DESDE LAS PRISIONES:
A cargo de Guillermo Farinas
Prisión de Morón, Ciego de Ávila, setiembre 18 de 2008, (SDP) A cuatro años del 400 aniversario de la aparición de la Santísima Virgen de la Caridad del Cobre en la Bahía de Nipe, los cubanos quienes nos consideramos sus protegidos, hemos recibido el azote del huracán Ike. El segundo que impacta al país en menos de diez días. Este nos ha dejado una triste realidad y un inmediato SOS.
La Patrona de Cuba esta vez, no pudo contra la ira de la madre naturaleza. Pero a pesar de todo, continuará con su amparo y su ayuda a lo largo de todos estos días aciagos. Pero ahora, el problema es otro. Sólo puede ser soluble a partir de la buena voluntad de los hombres. Pido tregua a mis detractores. Pero hoy necesito una explicación lógica que exponga de corazón, la posición de La Habana y de Washington, en un tema que resulta muy sensible en estos días trágicos.
Son incoherentes ciertas posiciones. En lo personal, considero que el criterio de los Castro, rectifico, las opiniones de Fidel Castro y del gobierno de George W. Bush son inciertas, innecesarias y fuera de lugar. Se debe tener bien claro cuando los extremos del círculo se juntan y jamás han sido beneficiosos. Es aberrante decir que no se acepta la ayuda del vecino del Norte, por imponer condiciones de envío de una comisión a los lugares de desastre, repito: Desastre.
En relación con lo anterior, se acepta la visita de una comitiva venezolana, que cuantifica los daños. Basta de politizar este tema. Por otra parte, resulta injustificable no enviar ayuda a los damnificados para que el gobierno comunista no se oxigene económicamente.
Lo que está en juego no es una ideología, un sistema o muchísimo menos los intereses del Partido Comunista, Republicano o Demócrata. Señores, está en juego la supervivencia de un pueblo, cuya desgracia principal dura ya cincuenta años. Una de las partes tiene que ceder. Quien lo haga tendrá la consideración de los más de once millones de cubanos y no excluyo a la diáspora. Ellos se desvelan por nuestro sufrir.
Es reciente aun el paso del huracán Ike. Pero lo que nos espera, es digno de titanes. Mientras, desde cada corazón de cubano se escuchara decir: Virgencita, no nos dejes de amparar.
primaveradigital@gmail.com
Prisión de Morón, Ciego de Ávila, setiembre 18 de 2008, (SDP) A cuatro años del 400 aniversario de la aparición de la Santísima Virgen de la Caridad del Cobre en la Bahía de Nipe, los cubanos quienes nos consideramos sus protegidos, hemos recibido el azote del huracán Ike. El segundo que impacta al país en menos de diez días. Este nos ha dejado una triste realidad y un inmediato SOS.
La Patrona de Cuba esta vez, no pudo contra la ira de la madre naturaleza. Pero a pesar de todo, continuará con su amparo y su ayuda a lo largo de todos estos días aciagos. Pero ahora, el problema es otro. Sólo puede ser soluble a partir de la buena voluntad de los hombres. Pido tregua a mis detractores. Pero hoy necesito una explicación lógica que exponga de corazón, la posición de La Habana y de Washington, en un tema que resulta muy sensible en estos días trágicos.
Son incoherentes ciertas posiciones. En lo personal, considero que el criterio de los Castro, rectifico, las opiniones de Fidel Castro y del gobierno de George W. Bush son inciertas, innecesarias y fuera de lugar. Se debe tener bien claro cuando los extremos del círculo se juntan y jamás han sido beneficiosos. Es aberrante decir que no se acepta la ayuda del vecino del Norte, por imponer condiciones de envío de una comisión a los lugares de desastre, repito: Desastre.
En relación con lo anterior, se acepta la visita de una comitiva venezolana, que cuantifica los daños. Basta de politizar este tema. Por otra parte, resulta injustificable no enviar ayuda a los damnificados para que el gobierno comunista no se oxigene económicamente.
Lo que está en juego no es una ideología, un sistema o muchísimo menos los intereses del Partido Comunista, Republicano o Demócrata. Señores, está en juego la supervivencia de un pueblo, cuya desgracia principal dura ya cincuenta años. Una de las partes tiene que ceder. Quien lo haga tendrá la consideración de los más de once millones de cubanos y no excluyo a la diáspora. Ellos se desvelan por nuestro sufrir.
Es reciente aun el paso del huracán Ike. Pero lo que nos espera, es digno de titanes. Mientras, desde cada corazón de cubano se escuchara decir: Virgencita, no nos dejes de amparar.
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