Managua, La Habana, febrero 12 2009 (SDP) Asistir a un hospital en Cuba encierra sus riesgos, sobre todo si se trata de aquellos hospitales a los que debe acudir la generalidad de la población.
Las malas anécdotas que se han conocido y que se puedan recordar, datan de más de dos décadas, cuando la falta de higiene por la carencia de agua, la inexistencia de lámparas para la iluminación en pasillos, cuartos y otros sitios y el deterioro general de la infraestructura, han conspirado contra la salud y la vida de muchos.
“A quien le íbamos a reclamar” exclamó un hombre que en el año 1993 cuidaba a su anciana madre en el Hospital Clínico Quirúrgico de 10 de Octubre (Quinta Dependientes). Salvaron la vida de forma milagrosa cuando salieron del baño instantes antes que cayera una gran porción del techo que seguramente los hubiera aplastado.
“Doctor, por favor, déme el alta porque si me quedo voy a morir aquí, cuando estoy durmiendo las cucarachas me despiertan caminándome por el cuerpo”, recordó Fernando, un anciano que ingresó en 1996 con un infarto cardiaco en el hospital Julio Trigo en Ciudad Habana.
“La sangre estaba pegada al colchón cuando yo llegué y no había agua para quitarla, dicen que era de un joven que había muerto por un accidente un rato antes que yo llegara” contó Carmen, una anciana que en el 2001 llegó al hospital Calixto García con una fractura de cadera.
La situación con respecto a los centros de salud se ha tornado tan difícil y reiterativa que se conoce de médicos que comentan con familiares y amigos que al hospital sólo se debe asistir en caso de urgencia. Y agregan: “Lo que se pueda resolver en casa o en una consulta externa, mejor”.
Para Ismael, de 40 años, la necesidad fue quien lo llevó al hospital Julio Trigo tras un accidente automovilístico.
“Llegue muy mal, con una herida en el vientre y varias en las piernas, me ingresaron y debido a las malas condiciones higiénicas que allí existen, contraje una pseudomonas (germen que puede atacar diferentes zonas del cuerpo humano) en el hueso de la pierna que me trataron sin resultado. La pierna se hinchó y me daba mucho dolor y fiebre.”
Afirma que tuvo que pagar 10 CUC para conseguir una cama en el hospital ortopédico Frank País ya que cuando trató de ingresar por las vías regulares en ese centro, le informaron que la pseudomona se la tenía que quitar donde la había cogido porque allí no habían camas disponibles
“Ya de aquello hace tres años y ahora es que más o menos camino, pues la pierna me quedó un poco más corta que la otra, pero ¿a quien le voy a reclamar?
Oficialmente los servicios médicos en Cuba son gratuitos, sin embargo muchos tratan de gratificar las buenas atenciones del médico y del personal paramédico con algún obsequio. Esto mide el agradecimiento, pero también abre la posibilidad de una nueva consulta o tratamiento.
En ese sentido, Lisvet, quien trabaja como enfermera en uno de estos centros, comenta: “No es que se acepten pagos por el servicio, pero si yo trato bien a los pacientes y ellos quieren tener gestos conmigo, todos estamos necesitados.”
La realidad toma fuerza aunque la propaganda gubernamental quiera dar otra imagen. Todo parece indicar que ante la carencia de galenos, su personal de apoyo, y las condiciones para trabajar, la generalidad de la población cubana no divisa otras soluciones.
amarilisrey@yahoo.com
Las malas anécdotas que se han conocido y que se puedan recordar, datan de más de dos décadas, cuando la falta de higiene por la carencia de agua, la inexistencia de lámparas para la iluminación en pasillos, cuartos y otros sitios y el deterioro general de la infraestructura, han conspirado contra la salud y la vida de muchos.
“A quien le íbamos a reclamar” exclamó un hombre que en el año 1993 cuidaba a su anciana madre en el Hospital Clínico Quirúrgico de 10 de Octubre (Quinta Dependientes). Salvaron la vida de forma milagrosa cuando salieron del baño instantes antes que cayera una gran porción del techo que seguramente los hubiera aplastado.
“Doctor, por favor, déme el alta porque si me quedo voy a morir aquí, cuando estoy durmiendo las cucarachas me despiertan caminándome por el cuerpo”, recordó Fernando, un anciano que ingresó en 1996 con un infarto cardiaco en el hospital Julio Trigo en Ciudad Habana.
“La sangre estaba pegada al colchón cuando yo llegué y no había agua para quitarla, dicen que era de un joven que había muerto por un accidente un rato antes que yo llegara” contó Carmen, una anciana que en el 2001 llegó al hospital Calixto García con una fractura de cadera.
La situación con respecto a los centros de salud se ha tornado tan difícil y reiterativa que se conoce de médicos que comentan con familiares y amigos que al hospital sólo se debe asistir en caso de urgencia. Y agregan: “Lo que se pueda resolver en casa o en una consulta externa, mejor”.
Para Ismael, de 40 años, la necesidad fue quien lo llevó al hospital Julio Trigo tras un accidente automovilístico.
“Llegue muy mal, con una herida en el vientre y varias en las piernas, me ingresaron y debido a las malas condiciones higiénicas que allí existen, contraje una pseudomonas (germen que puede atacar diferentes zonas del cuerpo humano) en el hueso de la pierna que me trataron sin resultado. La pierna se hinchó y me daba mucho dolor y fiebre.”
Afirma que tuvo que pagar 10 CUC para conseguir una cama en el hospital ortopédico Frank País ya que cuando trató de ingresar por las vías regulares en ese centro, le informaron que la pseudomona se la tenía que quitar donde la había cogido porque allí no habían camas disponibles
“Ya de aquello hace tres años y ahora es que más o menos camino, pues la pierna me quedó un poco más corta que la otra, pero ¿a quien le voy a reclamar?
Oficialmente los servicios médicos en Cuba son gratuitos, sin embargo muchos tratan de gratificar las buenas atenciones del médico y del personal paramédico con algún obsequio. Esto mide el agradecimiento, pero también abre la posibilidad de una nueva consulta o tratamiento.
En ese sentido, Lisvet, quien trabaja como enfermera en uno de estos centros, comenta: “No es que se acepten pagos por el servicio, pero si yo trato bien a los pacientes y ellos quieren tener gestos conmigo, todos estamos necesitados.”
La realidad toma fuerza aunque la propaganda gubernamental quiera dar otra imagen. Todo parece indicar que ante la carencia de galenos, su personal de apoyo, y las condiciones para trabajar, la generalidad de la población cubana no divisa otras soluciones.
amarilisrey@yahoo.com
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