jueves, 9 de octubre de 2008

CUBA AUN O LAS SECRETAS INTENCIONES, Paulino Alfonso


Lawton, La Habana ,7 de Octubre 2008 (SDP) En estos turbulentos tiempos de crash financiero, incertidumbres, enfrentamientos culturales y militares, si una entidad financiera es respetable y responde con su trabajo por su bienestar y el de sus accionistas, lógicamente se impone un alto nivel de previsión y cautela en el análisis de las inversiones a mediano y largo plazo. Esto se conoce como gerencia de riesgo y si se aplica o no, los resultados pueden deparar grandes sorpresas por lo general, desagradables. Eso les paso a los norteamericanos y miren como andan.

Sin querer ser pitonisa, ni dármelas de Milton Friedman, voy a hacer unas preguntas a los inversionistas españoles mejor posicionados en Cuba, para eso debo hacer un poquito (no se asusten) de historia.

Las inversiones españolas en Cuba se remontan (en el castrismo) a fechas tan tempranas como 1976. Es en este instante, cuando gracias a la empresa Treviso, más tarde parte de CIMEX, comenzaron a fabricar Jeans y Camisetas Lois en Cuba. En ese entonces, el gallego Barreiros y su caballero cantor, empezaban a tantear para después intentar, lo que quizás hubiera sido la 1ra Joint Venture del castrismo

Estas operaciones con un país cuyo comercio exterior en ambas direcciones dependía en un 85 % de la URSS y familia, financieramente no tenía sustento alguno. A no ser, que fueran utilizadas para otros menesteres no declarados. Lo cierto es, que eran tan exclusivas y pequeñas, que pocos cubanos de aquel entonces estaban en el ajo. Entre ellos, recuerdo un amigo que trabajaba en el MINCEX. Este me comentó y cito: “Coño, chico yo no se que se traen las gentes del Minint, que fabrican pantaloncitos y camisetas para unos gallegos de tres pesetas. Y si fuera sólo eso, hasta lo quieren incluir en el nomenclador de exportaciones del comercio exterior”. Eche a reír y le pregunte si era verdad. Lo único que logré fue que me mandara al carajo y que emperezáramos a hablar de lo bien que estaba Fara Maria en ese entonces.

Las camisetas, los jeans, Barrientos y el cantante con apellido de boxeador, terminaron tan pronto como empezaron y para suerte de Cuba, se perdieron, de la misma misteriosa forma que aparecieron.

Ah, pero lejos estábamos los ingenuos cubanitos de que mas temprano que tarde, regresarían los peninsulares y esta vez, no como bodegueros o vergonzantes criados, sino por la puerta ancha, a bombo y platillo

Fue la época de Guitart y Paco, Juanita Camacho, Paco Rabanne, Altadiss, Tabacalera, Miza, YPF-Repsol, e incluso firmas vascas de impronunciables nombres. De forma mas modesta, pero no menos pujante, la cadena Meliá. Esta, hasta donde sé, la única con vida en Cuba.

Al parecer, Sol Meliá, ha apostado en grande por el castrismo, no por Cuba. Después de esta necesaria introducción que por increíble que parezca, no es para el lector extranjero sino para el cubano que desconoce todo; al grano.

La cadena Meliá, opera en Cuba, cerca de 20 hoteles, con un parque de 3500 habitaciones categorizadas entre 4 y 5 estrellas, en forma de contrato de administración, con una participación financiera del 48 % en utilidades y gastos. Aunque sus resultados financieros en Cuba son secretos, cosa por demás bastante conveniente en cuanto cuestiones de hacienda y accionistas, por supuesto, españoles. Esto se refiere incluso a los auditores cubanos que atienden estas firmas. Ellos TIENEN que mantener una discreción absoluta al respecto. Pero algo se ha filtrado, lo que permite hacer algunas concreciones.

Meliá Hoteles participa de forma neta, en cerca de algo más de 460 millones de EUR, del ingreso bruto total cubano anual. Esto en el turismo, que descontados unos 320 millones como costo de operaciones, dejan una utilidad anual repatriable de 68 millones de EUR. Yo no se cuantos son los accionistas de Meliá, pero una cobertura tan delgada como esta, no representa nada del otro mundo para una Transnacional.

Y ahora mis preguntas: ¿Qué espera Meliá de estas inversiones? ¿Rendimiento? Es muy lento. ¿Ganancias? Son pocas. ¿Quizás futuro? Es posible, pero a espaldas del pueblo cubano. Eso decididamente, no compra futuro, solo tormentas Sres. Accionistas. Espero que al parafrasear al Sr. Alberto Dimas, (buen periodista aunque del team contrario) verdadero creador de la frase; “Saquen Uds. sus propias conclusiones”.
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