De Ártico al Antártico
Cuatro pasos.
Del Poniente al Levante
dos y un suspiro.
Siempre en el norte
quince barrotes
con vocación de puerta
y un candado.
Siempre en el sur
una claraboya
enrejada
indiscreta
como una anciana soltera.
Empotrado el camastro
solitario.
El lavadero empotrado.
En un rincón del horizonte
un orificio melancólico
y un tubo cabizbajo
se disfrazaron de baño.
Y bajo un cielo de hormigón
iluminado
por un astro
de cristal
yo canto.
Tercera mención honorífica. Voces de Cambio 2006
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