jueves, 30 de octubre de 2008

DÓNDE ESTÁ EL SACRIFICIO DE ABEL, Pablo Silva Cabrera



Baracoa, La Habana, octubre 30 de 2008, (SDP) Dime de lo que presumes y te diré de lo que careces, postula un conocido adagio popular, aplicable en toda su sabiduría al artículo: Caínes con trapos y colorete, de la autoría de Osmar Laffita Roja, publicado en el Semanario Digital Primavera.

Digo esto porque el autor afirma en dicho artículo: “Como la verdad está contemplada en las santas escrituras, es por eso que me refugio en ellas. Solo así me siento realmente libre.” De ser la verdad el refugio de Laffita, no hubiera afirmado: “Es cierto que los grupos pro democracia recurren a tácticas y procedimientos que dependen de sus particulares visiones de como están llevando a efecto su lucha en desiguales condiciones contra el gobierno.”

No, Sr. Laffita, los que recurren a esas tácticas y procedimientos, son los agentes infiltrados de la Dictadura. Cómo explica que salga usted a condenar una opinión vertida en un correo electrónico dirigido al Sr. Héctor Julio. Recuerde que la correspondencia es privada.

Cuando tuve conocimiento del hecho, me dirigí al Sr. Francisco Chaviano para que me aclarara el asunto y este me manifestó textualmente que:

“El señor Héctor Julio me ha mandado mas de 20 correos insidiosos que, – por conocer cual es nuestra posición al respecto – constituyen una agresión a la Unidad Liberal y más directamente al Partido Solidaridad Democrática, que nosotros reconocemos y a su presidente Pablo Silva Cabrera. Nunca respondí a los mismos a modo de desalentarle, pero él siguió impenitente con su acción que se tornó en toda una provocación; hasta que le respondí con el afán de poner fin a su actuar molesto, diciéndole por escrito cosas que ya le había dicho en varias ocasiones de forma verbal”.

Es totalmente falsa la afirmación de que Adolfo Fernández Saínz me criticó en lo que él llama “actitud sediciosa y golpista”. Después de la expulsión de Fernando Sánchez, Adolfo me envió un mensaje a través de una llamada telefónica efectuada a León Padrón Azcuy, manifestándome que prefería no tomar partido en el asunto. Actitud comprensible y sabia debido a las limitaciones de información que uno tiene en la cárcel. Por supuesto que el Sr. Laffita, como Fernando Sánchez, Reinaldo Hernández Cardona y Héctor Julio, entre otros de los flamantes dirigentes – en la calle - de la Convergencia Liberal, no tienen la menor idea de esto porque jamás han cumplido prisión.

Emplazo al Sr. Laffita a decir donde está publicada esa condena a mí persona y el reconocimiento a Fernando Sánchez por parte de Adolfo Fernández Sainz.

Con Fernando Sánchez se quedaron algunos engañados, los menos, y otros que preferían hacer una “oposición” tranquila, sin grandes sobresaltos y peligros, hasta ver como se desenvuelve la situación o les llega la visa USA para marcharse y ni acordarse más nunca que fueron alguna vez opositores.

La prueba de nuestra legitimidad está en el reconocimiento de una organización tan prestigiosa como el Todos Unidos, la participación en la creación de la Unidad Liberal de la República de Cuba y sobre todo, en nuestro diario enfrentamiento a la dictadura.

Es curioso como el Sr. Laffita valora los acontecimientos en los que no participó. En otro artículo suyo aparecido en esa misma publicación el jueves 28 de agosto de 2008, escribe lo siguiente: “El 29 de agosto se conmemora un lustro de la constitución de la Convergencia Liberal Cubana. En aquella oportunidad hará exactamente cinco años, el Partido Liberal de Cuba, que preside el Ingeniero Héctor Maseda Gutiérrez, preso de conciencia de la causa de los 75, Fernando Sánchez López, presidente del Partido Solidaridad Democrática y Hugo Azcuy, que en aquel entonces presidía el Movimiento Liberal Cubano, las tres organizaciones que conformaban la agrupación, dieron a conocer la Primera Declaración de La Habana y un plan de acción. Este no se llegó a materializar porque surgieron situaciones internas que afectaron la marcha de la Convergencia. Sus integrantes decidieron ralentizar el trabajo, hasta su total inmovilismo.”

Los integrantes no decidimos nada, lo que él llama ralentización fue consecuencia de varias llamadas hechas por la policía política a Fernando Sánchez para que bajara el perfil. Nosotros habíamos organizado una Asamblea Permanente de Protesta en solidaridad con la huelga de hambre declarada por un grupo de presos políticos – entre los que se encontraba Adolfo Fernández Saínz – en la cárcel provincial de Holguín y existía un buen ambiente opositor gracias, en gran medida, a la actitud entusiasta del Presidente del Movimiento Liberal Cubano – hoy Partido Liberal Nacional Cubano –León Padrón Azcuy.

En aquellos tiempos, el Sr. Laffita era miembro de la Corriente Socialista Democrática. Por cierto, la declaración de la Convergencia Liberal se llama Primera Declaración Liberal de La Habana; la que Laffita menciona es otra sacada por Fidel Castro en 1960.

El Sr. Laffita, ahora devenido en historiador del liberalismo cubano, plantea lo siguiente: “Con la rica herencia del liberalismo cubano, no comparto la dispersión que hoy existe. No es que esté abogando por fundar ya un solo partido liberal. Entiendo que eso es un proceso. Primeramente, los dirigentes de todas esas organizaciones liberales tienen que librarse de los diablos y demonios que todavía guardan. Parece que la llave de sus respectivas cajas de Pandora se les ha extraviado. Urge que la encuentren, por que si logran abrirla y se libran de lo que hoy los tiene atrapados, no tengo la menor duda que podrán poner en marcha un nuevo proceso dirigido a acercar sus posturas hoy en pugna, para empezar a conversar en torno a lo que debe ser en Cuba el Nuevo Liberalismo.”

De que vamos a conversar con los que decidieron sacar del refrigerador – según sus propias palabras - un propósito que algunos de los actuales dirigentes de la Convergencia dejaron morir. exactamente una semana antes que nosotros presentáramos a la opinión pública La Unidad Liberal de la República de Cuba, un proyecto que nos costó meses de preparación.

El objetivo está muy claro: sembrar la confusión. Así lo reconoce el Sr. Laffita cuando escribe lo siguiente: “Si bien una y otra agrupación están concitando confusión y duda entre personalidades tanto dentro como fuera de Cuba.”

Es una realidad que en la Unidad Liberal de la República de Cuba (ULRC) están presente algunos de los encarcelados en la primavera negra del 2003, como es el caso de Félix Navarro, Iván Hernández Carrillo y Víctor Rolando Arroyo Carmona. La diferencia con la Convergencia Liberal radica en que la inmensa mayoría de los que dirigimos, desde la calle, la ULRC hemos pasado por las prisiones. Algunos han cumplido largas condenas, como es el caso de Jorge Luís García Pérez (Antúnez) y Francisco Chaviano. Otros las han visitado en varias ocasiones, como es el caso de Héctor Palacios. No pocos en estos momentos tienen deteriorada su salud, por las inhumanas condiciones de encarcelamiento a que fueron sometidos.

Como el Sr. Laffita es tan aficionado a las historias bíblicas, le recuerdo que Abel fue asesinado por su hermano Caín, porque éste se molestó cuando Jehová prefirió el sacrificio de Abel y no el suyo. El sacrificio de ellos, ¿dónde está?
primaveradigital@gmail.com
Pablo Silva es Presidente del Partido Solidaridad Democrática, Integrante de la Unidad Liberal de la República de Cuba




No hay comentarios: