jueves, 30 de octubre de 2008

¿QUIEN LE PONE EL CASCABEL AL GATO?, (cuento), Ramón Díaz-Marzo


Diferentes tipos de ratones:
a) los que escaparon de la casa los primeros días porque sabían que con el gato, no había arreglo
b) los que se pusieron al servicio del gato y traicionaron a sus compañeros.
c) Los que se enfrentaron al gato y fueron liquidados.
d) Los que aceptaron como algo natural que su destino era ser devorados por el gato.
e) Los que viven en el subsuelo de la casa y cada vez que hay un chance, huyen.
f) Los que quieren colocar el cascabel sin arriesgar la vida.
La historia de la casa pudiera ser más compleja que lo que algunos suponen. Desde que el gato tomó posesión del lugar ha desplegado una serie de actividades que han demostrado con el tiempo, que no se trata de un gato cualquiera.

La proposición de que los ratones se hagan amigos del dueño de la casa no es desacertada. Sin embargo, ¿Qué le garantizaría a los ratones que el dueño de la casa sería honesto en la alianza, dada la índole compleja de problemas que origina el gobierno de una casa? Habría primero que saber hasta donde el gato sigue siendo útil al dueño de la casa.

Durante años, el dueño de la casa se ha dado golpes públicos de pecho al afirmar no estar de acuerdo con las actividades del gato. Pero muchas de las actividades del dueño, en vez de apoyar el proyecto de los ratones, han servido únicamente para fortalecer al gato. Así que: ¿Cómo los ratones podrían confiar en el dueño de la casa? Quizás entre el gato y el dueño, siempre ha existido un acuerdo secreto que los ratones ignoran. Después de todo, por naturaleza, ¿de quien podría ser más enemigo el dueño de la casa?

Todos los ratones no piensan del mismo modo. Se podría decir que los ratones no presentan un frente único. Desde el primer día que el gato puso sus patas en la casa, se hizo amigo en secreto de muchos ratones que después, cuando ya no servían a sus propósitos, fueron devorados con la comodidad de que el gato, no tuvo que sudar para cazarlos.

Entre los ratones ha habido demasiados espías trabajando para el gato. Por lo mismo, ahora a nadie le importa lo que suceda entre el viejo gato astuto que no duerme y tiene una computadora en la cabeza, y los desesperados ratones que necesitan dormir y olvidan su propia historia cada veinticuatro horas.

Hemos dicho que los ratones tienen mala memoria y cada veinticuatro horas olvidan su propia historia. Esa es una de las armas del gato. Además, el gato, a diferencia de los ratones, nada olvida. Todo lo archiva dentro de su cabeza que es una computadora. Además, otra ventaja del gato: los ratones se cansan cada dieciséis horas y necesitan dormir. El gato no. Él ha demostrado poseer una energía física fuera de lo común y posiblemente otro secreto de su poder sea que aprendió a dormir con los ojos abiertos.

Los ratones le podrían pedir ayuda a los ratones de otras casas, pero tal comunicación ha sido prevista por el gato que cerró la casa y tapó todas las salidas con la aprobación indirecta del dueño de la casa.

El gato ya está viejo y cada vez aumenta misteriosamente su lucidez. Sin embargo, quizás se aburrió de su dieta ratonírica y quiere pasarse al vegetarianismo. El gato podría estar cansado aunque lo sepa ocultar muy bien y tendría más interés que los ratones de instaurar la paz dentro de la casa para retirarse a escribir sus memorias. Pero el gato, en la soledad de su poder, pudiera no confiar en los ratones que conforman su Estado Mayor, y mucho menos en el dueño de la casa.

Los más antiguos miembros de la comunidad ratonil, que fueron testigos de cuando el gato tomó posesión de la casa, y que ante sus ojos han visto desfilar los variados y diferentes eventos de la lucha del gato por mantener su poder, consideran que a esta altura, ni siquiera el dueño de la casa podría ponerle el cascabel. Morirá de viejo, es el cálculo que hacen los expertos. Aún cuando lleguen los días en que esté agonizando con los ojos cerrados pero la barriga en movimiento por el efecto mecánico de la respiración, nadie se atreverá a tocarlo, porque pensarán que se está haciendo el muerto. Únicamente cuando la peste de la descomposición haga insoportable la estancia dentro de la casa, tampoco los ratones se le acercarán, sino que abrirán puertas y ventanas y escaparán del lugar en desbandada.

COROLARIO
Cuando el gato llegó a la casa encontró una conciencia ratonil primitiva. Los ratones carecían de soberanía personal. El gato pudo comprometer a casi todos los ratones convirtiéndoles en una masa alimenticia. Si ahora los ratones le quieren colocar el cascabel, es porque han despertado. En este sentido el gato, en su rol de opresor, paradójicamente ha sido un profesor de la libertad de los ratones.
primaveradigital@gmail.com

Escrito en La Habana Vieja el 27 de diciembre de 2000

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