jueves, 16 de octubre de 2008

HISTORIA DE LA EDUCACIÓN CATOLICA EN CUBA, Yoel Espinosa Medrano



Santa Clara, octubre 16 de 2008 (Cubanacán Press) La historia de la educación en Cuba se remonta a la época de la dominación española. La colonización de la isla provocó un proceso de transculturación. La enseñanza eclesiástica fue la pionera en marcar pautas.

En 1582, con la llegada a Cuba de la Orden de los Padres Franciscanos, se estableció en la isla la primera escuela pública, Santa María de los Ángeles, en Bayazo, con un financiamiento de 70 mil pesos, por parte del entonces Capitán Francisco de Paradas.

Los franciscanos fueron los fundadores de la educación católica en Cuba. Los padres jesuitas elaboraron proyectos para educar a los niños y jóvenes indios de la Florida y residentes en La Habana. Sólo fueron buenas intenciones. El financiamiento nunca apareció. Exclusivamente las familias adineradas pudieron instruir a sus hijos.

A comienzos del siglo XVII llegaron a Cuba los Padres Dominicos. A pesar de poseer experiencias educativas, no inician sus labores docentes hasta el siglo XVIII. En este tiempo se fundaron en La Habana varios colegios patrocinados por diferentes Obispos. La educación, que hasta entonces se mantenía muy pobre, era un fruto distintivo de la Iglesia Católica.

Por esa época, gracias a la iniciativa del habanero Juan Francisco Caraballo, se establecen en Cuba los Padres Betlehemitas. Estos ofrecieron instrucción gratuita a niños pobres. La educación de infantes y jóvenes tomó fuerza en 1722. El Obispo Jerónimo Valdés funda el Colegio de San Basilio el Magno, en Santiago de Cuba. La trayectoria educativa de la Compañía de Jesús, también comenzó en ese año con su llegada a la Habana.

Al poco tiempo, los frailes Dominicos comenzaron a enseñar en el colegio de San Basilio y San Isidro, en la capital, donado por el Obispo Valdés. En 1728 fundan la Universidad de San Jerónimo, en territorio habanero, el primer centro de altos estudios en Cuba.

En 1768, por Real Orden, se creó en La Habana, el Seminario San Carlos y San Ambrosio. Las cátedras fueron desempeñadas por eclesiásticos y profesores laicos. El Obispo Espada y Landa, su benefactor, llevó al Seminario a la cúspide. Por sus aulas desfiló lo más selecto y destacado del campo profesoral y estudiantil de la época.

El Padre Félix Varela Morales, a quien la historia recoge como el que enseñó a los cubanos a pensar, desterró el latín de la enseñanza y lo sustituyó por el castellano. Con su ejemplo, demostró como debía ser el maestro, el sacerdote y el patriota entregado a su ministerio. Varela Morales fue catalogado el educador más brillante de su época. En sus aulas, preparó un gran número de profesores que se diseminaron por toda la isla.

La educación católica gozaba de gran prestigio. En todas las ciudades importantes existían colegios religiosos. También existían escuelas laicas, privadas y gratuitas. Los cubanos tenían la posibilidad de escoger el tipo de enseñanza para sus hijos. A pesar de las limitaciones, todos tenían acceso a la educación.

El sistema educacional cubano sufrió un duro golpe en la década del 60 del siglo pasado cuando el gobierno de Fidel Castro clausuró todas las escuelas religiosas y privadas. El adoctrinamiento y politización de la enseñanza dio el tiro de gracias a la tradición educativa. primaveradigital@gmail.com

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