El Cotorro, La Habana, setiembre 18 de 2008, (SDP) Antes de recibir la transcripción de “Animamos a la gente a que vaya a Cuba”, entrevista realizada por Gabriel Salvia a María de los Ángeles Altozano, encargada de comunicación de la ONG Solidaridad española con Cuba, pude leer en el sitio de Internet http://www.solidaridadconcuba.com/ los anuncios colocados en los diarios El País y El Mundo, sobre la Campaña de turismo solidario “Si vas a Cuba, ayúdales”, la cual informa todas las realidades de la isla a los turistas hispanos que nos visitan.
De esas realidades les habló María de los Ángeles a Gabriel Salvia para Apertura Latinoamericana, espacio emitido en Buenos Aires por Radio Palermo 99.5, los miércoles de 7 a 8 pm -hora argentina-, y colocado en vivo en el sitio de Internet http://www.radiopalermo.com.ar/, para que “la gente viaje con una visión crítica de las cosas de Cuba y se solidarice con los que sufren”.
Con la amenidad y precisión de la radio, María de los Ángeles Altozano respondió las seis preguntas de su interlocutor, quien le pidió le contara al público de Hispanoamérica sobre la novedosa iniciativa turística, sus antecedentes, la recepción y las experiencias de los viajeros que regresan de la isla, así como aspectos puntuales de la campaña de la ONG peninsular que ayuda a los demócratas cubanos, en cuyas huestes hallamos a líderes opositores, bibliotecarios y periodistas independientes, familiares de los presos políticos y las reconocidas Damas de blanco, madres y esposas de los 75 prisioneros de conciencia de la ola represiva del 2003.
No voy a detallar las respuestas de la representante de Solidaridad española con Cuba, pues ya circularon en los medios informativos internacionales. Me referiré, en cambio, a ciertos aspectos de las relaciones entre la Isla y la Península, ya que los nexos no son coyunturales ni se deben reducir al plano interestatal en detrimento de las asociaciones étnicas, culturales y familiares forjadas desde el siglo XVI hasta mediados del XX.
Durante el largo período colonial -1510 a 1898- los españoles incidieron en todos los aspectos de la vida insular. El trasvase humano no se detuvo con la ruptura política ni la instauración de la república en 1902. La emigración masiva trajo a nuestras costas a más de medio millón de gallegos, asturianos, catalanes, andaluces, vascos y canarios en el primer cuarto del siglo XX. Cuba fue la patria adoptiva de ese aluvión de paisanos que huían de la penuria económica, el Servicio militar o la represión del franquismo a partir de 1936. Aquí encontraron casa, afectos y ejecutaron múltiples faenas.
Aún existen millares de hijos y nietos de españoles en la isla y decenas de asociaciones étnicas de ese origen, a las que el Gobierno de los hermanos Castro –hijos de un inmigrante gallego que combatió contra los independentistas cubanos- les impide recibir y distribuir la ayuda regional, solo aceptada como donaciones a través de las entidades estatales.
Ese es otro aspecto del contexto insular que deberían saber los turistas hispanos antes de venir a Cuba. María de los Ángeles Altozano les sugiere conocer “todas las realidades del país”, para “ayudar a los cubanos en general y en particular a los demócratas…”, mediante la entrega de cosas útiles “que hacen mucha falta, como medicamentos, ropas, productos de higiene, etc.”; así como “la donación de libros a las bibliotecas independientes o las visita a los familiares de los presos políticos…”, previa entrega de los nombres y las direcciones en España, “para todo aquel que quiera ir…hacer una visita, una llamada o llevar algo…”
La Campaña de turismo solidario con la mayor de las Antillas es bien acogida por los cubanos y especialmente por los opositores que enfrentan la represión y el bloqueo informativo del Castrismo, el cual recibe apoyo comercial y político del Gobierno socialista español, cuyo embajador en La Habana ha apostado por la dictadura y ofendido a quienes la desafían pacíficamente.
Como afirmó María de los Ángeles Altozano a Apertura Latinoamericana, “hacer turismo solidario es una iniciativa novedosa, porque… la gente entiende el turismo como pasar tiempo de ocio y nada más…”, pero “se puede aprovechar el tiempo de ocio y conocer la situación política, económica y social que vive la isla”, ver realmente cómo viven las personas sin dejar de apreciar los lugares típicos.
En ese sentido, la vocera de Solidaridad española con Cuba, habló de la edición de una Guía de turismo solidario que muestre la realidad insular. La misma sería ubicada en el sitio web de la entidad y distribuida entre los turistas hispanos interesados en conocer las caras de la vida cubana.
En el plano personal, he recibido a un enfermero y tres maestras de primaria de Granada; a un profesor de idiomas de Santiago de Compostela; a varios nacionalistas vascos que no creen en Castro ni en Zapatero; a una ceramista canaria y a un matrimonio de economistas gallegos, invitados a un evento en el hotel Habana-Guitar, antiguo Habana Libre.
Creo que Cuba responde con beneplácito a la Campaña de turismo solidario con la isla, organizada en Madrid por una Organización no gubernamental. Ya es hora de que los turistas abandonen los trenes de la nostalgia y conozcan las realidades ocultadas por los mercaderes de un régimen totalitario que todavía inventan combates de fantoches y encarcelan a los opositores pacíficos.
De esas realidades les habló María de los Ángeles a Gabriel Salvia para Apertura Latinoamericana, espacio emitido en Buenos Aires por Radio Palermo 99.5, los miércoles de 7 a 8 pm -hora argentina-, y colocado en vivo en el sitio de Internet http://www.radiopalermo.com.ar/, para que “la gente viaje con una visión crítica de las cosas de Cuba y se solidarice con los que sufren”.
Con la amenidad y precisión de la radio, María de los Ángeles Altozano respondió las seis preguntas de su interlocutor, quien le pidió le contara al público de Hispanoamérica sobre la novedosa iniciativa turística, sus antecedentes, la recepción y las experiencias de los viajeros que regresan de la isla, así como aspectos puntuales de la campaña de la ONG peninsular que ayuda a los demócratas cubanos, en cuyas huestes hallamos a líderes opositores, bibliotecarios y periodistas independientes, familiares de los presos políticos y las reconocidas Damas de blanco, madres y esposas de los 75 prisioneros de conciencia de la ola represiva del 2003.
No voy a detallar las respuestas de la representante de Solidaridad española con Cuba, pues ya circularon en los medios informativos internacionales. Me referiré, en cambio, a ciertos aspectos de las relaciones entre la Isla y la Península, ya que los nexos no son coyunturales ni se deben reducir al plano interestatal en detrimento de las asociaciones étnicas, culturales y familiares forjadas desde el siglo XVI hasta mediados del XX.
Durante el largo período colonial -1510 a 1898- los españoles incidieron en todos los aspectos de la vida insular. El trasvase humano no se detuvo con la ruptura política ni la instauración de la república en 1902. La emigración masiva trajo a nuestras costas a más de medio millón de gallegos, asturianos, catalanes, andaluces, vascos y canarios en el primer cuarto del siglo XX. Cuba fue la patria adoptiva de ese aluvión de paisanos que huían de la penuria económica, el Servicio militar o la represión del franquismo a partir de 1936. Aquí encontraron casa, afectos y ejecutaron múltiples faenas.
Aún existen millares de hijos y nietos de españoles en la isla y decenas de asociaciones étnicas de ese origen, a las que el Gobierno de los hermanos Castro –hijos de un inmigrante gallego que combatió contra los independentistas cubanos- les impide recibir y distribuir la ayuda regional, solo aceptada como donaciones a través de las entidades estatales.
Ese es otro aspecto del contexto insular que deberían saber los turistas hispanos antes de venir a Cuba. María de los Ángeles Altozano les sugiere conocer “todas las realidades del país”, para “ayudar a los cubanos en general y en particular a los demócratas…”, mediante la entrega de cosas útiles “que hacen mucha falta, como medicamentos, ropas, productos de higiene, etc.”; así como “la donación de libros a las bibliotecas independientes o las visita a los familiares de los presos políticos…”, previa entrega de los nombres y las direcciones en España, “para todo aquel que quiera ir…hacer una visita, una llamada o llevar algo…”
La Campaña de turismo solidario con la mayor de las Antillas es bien acogida por los cubanos y especialmente por los opositores que enfrentan la represión y el bloqueo informativo del Castrismo, el cual recibe apoyo comercial y político del Gobierno socialista español, cuyo embajador en La Habana ha apostado por la dictadura y ofendido a quienes la desafían pacíficamente.
Como afirmó María de los Ángeles Altozano a Apertura Latinoamericana, “hacer turismo solidario es una iniciativa novedosa, porque… la gente entiende el turismo como pasar tiempo de ocio y nada más…”, pero “se puede aprovechar el tiempo de ocio y conocer la situación política, económica y social que vive la isla”, ver realmente cómo viven las personas sin dejar de apreciar los lugares típicos.
En ese sentido, la vocera de Solidaridad española con Cuba, habló de la edición de una Guía de turismo solidario que muestre la realidad insular. La misma sería ubicada en el sitio web de la entidad y distribuida entre los turistas hispanos interesados en conocer las caras de la vida cubana.
En el plano personal, he recibido a un enfermero y tres maestras de primaria de Granada; a un profesor de idiomas de Santiago de Compostela; a varios nacionalistas vascos que no creen en Castro ni en Zapatero; a una ceramista canaria y a un matrimonio de economistas gallegos, invitados a un evento en el hotel Habana-Guitar, antiguo Habana Libre.
Creo que Cuba responde con beneplácito a la Campaña de turismo solidario con la isla, organizada en Madrid por una Organización no gubernamental. Ya es hora de que los turistas abandonen los trenes de la nostalgia y conozcan las realidades ocultadas por los mercaderes de un régimen totalitario que todavía inventan combates de fantoches y encarcelan a los opositores pacíficos.
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