferentes administraciones estadounidenses. “No han podido destruir la Revolución”, aseguran. Mientras se presentan así mismos como los buenos.

Es una interesante manera de razonar porque la lógica indica que cuando alguien tiene problemas continuados con varias personas diferentes, el problemático o el culpable es el pendenciero.

El modus operandi ha sido culpar siempre, por todo o casi todo lo que ocurre en Cuba, al Presidente de Estados Unidos. Pero el negro-blanco y estadounidense Obama rompe con los moldes pre establecidos de culpable. Por lo tanto, hay que buscar algún argumento de mucha sensibilidad para los cubanos.

Descartado está que en ningún momento se mencionará que el convenio firmado entre los gobiernos de Cuba y Estados Unidos en 1 903 referente a la Base Naval de Guantánamo es a perpetuidad. Y por su puesto, para alterar eso, ambas partes tienen que estar de acuerdo.

No tiene mucho sentido pensar siquiera que la actual administración estadounidense le entregue ese enclave al régimen antidemocrático y de foránea ideología que trata a toda costa de permanecer en el poder en Cuba.

Así que lo más probable es que La Habana ponga en práctica la herencia de Chauvin, aquel francés tan apasionado por el imperio de su país, que legó a la posteridad “chovinismo” como sinónimo de patriotismo exagerado y rechazo extremo a algo extranjero.

Reincorporar ese territorio a la soberanía cubana es algo que habrá que lograr. Es muy cierto que esa parte de la isla nunca se le ha vendido o se le ha regalado al vecino país.
Pero eso debe ser en su momento.

Incluso, con un gobierno democrático, lo más sensato debería ser lograr un nuevo convenio por otros veinte o veinticinco años y emplear el dinero obtenido, de forma integra, en elevar el nivel de vida de la población guantanamera.

Esa es la región más pobre o una de las más pobres de Cuba. Y para nadie es un secreto que este país es bastante pobre.

Confiemos en que Obama no se deje presionar o impresionar, y le entregue la base, con bahía y todo, al gobierno vitalicio de los Castro. Eso sería otorgarles una victoria política de graves consecuencias para el logro de la democracia en la isla.
fornarisjo@yahoo.com

No hay comentarios: