jueves, 13 de noviembre de 2008

LOS VERDADEROS Y LOS FALSOS, Guillermo Fariñas Hernández



Santa Clara, Villa Clara, noviembre 13 de 2008, (SDP) Un peculiar fenómeno ocurre dentro de la pacífica disidencia cubana. Los opositores por años sospechosos de colaborar con la Seguridad del Estado, han radicalizado de un día para otro sus posturas contestatarias.

Estos reconocidos agentes históricamente tuvieron conductas anti-unitarias que beneficiaron al totalitarismo.

En la despiadada lucha que sostiene la Inteligencia versus Contrainteligencia, existe un concepto conocido por los entendidos en estas actividades: la concepción de los Agentes Reevaluados.

Avezados en estos secretos creen a pies juntillas que los órganos represivos han empezado a reciclar dentro de la disidencia a sus infiltrados.

Agente Reevaluado es aquel que cambia su principal función operativa porque el rector de la red de espías a la que este pertenece y de la que recibe ordenes, considera oportuno y necesario usarlo en otra tarea de búsqueda de información, siempre que arroje mejores dividendos.

Los notorios agentes al interior de la oposición no violenta se caracterizaron por posturas sospechosamente moderadas y por hacer constante crítica a aquellos actores sociales de la oposición pacifista determinados a mantener una postura de mayor enfrentamiento al gobierno totalitario.

Decía el Coronel Héctor Hernández, cuando era director-fundador de la Escuela Superior de Contra Inteligencia Militar “Comandante Arides Estévez”, que la manera más fácil de detectar a los agentes enemigos era descubrir sus conductas incoherentes, porque en ellas se percibe el interés de cambiar para obtener conocimiento operativo.

Pero el fin de la dictadura se acerca a pasos agigantados, por lo que los más lucidos de los represores ya piensan en como encarar ese futuro democrático. Tienen una carta bajo la manga, que suponen ellos les dará ventaja: la labor que pudieran realizar los que aparentan ser demócratas.

Hace solo unos pocos años, o meses, según sea el caso, existían disidentes que se jactaban de ser personas opuestas completamente a hacer actividades en las calles o que criticaban a los asistentes a la Asamblea Para Promover la Sociedad Civil en Cuba por ser provocadores e irresponsables.

Estos han cambiado repentinamente sus posturas en cuanto a sus métodos de enfrentarse al régimen totalitario que detenta el poder político hace cerca de media centuria en Cuba. De pronto, unos pocos convocan a congresos o deciden hacer marchas callejeras, sin recordar las críticas antes hechas a sus compañeros de ideas.

La metamorfosis de estos supuestos oponentes es la manifestación del oportunismo que está siempre implícita en cualquier labor de Inteligencia-Contrainteligencia. El supuesto cambio en los cánones de comportamiento no se ha hecho de buena fe, sino por órdenes expresas del Alto Mando represivo.
Es de interés de la jefatura represiva que la imagen de moderados y cobardes que poseen hasta ahora sus espías sea trastocada con estas sorpresivas conductas en la percepción conjunta de la oposición no violenta. Y esto tiene que ser rápido, porque el cambio obligado está al doblar de la esquina.

Le dicen a los actuales alumnos de la carrera de Contrainteligencia que la conceptualización de este tipo de agente ha cambiado. Hoy, ellos son conocidos como Agentes Reciclados, pero en la práctica, no pierden nunca la esencia de aparentar precisamente lo que no existe.

Habría que remontarse a las actuaciones de cada viejo disidente ante aquel intento, entre los años 1995 y 1996, que fue Concilio Cubano. También la manera taimada en que se trataron introducir firmas falsas en el Proyecto Varela para desprestigiar a la oposición no violenta.

Ellos, los traidores de varias caras, son imprescindibles para intentar sabotear el grado de exigencias a que se enfrentaran los actuales seguidores del Castrismo. Sin estos Judas Iscariotes a la mano en una negociación, las consecuencias de seguro serán demasiado duras para los acomodados servidores del totalitarismo.

Sería esencialmente importante para la democracia que se acerca a Cuba, saber la verdad sobre los auténticos opositores. Es necesario hacer memoria y no olvidarse de aquellos que fueron freno y catalizadores de la atomización de la oposición pacífica. Conocer quienes fueron los verdaderos apóstoles por la libertad y cuales los falsos.
cocofari62@yahoo.es

1 comentario:

Unknown dijo...

Excelente, valiente y agudo analisis de Farinas. Lo enlazo a mi blog.