jueves, 20 de noviembre de 2008

DETRÁS DEL TONO DESAFIANTE, Laritza Diversent


Arroyo Naranjo, La Habana, noviembre 20 de 2008, (SDP) “Hay quienes todavía sueñan con poner de rodillas a Cuba esgrimiendo el criminal bloqueo como instrumento de la política exterior de Estados Unidos contra nuestra patria. Si ese país vuelve a caer en tal error podría permanecer otro medio siglo aplicando esa política inútil con relación a Cuba, en caso de que el imperio fuese a durar tanto tiempo”. Así dice Castro en su reflexión, El tercer huracán, publicadas en el Diario Granma.

Es difícil interpretar la verdadera intención de esta frase. Como consejo, es demasiado desafiante y no es el estilo de Castro. El supuesto de desaparición de Estados Unidos como potencia, descarta esta opción. Pudiera indicar una amenaza, califica de inútil el embargo a pesar de que se queja ante el mundo por sus efectos. Esta hipótesis se aviene más con la personalidad del “Comandante”.

Pudiera entenderse como una alerta. Alega que si el bloqueo se mantiene, Cuba permanecería igual por otro medio siglo. En este caso ya no estaríamos ante las palabras del “dirigente histórico”. Pero no es descabellado, muchos piensan que no es él quien escribe y nadie tiene la seguridad de que lo haga.

Todo depende del punto de vista de que se mire. En este análisis hay que tener en cuenta la situación nacional e internacional a la que se enfrenta Cuba. En el año que termina, el gobierno de Raúl Castro, aparte de anunciar (y no cumplir) el levantamiento de prohibiciones, logro restablecer sus relaciones con la Unión Europea. Las reforzó con Rusia y se sumo a nuevos mecanismos de integración regional, como fue el reciente ingreso al Grupo de Río. Es evidente que se pretende salir del aislamiento internacional.

Dentro de ese escenario: ¿Es o no determinante el embargo para la transición en Cuba? La permanencia del bloqueo dista de ser una política favorable para impulsar cambios al interior de la isla. Es cierto que su eliminación daría una victoria política al castro-comunismo. Pero seria un triunfo pírrico.

Si se acaba el bloqueo: ¿Qué justificación habría para explicar el continuo retroceso económico? El Granma no tendría más casos como el de Danae Toribio, una joven pinareña de 26 años de edad que desde los cinco años padece una cardiopatía, por culpa del “bloqueo genocida”.

¿Qué pudiera suceder? ¿Aumentarán los productos en la canasta básica? Eso no es suficiente para calmar los ánimos de una población que ha sufrido casi medio siglo de privaciones. Ya no existe una Unión Soviética que los mantenga. La Rusia de hoy tiene otros intereses

La sociedad cubana ha cambiado. Especialmente las generaciones nacidas después de 1959. Se han desvalorizado y no hay tal nacionalismo en la juventud. Hablamos de una generación “Y” o “Nike”, como guste llamársele, que busca con ansia el cinto, el pulóver o la gorra con la bandera norteamericana o el águila imperial. Lo bueno es lo que viene del Yuma.

Los jóvenes cubanos tienen otras expectativas. No sueñan con igualitarismos, sino con oportunidades. Lo que realmente teme el gobierno es que la juventud de aquí, una sus ansias a la experiencia (en una sociedad de consumo) de la que vive a noventa millas.
Es comparable a un huracán que con sus vientos se lleva el techo ideológico del comunismo.

La frase de Fidel es un desafió tras el que se esconde el temor por una futura y paulatina desaparición del bloqueo con Obama en la presidencia. El tedioso y añejo diferendo Cuba-Estados Unidos, sólo sirve a los intereses de la dirigencia histérica. Los nuevos tiempos exigen cambios, en ellos no son eficaces las políticas de extremos.

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