Arroyo Naranjo, La Habana, febrero 12 de 2009, (SDP) Si hurgamos en los registros sobre las importaciones después de la caída del bloque socialista europeo, incluso con sus altas y bajas, el problema de la alimentación, los subsidios y las gratuidades, han permanecido invariables.
El consumo de arroz, por ejemplo, es parte esencial en nuestra mesa. Cada cubano consume al día 300 ó 400 gramos de este grano, que en la medida de las posibilidades se acompaña con potajes o algo de proteína. Las siete libras mensuales que recibe cada ciudadano, legalmente registrado en la OFICODA, sólo alcanzan para los primeros diez días del mes.
Para el sector agrícola producir una tonelada de arroz representa desembolsar doscientos dólares desde la siembra hasta su acopio. Según el economista Ariel terrero Font, comentarista habitual en la tele-revista Buenos Días, en el año 2003 Cuba logró acopiar 715 mil toneladas de arroz. Tres años después, en el período 2006-2007, sólo se lograron cosechar 410 mil toneladas.
Desde el año 2003, Cuba ha incrementado las importaciones de arroz, café y azúcar, este último catalogado como el principal rubro exportable en las tres décadas de intercambio económico con el Consejo de Ayuda Mutua Económica (CAME).
Los planes arroceros en la provincia de Pinar del Río, en particular el de Los Palacios, uno de los principales productores de la provincia, hasta el 2008 tuvo un decrecimiento en su producción de más del 4%.
Hoy en día Cuba importa el 80% del arroz que consume. Aproximadamente la tercera parte del arroz importado se compra en los Estados Unidos, país que a pesar de mantener el embargo a la isla, excluye dicho rubro de las sanciones.
Para este año, Vietnam prevé comercializar con Cuba 400 mil toneladas de arroz, cifra que se ajustaría a los precios actuales.
A pesar que el pasado año el precio del arroz aumentó en un 76% en el mercado internacional (de 285 a 1000 dólares la tonelada), el Estado se vio obligado a incrementar las compras en China, Vietnam y Estados Unidos para mantener las cuotas de subsidios a la población.
En el periodo revolucionario, las crisis del capitalismo han pasado desapercibidas para el ciudadano común, sujeto a los racionamientos y a la venta controlada de productos liberados en moneda nacional o convertible.
La crisis del neoliberalismo, la recesión económica en Estados Unidos e Inglaterra, sólo vienen acentuar la incompetencia reinante en el sector agroalimentario, debido al excesivo apadrinamiento burocrático a cargo de los mecanismos de control del Estado.
La producción interna de arroz, renglón esencial en la canasta básica, carga con el lastre de la ineficiencia, el burocratismo y el poco incentivo a las fuerzas productivas. Algunos especulan que será borrado de la libreta de racionamiento por los altos costes de importación.
De momento hay que agenciarse unas libras más de arroz antes que cierre el mes. Claro está, de contrabando o a precio liberado (3.50 pesos por libra). Otra cucharada hacia dentro. Amarga.
odelinalfonso@yahoo.com
El consumo de arroz, por ejemplo, es parte esencial en nuestra mesa. Cada cubano consume al día 300 ó 400 gramos de este grano, que en la medida de las posibilidades se acompaña con potajes o algo de proteína. Las siete libras mensuales que recibe cada ciudadano, legalmente registrado en la OFICODA, sólo alcanzan para los primeros diez días del mes.
Para el sector agrícola producir una tonelada de arroz representa desembolsar doscientos dólares desde la siembra hasta su acopio. Según el economista Ariel terrero Font, comentarista habitual en la tele-revista Buenos Días, en el año 2003 Cuba logró acopiar 715 mil toneladas de arroz. Tres años después, en el período 2006-2007, sólo se lograron cosechar 410 mil toneladas.
Desde el año 2003, Cuba ha incrementado las importaciones de arroz, café y azúcar, este último catalogado como el principal rubro exportable en las tres décadas de intercambio económico con el Consejo de Ayuda Mutua Económica (CAME).
Los planes arroceros en la provincia de Pinar del Río, en particular el de Los Palacios, uno de los principales productores de la provincia, hasta el 2008 tuvo un decrecimiento en su producción de más del 4%.
Hoy en día Cuba importa el 80% del arroz que consume. Aproximadamente la tercera parte del arroz importado se compra en los Estados Unidos, país que a pesar de mantener el embargo a la isla, excluye dicho rubro de las sanciones.
Para este año, Vietnam prevé comercializar con Cuba 400 mil toneladas de arroz, cifra que se ajustaría a los precios actuales.
A pesar que el pasado año el precio del arroz aumentó en un 76% en el mercado internacional (de 285 a 1000 dólares la tonelada), el Estado se vio obligado a incrementar las compras en China, Vietnam y Estados Unidos para mantener las cuotas de subsidios a la población.
En el periodo revolucionario, las crisis del capitalismo han pasado desapercibidas para el ciudadano común, sujeto a los racionamientos y a la venta controlada de productos liberados en moneda nacional o convertible.
La crisis del neoliberalismo, la recesión económica en Estados Unidos e Inglaterra, sólo vienen acentuar la incompetencia reinante en el sector agroalimentario, debido al excesivo apadrinamiento burocrático a cargo de los mecanismos de control del Estado.
La producción interna de arroz, renglón esencial en la canasta básica, carga con el lastre de la ineficiencia, el burocratismo y el poco incentivo a las fuerzas productivas. Algunos especulan que será borrado de la libreta de racionamiento por los altos costes de importación.
De momento hay que agenciarse unas libras más de arroz antes que cierre el mes. Claro está, de contrabando o a precio liberado (3.50 pesos por libra). Otra cucharada hacia dentro. Amarga.
odelinalfonso@yahoo.com
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