jueves, 23 de octubre de 2008

EL POZO SIN FONDO, Ramón Díaz Marzo


Habana Vieja, La Habana, octubre 23 de 2008, (SDP) Todas las mañanas de todos los días, sea la hora que sea, al abrir los ojos y razonar que no tengo más energía para continuar durmiendo, me incorporo de mi viejo catre con la física sensación de que tengo un insufrible hueco en el pecho. Mi único aliciente y estímulo para volver a enfrentarme a la vida es saber que dispongo de un amplio surtido de sico fármacos, entre los que se destaca por su uso diario el Diazepam. Me coloco debajo de la lengua dos pastillas de este fármaco, dejo que se diluya y sé que a los treinta minutos, el hueco desaparece. Y aunque a estas alturas me es imposible contemplar la vida con entusiasmo, al menos adquiero un estado protector de indiferencia que anula todo tipo de sentimientos negativos, y puedo escribir.

Si hubiera algún modo de medir ahora mismo el nivel de entusiasmo de la población cubana, estoy seguro que nos encontraríamos con un pueblo siquiátrico. Algunos cubanos no hacen lo mismo que yo. Prefieren consumir bebidas alcohólicas o endrogarse con sustancias prohibidas por la ley.

Todos los seres humanos tienen alma, pero no el mismo nivel de sensibilidad. Los que menos sufren son los que tienen una sensibilidad primitiva, casi animal. También hay distintos tipos de “vicios” o “fijaciones mentales”. Hay vicios que dañan la salud como el sexo (en cualquiera de sus manifestaciones) practicado como deporte; otros como el juego de dominó o el deporte sano o como los mismos fanáticos en los stadiums apoyando a sus equipos de béisbol. Los cubanos que todos los días juegan dominó o practican deporte y para ellos no existe en el presente mundo nada más importante que sus “fijaciones mentales”, son los que en mejores condiciones están de soportar nuestra dura realidad más allá de las fichas de dominó, ajedrez o el balón o pelota, nada existe.

Otro grupo de cubanos favorecidos por la “fijación mental” son aquellos que leen todo tipo de material impreso que llega a sus manos. Trátese de un buen libro, mal libro, la prensa nacional o extranjera. El caso es tener los ojos abiertos ante un grupo de letras.

Las “fijaciones mentales” son infinitas. No nos pueden faltar en este breve inventario los grupos religiosos, las sociedades de ocultismo y los masones; los que se pasan todo el tiempo escuchando música buena, mala, antigua o de moda. También están los que se dedican a no perderse un solo capítulo de las telenovelas, las películas en las salas cinematográficas (donde ocurre todo tipo de hechos que nada tienen que ver con la pantalla), los teatros.

El hecho cierto es que si usted le quita a estas personas su “fijación mental” (incluyendo a los actores, bailarines, pintores y escritores) los estarán arrojando a un pozo sin fondo donde algunos no podrán soportar el hueco en el pecho. Serían muy capaces de quitarse la vida. El truco, para sobrevivir consiste en ver nuestra vida nacional como queremos verla y no como es en realidad.
primaveradigital@gmail.com

2 comentarios:

Anónimo dijo...

very good ramón MUY BUENO

Anónimo dijo...

very good ramón MUY BUENO