jueves, 2 de octubre de 2008

DESDE LAS PRISIONES, CARTAS A ELPIDIO, Pedro Arguelles Morán








Prisión de Canaleta, Ciego de Ávila, octubre 2 de 2008, (SDP) En agosto de 2003 me mantenían confinado en una celda del área especial, del cuarto piso sur, del edificio 2, de la capitalina prisión, Combinado del Este. En estas condiciones tuve una de las pocas visitas familiares que disfrute durante los primeros quince meses luego del arresto. Todo por no aceptar la mal llamada reeducación penal y no vestir el uniforme de preso.

A finales de ese mismo año (2004) disfruté una de las pocas visitas conyugales que me concedieron. Mi esposa me llevó, entre otras cosas, un magnífico libro. ‘Cartas a Elpidio’, escrito por el presbítero Félix Varela Morales. Un joven oficial del Ministerio del Interior, encargado de revisar las cosas que nuestras familias nos enviaban, se topó con el libro y no permitió su entrada al penal.

Lo hizo porque en su ignorancia, asoció el nombre Félix Varela, con el nombre del proyecto lanzado por el Movimiento Cristiano Liberación y promovido por la oposición interna en su conjunto. Confundió a este ilustre cubano con el proyecto opositor y lo rechazó por considerarlo ‘propaganda enemiga’.

Indignado por este atentado a la dignidad humana, reclamé a un teniente coronel de la contra inteligencia castrista que allí se encontraba. Este señor según sus palabras, ‘atendía’ al Grupo de los 75 en esta prisión habanera. Le dije que una de las máximas condecoraciones que impone el régimen a las personalidades de la cultura que le son leales, es precisamente la llamada Orden Félix Varela. Este oficial reconoció esto, y manifestó que se había cometido un error.

Fue así que pude leer este magnífico compendio de sabiduría, ética y moral cristiana y ciudadana. Hoy en la Prisión de Canaleta, en setiembre de 2008, a mi hermano de ideales y cautiverio Adolfo Fernández Sainz, le impiden leer la revista publicada por el Arzobispado Palabra Nueva y la revista Espacio Laical, ambas de la Iglesia Católica. Parece ser que para los militares que rigen esta prisión, el único que puede reflexionar es “San Fidel”.

Entran en este terreno de las prohibiciones el diario español El País y materiales de la ONG holandesa Pax Christi. Por esta razón, Antonio Díaz, Adolfo Fernández Sainz y quien suscribe nos declaramos en huelga de hambre, hasta que esta arbitrariedad sea reconsiderada por las autoridades de esta Prisión de Canaleta.

El respeto a la privacidad de la correspondencia, a la práctica religiosa y a la libertad de información, son derechos inalienables que estamos dispuestos a exigir hasta las últimas consecuencias.
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