Nuevo Vedado, La Habana, noviembre 20 de 2008, (SDP) Una de las promesas y consignas del actual gobierno desde el comienzo de su aventura socialista, fue el compromiso de acabar con la explotación del hombre por el hombre, pues, según el canon marxista, el sistema capitalista que se pretendía abolir basaba las relaciones de producción, en la explotación de la clase obrera por parte de los capitalistas.
Acorde con la propaganda del gobierno, la implantación del sistema socialista, basado, según ellos, en la propiedad social de todo el pueblo sobre los medios de producción, suprime la propiedad capitalista sobre los medios de producción, liquida las clases explotadoras y elimina toda explotación del hombre por el hombre.
Esta explotación se ponía de manifiesto, decía Marx, en la esfera de la circulación de acuerdo a la posición que ocupaba cada clase en el acceso a los bienes y servicios producidos. En leguaje más claro: los capitalistas tienen acceso a mayor cantidad y calidad de bienes y servicios por la cantidad de obreros que explotan, mientras que los obreros solo tienen acceso a bienes y servicios de menor calidad, porque les pagan una parte del valor total de lo que producen, el resto de ese valor se lo queda el capitalista.
Hasta aquí la propaganda y la teoría del gobierno con respecto a la eliminación de la explotación del hombre por el hombre. Veamos en la práctica cual es la realidad.
Un taxista estatal de la única empresa que ahora existe, Cubataxi, recibe como salario mensual, dicen ellos, el 30% de la recaudación diaria, un por ciento aceptable, es decir, mientras más recauda, más gana.
Pero (en Cuba siempre hay un pero), ellos deben entregar 60.00 CUC diarios para recibir a cambio 18.00 CUP. Este pago no representa el 30% de la recaudación, sino un 1.2%, ya que si le pagan en CUP la recaudación debieran convertirla a CUP, es decir, multiplicar 60.00 CUC por 25.00 CUP, tasa de cambio oficial para quien va a comprar CUC, que sería igual a 1500.00 CUP. Si a esta última cifra le aplicamos el 30%, los taxistas deberían cobrar 450.00 CUP diarios, pero esto sería propiciar el “enriquecimiento” de los mismos, según un decir de los miembros del gobierno y específicamente de Fidel Castro; por eso cobran, si cumplen con la recaudación por cada día de trabajo, 270.00 CUP como salario básico más lo que obtengan por el sobre cumplimiento de la recaudación.
Además, los taxistas deben entregar el 40% de las propinas que reciben para ayudar a mantener el sistema de salud, responsabilidad del Estado. Deben también cargar con los costos de las reparaciones de los carros, pues si esperan por la administración se quedan sin trabajar y, por lo tanto, sin cobrar.
Ahora bien, analicemos la esfera de la circulación que es donde se refleja, como ya vimos, la explotación del obrero por el capitalista.
Los taxistas “se buscan” entre tres y cinco CUC diarios en la temporada alta del turismo, si no les caen muchos “gallegos” (españoles), los turistas más ruines, pues les regatean el menudo de los vueltos y casi nunca dejan propinas. En la temporada baja, llegan a tres CUC a duras penas. Esto es luego del desfalco del 40% de las propinas por parte de la empresa.
Como trabajan 15 días al mes obtendrían entre 45.00 y 75.00 CUC en la temporada alta, adicionado a los 10.80 CUC (270.00 CUP) darían un total de entre 55.80 y 85.80. CUC.
Los precios (en CUC) de algunos productos que debe adquirir para el y su familia son: aceite vegetal l. 2.40; carne de cerdo lb. 0.88; pollo troceado lb. 0.90; arroz lb. 0.14; frijoles lb. 0.48; pescado congelado lb. 1.00; verduras lb. 0.25; vegetales lb. 0.43; viandas lb. 0.12; jabón de baño barra 0.45; jabón de lavar barra 0.45; detergente lb. 1.14; desodorante 1.45. Otros gastos son: vestido, calzado, vivienda, electricidad, esparcimiento, etc. Las cuentas se las dejo al lector.
Ahora bien, la nomenclatura vive en las mejores casas de los mejores repartos del lugar de residencia, les reparan las viviendas periódicamente; tienen automóviles que les cambian cada 5 años, con toda la gasolina que quieran; compran en tiendas especiales con acceso a mercancías que no están disponibles ni en las tiendas de recaudación de divisas; vacacionan en casas y hoteles para ellos, a precios muy por debajo del que tendrían que pagar obreros o personas comunes; cuando se les rompen los efectos electrodomésticos, los cambian, no los reparan. Estos son algunos de los privilegios que disfrutan los dirigentes en este país. Los de los hermanos Castro, imagínenselos.
Si esto no es la explotación del hombre por el hombre, que baje Dios y lo diga.
primaveradigital@gmail.com
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