jueves, 23 de octubre de 2008

VICTORIAS SIN FUSILES, Guillermo Fariñas Hernández



Santa Clara, Villa Clara, octubre 23 de 2008, (SDP) ¡Los que cayeron en Cangamba no murieron en vano! Con esta frase impresa en una de las (Ir) Reflexiones del Dr. Fidel Castro, se da una cínica bofetada al todo el pueblo cubano porque ya no se dice que los cubanos que perdieron la vida en Angola lo hicieron para edificar el régimen socialista.

El líder histórico de la revolución cubana tendría razón en su planteamiento si en las tierras angolanas se hubiera construido un estado socialista. De lo contrario, a pesar del peso político que posee el Comandante, por ser el único dinosaurio político supuestamente vivo, es necesario reconocer que erró.

África Subsahariana comenzó a formar parte de los intereses subversivos del castrismo, como parte de la compensación hecha por los soviéticos a las autoridades de la isla, tras haberlos despreciado en la mesa de negociaciones con los yanquis, durante la Crisis del Caribe de octubre de 1963, para la retirada de los misiles nucleares.

Un personaje como Ulises Estrada Lescaille se constituyó en pieza clave para esa penetración. Fue uno de los lugartenientes del Comandante Manuel Piñeiro Losada, apodado Barba Roja. Ambos, primero bajo el manto del Departamento Liberación, que después sería rebautizado como Departamento América.

Desde el mismo año 1959, la función de este departamento fue la subversión contra gobiernos democráticos o dictatoriales en cualquier parte del mundo. En el caso del continente negro, a partir de noviembre 1962 se hicieron los contactos iniciales con los aspirantes a guerrilleros.

Pasada la Crisis de Octubre y sacados los cohetes atómicos por las tropas rusas de Cuba, aparentemente desapareció de las altas esferas políticas, el Comandante Jorge Risquet Valdés-Saldaña, un antiguo miembro del Partido Socialista Popular (PSP), que indignado por la retirada de las ojivas nucleares, ofendió a los generales soviéticos.

Risquet Valdés-Saldaña arribó a África con una patente de corso subversiva de Fidel y Raúl Castro, para contrariar las directivas de convivencia pacífica con los norteamericanos del Partido Comunista Soviético. Era el resarcimiento vengativo por el repliegue de los proyectiles nucleares y el desaire a Fidel

Referente a las guerrillas en Angola, Risquet fue secundado por Pablo Rivalta, el embajador cubano en Tanzania, mientras Ulises Estrada coordinaba desde La Habana. En aquellos momentos existían tres organizaciones que luchaban por la independencia, encabezadas por Agostinho Neto, Holden Roberto y Jonas Savimbi.

Varios de los militantes más activos y dispuestos fueron enviados a entrenarse en técnicas guerrilleras en polígonos de la mayor de las Antillas. Incluso se plantea por algunos disidentes del régimen cubano en el extranjero, que Savimbi y Roberto estuvieron en el famoso Punto Cero, al este de la capital cubana.

Con la retirada del Congo Belga de una figura tan importante para la subversión mundial como lo era el Comandante Ernesto Che Guevara De la Serna, el movimiento partisano en África sufrió un serio descalabro, si tenemos en cuenta que los propios dirigentes del movimiento solicitaron su salida.

Paradójicamente, lejos de disminuir, el número de guerrilleros entrenados en el terreno por cubanos o adiestrados en Cuba, la cantidad de estos grupos aumentó de forma desmesurada. Todo, sin que se lograra tomar el poder en un país africano mediante la aplicación de este método.

En el caso de la subversión en los predios africanos, no se lograba un triunfo de las teorías castristas. Los distintos protagonistas involucrados se dividían con facilidad, por las diferencias tribales que de pronto, se hacían insalvables. Las pocas victorias de gobiernos prosocialistas fueron por golpes de estados.

Las condiciones objetivas cambiaron en África en 1974, al triunfar en Portugal la llamada Revolución de los Claveles. En aquel momento, Cuba envió un ‘Áfrika Korps’ de cerca de 60 000 militares, para apoyar al grupo de Agostinho Neto. Este era cercano a las tesis socialistas de los soviéticos, en enfrentamiento con las del socialismo chino.

Los calculadores dirigentes de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) manipularon la personalidad del Dr. Fidel Castro. Ellos se basaron en que el gobernante cubano tiene un Ego desmesuradamente alto, dándole la oportunidad de que se convirtiera en un Napoleón conquistador para el socialismo.

La guerra en Angola duró algo más de 16 años, con las secuelas de muertes y padecimientos por parte de todos los involucrados. Cada familia de ese país africano se vio implicada de una manera u otra. Los casi 700 000 cubanos que pasaron por ese lugar, todavía arrastran las consecuencias.

A pesar de las numerosas heridas padecidas por el hoy General de Cuerpo de Ejercito Ramón Espinosa Martín para defender los campos petrolíferos de Cabinda y los muertos o heridos a su mando, en este momento, transnacionales capitalistas, incluidas estadounidenses, hacen grandes negocios en ese sitio.

Cuando en el año 2002 cayó en combate Jonas Savimbi, el presidente de Angola, José Eduardo Do Santos no pasó por Cuba ni para agradecer la sangre derramada por los hijos de esta tierra. De inmediato, visitó a Bill Clinton en Camp David para acordar como construir mejor el capitalismo en su país.

Quedó un estado angoleño con el status de nación más favorecida económicamente, enfrascado en una dura lucha con Nigeria, por ser el mayor exportador de petróleo africano a los Estados Unidos de América. Las inversiones hechas por los países capitalistas de la Unión Europea, son de varios miles de millones de euros.

Desde el punto de vista legal, la Constitución de la República de Angola reconoce la propiedad privada sobre los medios de producción y el pluripartidismo político pacífico. Incluso en el parlamento angolano existe una fuerte bancada de la otrora considerada enemiga Unión Nacional para la Independencia Total de Angola.

Es sospechoso el estreno del filme Kangamba de Rogelio Paris, donde se exacerba el belicismo propio del castrismo. Esta es una típica maniobra propagandística de modelaje político, ante el desánimo por la devastación dejada por los huracanes. Es para que la ciudadanía cubana sepa que las derrotas se pueden convertir en victorias.
Podrán desgañitarse los apologistas del fidelismo y gritar a todos que Angola resultó una victoria, pero las realidades actuales allá dicen más que mil palabras. En ese país africano no se edificó el socialismo, por tanto las muertes fueron fútiles. Las guerras se ganan a largo plazo y las victorias a veces son sin fusiles.
cocofari62@yahoo.es

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