jueves, 5 de febrero de 2009

DEPENDE DE UNA IMAGEN, Guillermo Fariñas Hernández


Santa Clara, Villa Clara, febrero 5 de 2009 (SDP) El politólogo Carlos Alberto Montaner dice: “La Revolución Cubana reconoce tácitamente que su principal fortaleza es su primordial debilidad, que es tener como vital columna de soporte a Fidel Castro”. Existen quienes afirman que con la muerte de Fidel, la revolución perdería hasta el 70 % de su capacidad de maniobrabilidad política.

Durante los últimos 30 días, se creó una gran angustia expectante respecto al eventual fallecimiento del Dr. Fidel Castro o no, que se hacía sentir fundamentalmente en un inusitado despliegue militar y paramilitar en toda la nación. La tensión social se palpaba incluso entre las conversaciones entre personas que no se conocían.

Todo se debió al hecho cierto que el líder histórico de la Revolución Cubana dejó de escribir sus opiniones políticas en los medios de prensa oficialistas, que se conocen como “Reflexiones del compañero Fidel”. Sólo realizó una pequeña felicitación al pueblo cubano por el advenimiento del nuevo año 2009.

También resultó altamente sospechoso a las opiniones públicas nacionales e internacionales que ni los presidentes Martín Torrijos Espino, de Panamá, y Rafael Correa Delgado, de Ecuador, fueran recibidos por el Comandante en Jefe. La suspicacia comenzó a recorrer y a corroer tanto a amigos como a enemigos. Principalmente por el hecho de no entrevistarse con el señor Correa Delgado, uno de sus más radicales aliados izquierdistas de la región junto a sus homólogos Evo Morales Ayma y Hugo Chávez Frías, presidentes de Bolivia y Venezuela respectivamente.

Entre los cubanos de a pie y hasta en los círculos diplomáticos en La Habana, ya habían puesto fecha y hora al deceso de Castro, que según fuentes anónimas, se produjo el día 14 de enero a las 9:00 p.m. Las consultas entre los familiares de cubanos en el extranjero subieron de tono.

La región central de Cuba se caracteriza por poseer una gran cifra per capita de opositores pacíficos. En la década de los años 60 del pasado siglo, fue escenario de enfrentamientos armados entre guerrilleros anticomunistas y fuerzas anti insurgentes procomunistas. Por ello, todos los integrantes del Sistema Único de Vigilancia y Protección de Villa Clara fueron puestos desde el día 10 de enero del año en curso en Posición Uno, que en el secretismo propio del totalitarismo Castrista se traduce como Máxima Alerta de Combate.

El chequeo de los miembros de los grupos de oposición pública se hizo notorio. Además los carros patrulleros de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) tenían una tripulación reforzada con un miembro del Ministerio del Interior que portaba un fusil AK-47 y un chaleco antibalas. La ciudadanía traducía todo este alarde de fuerza como que algo extraordinario ocurría en el país.

Un trío formado por la Dirección General de Contra Inteligencia del Ministerio del Interior, la Dirección de Contrainteligencia Militar del Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias y el Departamento Ideológico del Partido Comunista de Cuba, puso al tanto al equipo de gobierno de estas valoraciones y teorías.

Por eso, salió apresuradamente una reflexión de Fidel en el periódico Granma titulada “El undécimo presidente de Estados Unidos”, que sucesivamente otros medios progubernamentales reprodujeron. En ese escrito se hace una alusión directa a su futura muerte y pide que no se le dé ninguna importancia a ese hecho.

También aparejado a este artículo periodístico, la televisión cubana y los medios oficialistas iniciaron una planificada campaña mediática con la divulgación de imágenes fotográficas de una entrevista entre Cristina Fernández, la presidenta de Argentina, y un Fidel Castro bastante desmejorado.

Sirvió para demostrar a aliados y adversarios que ese dinosaurio político que es el Dr. Fidel Castro Ruz todavía se encuentra vivo, por lo que aún se puede negociar con las instituciones de la isla sin sufrir grandes pérdidas económicas. Era la manera más apresurada y sencilla de acallar a los desestabilizadores políticos.

Estas cuestiones solo ocurren en sistemas políticos donde no hay transparencia en la información, porque quienes gobiernan decretaron que la enfermedad que padece el líder es “Secreto de Estado”. Razón tiene el tan odiado por el régimen Carlos Alberto Montaner: la estabilidad o no de Cuba depende de una imagen.
cocofari62@yahoo.es

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