jueves, 18 de septiembre de 2008

Por si acaso, Oscar Mario González



Playa, La Habana, setiembre 18 de 2008, (SDP) Cuando las autoridades cubanas anunciaban, tras el paso del ciclón Gustav, la ausencia de víctimas fatales, eludían decir que en esos precisos momentos, cinco pescadores cubanos se encontraban desaparecidos. La noticia, cuando menos, fue imprecisa.

Tal proceder del régimen no fue involuntario y mucho menos motivado por el
desconocimiento. Se sabía, antes del paso del huracán, que cinco tripulantes del Langostero
100 se hallaban desaparecidos luego de habérseles dado la orden de regresar.

Al pueblo, como es común, no se le informó nada al respecto. Por ello, cuando el periódico Granma, en su edición del 2 de setiembre, publicaba un reportaje sobre el suceso, la población se sorprendía.

Y es que el día anterior, el primero de setiembre, el propio rotativo recogía las declaraciones del número dos en la nomenclatura gubernamental, Machado Ventura, afirmando que “…gracias a las medidas preventivas -que tan normales parecen a los cubanos- no hubo que lamentar la pérdida de una sola vida”.

Por su parte, el vicepresidente del Consejo de Estado, Carlos Lage, en igual fecha y durante su recorrido por Vueltabajo, enfatizaba: “La efectividad de las medidas aplicadas en la provincia para enfrentar el ciclón está comprobada, no hay pérdidas de vidas humanas ni de los medios materiales que se podían preservar. Ahora lo que corresponde es un huracán de trabajo”. Como se ve, ni una sola alusión a los desaparecidos.

Para colmo, en la reflexión de las 7:32 de la noche del domingo día 31, aparecida en el Granma bajo el título “El huracán”, el reflexivo “compañero Fidel” no reflexionaba absolutamente nada acerca de los pescadores. No fue sino en la edición del miércoles 3 de setiembre cuando bajo el título “Un golpe nuclear”, el Comandante se refirió al asunto.

En conclusión: los cinco pescadores, que realizaban faenas propias del oficio por la costa sur de Matanzas, recibieron la orden de regresar pero, habiendo naufragado la embarcación, no pudieron hacerlo. El sábado, antes de tocar tierra el huracán, se perdió la comunicación con ellos. Se inició entonces la búsqueda que, según las autoridades, estuvo a cargo de 36 embarcaciones, 3 helicópteros y 2 aviones.

La pregunta inevitable que se desprende de todo esto es la siguiente: ¿Por qué el gobierno ocultó la desaparición de los cinco pescadores del Langostero 100 al declarar la ausencia de víctimas mortales tras el paso del huracán, teniendo en cuenta que un desaparecido en circunstancias ciclónicas bien puede resultar occiso?

Pienso que las autoridades actuaron de tal forma por precaución. “Por si acaso”. No fuera a ser que los pescadores hubieran enrumbado hacia “otros destinos”, aprovechando la confusión del momento. ¿Bajo un mal tiempo? Sí. ¿Acaso no se han ido pegados a la rueda de un avión?

Pero lo importante y lo que verdaderamente vale la pena es que los cinco trabajadores del mar fueron rescatados y hoy pueden estar junto a los suyos, en familia, compartiendo lo bueno y lo malo de la vida.

Luego de varios “papelazos”, el mayor y más sonado de los cuales fue el de Tortoló durante los sucesos de Granada, en octubre de l983, el régimen cubano se cuida mucho más y es mucho más cauteloso a la hora de montar un show. “Por si acaso”. No vaya a ser que el tiro le salga por la culata y esperando ganarse la rifa del guanajo, se saque una botellita de mondongo.
osmagon@yahoo.com

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