"Peligrosas provocaciones que intentan involucrar a nuestro pacífico Caribe"
DECLARACIÓN
Nuestro mar Caribe se calienta. La ocupación militar del territorio georgiano por tropas rusas y la intención ya trascendida ex profeso de organizar maniobras aeronavales en el Caribe venezolano con activa participación de la flota de guerra chavista, son acciones que reflejan una clara intención modificadora en la nueva concepción imperial asumida por el Kremlin.
En ambos casos las excusas se fundamentan en nocivos motivos geopolíticos matizados por nostálgicas remembranzas del inmenso imperio conseguido en la expansión de Rusia a expensas de 14 países vasallos que fueron anexados por la fuerza en un macabro experimento imperialista de la extrema izquierda denominado Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), que llegó a ocupar la sexta parte del planeta y feneció definitivamente a principios de los años noventas.
La irritación de Moscú ante las medidas defensivas de sistemas detectores, con altísimos niveles de precisión, a desplegarse en la República Checa, y sobre todo, la inminente dislocación de los antimisiles "Patriot" en Polonia, se está utilizando como la llave de manidos pretextos para ofrecer respuestas de contenido intimidante, dirigidas al chantaje de las pequeñas potencias que pudiesen quedar geoestratégicamente desguarnecidas ante eventuales golpes militares rusos u otras acciones de hostigamientos a niveles de fronteras.
De ahí la verdad encubierta con falsos presupuestos basados en un propósito de muchísimo mayor alcance.
Chequia y Polonia tienen el derecho soberano de protegerse en la forma que lo decidan razones concretas de seguridad nacional. Especialmente hostiles, y agresivos, fueron siempre las fuerzas armadas rusas, históricamente erigidas como el peligro principal a la paz y estabilidad de Polonia como su vecino más pequeño.
Tales aspectos claves, que pudieran atentar contra la integridad territorial polaca nunca dejaron de ofrecer peligro y una muestra concluyente del asunto, es el traslado de poderosos medios convencionales y un grupo del comando estratégico nuclear ruso hacia el apacible Caribe, para efectuar simulacros provocadores frente a los Estados Unidos de América, involucrando en esa sensible zona de mar y cielo occidental a un estado latinoamericano, cuya única segura obtención como resultado aportador en esa locura, es incluirnos en el centro de disputas imperiales sin ninguna justificación contextual, ni diplomática, ni razonablemente aceptable desde ningún otro ángulo de conveniencias políticas, ni de seguridad.
El objetivo de un acto tan infrecuente como aventurero en las relaciones internacionales se dirige a tratar de convencer a los más pequeños de que Rusia ni siquiera se detendrá ante la barrera del coloso del norte. Si Moscú quiere dejar explícita su intención de que no parará hasta obtener una modificación sustancial del ordenamiento geopolítico de la posguerra, y para
'
afincar un nuevo proyecto de fría confrontación al más poderoso factor imperial planetario viniendo en zafarrancho de combate a lo que consideran su más importante zona de influencia tras haber obtenido la colaboración de políticos locales irresponsables, sólo recibirá como colofón de tal irracionalidad, el rechazo y el acendrado desprecio de nuestros pueblos.
En los años sesenta el gobierno cubano con Fidel Castro a la cabeza, consideró ineludible el despliegue de un poderoso grupo de medios nucleares del primer golpe En la isla, dentro de los medios oficiales, esa medida se ha defendido siempre como un acto de soberanía supeditada a inexcusables necesidades de garantizar la seguridad nacional cubana. Ese enfoque se mantuvo a ultranza contra las acciones consideradas enemigas procedentes de los Estados Unidos, incluso aún habiéndose producido un episodio de elevada tensión que puso al mundo en el mismo umbral del holocausto atómico.
Es evidente que Rusia adelanta sus posiciones imperiales un tanto maltrechas, y demuestra la típica peligrosidad de la cual Polonia no debe sustraerse, aun siendo miembro activo de la OTAN, porque no es omiso recordar que jamás su grande y belicoso vecino renunció a concebirle como a un estado al que debía manipularse y eventualmente asumirlo como vasallo.
Varsovia tiene el mismo derecho moral a garantizar su seguridad nacional como ya en una ocasión lo ejerció la Habana, y aunque los pasos polacos en esa dirección sean menos drásticos, los objetivos de base los inspiran idénticos motivos, respaldados por derechos inalienables imposibles de imaginar en las relaciones internacionales. La única diferencia es que el gobierno polaco no lo oculta ni a su pueblo, ni a la opinión internacional.
El PSD junto a sectores de la oposición moderada en Cuba, no dejará de brindar su solidaridad al pueblo y al gobierno polacos, ni de denunciar, deslegitimando las peligrosas aventuras provocadoras concebidas desde Rusia, que intentan involucrar a nuestro pacífico Caribe, para servir como vectores amenazantes contra otros pueblos, en este caso el de Chequia y sobre todo el polaco, que en definitiva es el lugar a donde se dirige el impacto intimidante principal. Estaremos alerta.
A nombre de la Dirección Nacional del PSD, firman la presente a los 21 días del mes deoctubre de 2008.
Fernando Sánchez López
DECLARACIÓN
Nuestro mar Caribe se calienta. La ocupación militar del territorio georgiano por tropas rusas y la intención ya trascendida ex profeso de organizar maniobras aeronavales en el Caribe venezolano con activa participación de la flota de guerra chavista, son acciones que reflejan una clara intención modificadora en la nueva concepción imperial asumida por el Kremlin.
En ambos casos las excusas se fundamentan en nocivos motivos geopolíticos matizados por nostálgicas remembranzas del inmenso imperio conseguido en la expansión de Rusia a expensas de 14 países vasallos que fueron anexados por la fuerza en un macabro experimento imperialista de la extrema izquierda denominado Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), que llegó a ocupar la sexta parte del planeta y feneció definitivamente a principios de los años noventas.
La irritación de Moscú ante las medidas defensivas de sistemas detectores, con altísimos niveles de precisión, a desplegarse en la República Checa, y sobre todo, la inminente dislocación de los antimisiles "Patriot" en Polonia, se está utilizando como la llave de manidos pretextos para ofrecer respuestas de contenido intimidante, dirigidas al chantaje de las pequeñas potencias que pudiesen quedar geoestratégicamente desguarnecidas ante eventuales golpes militares rusos u otras acciones de hostigamientos a niveles de fronteras.
De ahí la verdad encubierta con falsos presupuestos basados en un propósito de muchísimo mayor alcance.
Chequia y Polonia tienen el derecho soberano de protegerse en la forma que lo decidan razones concretas de seguridad nacional. Especialmente hostiles, y agresivos, fueron siempre las fuerzas armadas rusas, históricamente erigidas como el peligro principal a la paz y estabilidad de Polonia como su vecino más pequeño.
Tales aspectos claves, que pudieran atentar contra la integridad territorial polaca nunca dejaron de ofrecer peligro y una muestra concluyente del asunto, es el traslado de poderosos medios convencionales y un grupo del comando estratégico nuclear ruso hacia el apacible Caribe, para efectuar simulacros provocadores frente a los Estados Unidos de América, involucrando en esa sensible zona de mar y cielo occidental a un estado latinoamericano, cuya única segura obtención como resultado aportador en esa locura, es incluirnos en el centro de disputas imperiales sin ninguna justificación contextual, ni diplomática, ni razonablemente aceptable desde ningún otro ángulo de conveniencias políticas, ni de seguridad.
El objetivo de un acto tan infrecuente como aventurero en las relaciones internacionales se dirige a tratar de convencer a los más pequeños de que Rusia ni siquiera se detendrá ante la barrera del coloso del norte. Si Moscú quiere dejar explícita su intención de que no parará hasta obtener una modificación sustancial del ordenamiento geopolítico de la posguerra, y para
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afincar un nuevo proyecto de fría confrontación al más poderoso factor imperial planetario viniendo en zafarrancho de combate a lo que consideran su más importante zona de influencia tras haber obtenido la colaboración de políticos locales irresponsables, sólo recibirá como colofón de tal irracionalidad, el rechazo y el acendrado desprecio de nuestros pueblos.
En los años sesenta el gobierno cubano con Fidel Castro a la cabeza, consideró ineludible el despliegue de un poderoso grupo de medios nucleares del primer golpe En la isla, dentro de los medios oficiales, esa medida se ha defendido siempre como un acto de soberanía supeditada a inexcusables necesidades de garantizar la seguridad nacional cubana. Ese enfoque se mantuvo a ultranza contra las acciones consideradas enemigas procedentes de los Estados Unidos, incluso aún habiéndose producido un episodio de elevada tensión que puso al mundo en el mismo umbral del holocausto atómico.
Es evidente que Rusia adelanta sus posiciones imperiales un tanto maltrechas, y demuestra la típica peligrosidad de la cual Polonia no debe sustraerse, aun siendo miembro activo de la OTAN, porque no es omiso recordar que jamás su grande y belicoso vecino renunció a concebirle como a un estado al que debía manipularse y eventualmente asumirlo como vasallo.
Varsovia tiene el mismo derecho moral a garantizar su seguridad nacional como ya en una ocasión lo ejerció la Habana, y aunque los pasos polacos en esa dirección sean menos drásticos, los objetivos de base los inspiran idénticos motivos, respaldados por derechos inalienables imposibles de imaginar en las relaciones internacionales. La única diferencia es que el gobierno polaco no lo oculta ni a su pueblo, ni a la opinión internacional.
El PSD junto a sectores de la oposición moderada en Cuba, no dejará de brindar su solidaridad al pueblo y al gobierno polacos, ni de denunciar, deslegitimando las peligrosas aventuras provocadoras concebidas desde Rusia, que intentan involucrar a nuestro pacífico Caribe, para servir como vectores amenazantes contra otros pueblos, en este caso el de Chequia y sobre todo el polaco, que en definitiva es el lugar a donde se dirige el impacto intimidante principal. Estaremos alerta.
A nombre de la Dirección Nacional del PSD, firman la presente a los 21 días del mes deoctubre de 2008.
Fernando Sánchez López
Presidente
Antonio Torres Justo
Vicepresidente
Vicepresidente
Osmar Laffita Rojas
Relaciones Internacionales
Carlos Aitcheso Guzmán
Sc. de Información
Partido solidaridad Democrática (PSD), calle Trocadero 414 bajos, entre Galiano y San Nicolás, La Habana CP. 10200. Telefax: 866 8306, Pág. Web: http://www.psdcubano.org/
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