jueves, 21 de mayo de 2009

DE LA BRAVA A LA BRAVA Ramón Díaz-Marzo


Habana Vieja, La Habana, mayo 21 de 2009, (SDP) Esta entrevista, será diferente al clásico sistema de preguntas y respuestas. Hemos descubierto que nuestra intervención le quitaría dinamismo. Por tanto le cedemos la palabra a nuestra fuente que, por razones de seguridad, ha querido permanecer en el anonimato.

Todo empezó porque Menocal no quiso hacer elecciones. Simplemente dijo: “yo quiero seguir de presidente por que me sale de los cojones…” Eso se conoce en la Historia de Cuba como “La Brava”. Entonces los seguidores de José Miguel Gómez se alzaron.

Un general norteamericano, Enoch Crowder era quien realmente mandaba en Cuba. Tenía un buque de guerra, el Missouri, anclado en la bahía de La Habana. El general norteamericano vino porque había una guerrita entre liberales y conservadores. El problema se resolvió cuando el general vino con un maletín cargado de dólares, se reunió con José Miguel Gómez en un central azucarero y le preguntó “¿cómo es este problema, man?”. José Miguel Gómez le refirió la historia del alzamiento y el general americano abrió la maleta y le dijo a José Miguel Gómez: “coge lo tuyo”. Existe una secuencia fílmica cuando José Miguel Gómez sale con un fajo de billetes en la mano y mostrándolo le dice a sus partidarios: “¡caballeros ya, este problema se resolvió, cada uno para su casa, este problema se resolvió!” “¡Se acabó esto!”.

Y cada uno se fue para su casa y continuó Menocal en la presidencia hasta 1920 que vino Zayas. Le llamaban el pesetero.

Te digo que fue uno de los dos más grandes fraudes presidenciales que se han hecho en Cuba. El otro lo hizo don Tomás Estrada Palma, que botó del trabajo a todos los liberales, al descaro, pues si tú eras liberal te botaban del trabajo. Y obligó a José Miguel Gómez a marchar al exilio porque lo iba a matar. Es decir, que el primer presidente que tuvimos aplastó a la oposición y se presentó a las elecciones como candidato único.

Nuestro primer presidente, don Tomás Estrada Palma, es quien provoca la primera intervención militar del gobierno norteamericano después que Cuba se había proclamado país “soberano” y en su Constitución del año 1901 nos endosaran la Enmienda Platt. Pero se prohibía expresamente que el Presidente gobernara a la nación por un segundo periodo. Sin embargo, tú puedes acusarlo de anexionista, de todo lo que tú quieras, pero de ladrón no. Fíjate que él se quedó en Cuba y murió en la pobreza trabajando la tierra con sus propias manos, allá en Holguín.

Mc Kinley, el entonces presidente de los EU, le había regalado a don Tomás Estrada Palma un reloj de oro y cuando este terminó su período, devolvió el reloj y dijo “ese reloj es para presidentes y ya no soy presidente”.

Fíjate que el Generalísimo Máximo Gómez lo fue a buscar en el año 1901 cuando se iban a efectuar las primeras elecciones en Cuba. Cuando se presentó Alfredo Zayas, el Generalísimo dijo: “ese no” y miró en derredor a ver quiénes estaban.

Sin embargo, el gobierno de Alfredo Zayas fue el más democrático. Con Alfredo Zayas todo el mundo hizo lo que le dio la gana. Alfredo Zayas fue íntimo amigo de José Martí, y una de las figuras más importantes del Partido Revolucionario Cubano. Don Alfredo fue el único que no fue general, de todos los presidentes que pasaron por la primera etapa de la primera república. Esa es la etapa que se conoce como “Generales y Doctores”, que el escritor cubano Carlos Loveira muy bien supo reflejar en su libro del mismo título.

Aparte de que Alfredo Zayas fue abogado, es el único presidente cubano que ha sido intelectual. Escribió varios libros. Los demás presidentes tenían un bajo nivel cultural. En el caso de Gerardo Machado, lo hicieron “Doctor Honoris Causa” de la Universidad de La Habana por un gesto de guataquería. ¿Por qué? Porque amenazó a todos los profesores con no pagarles su sueldo y los profesores llegaron a la conclusión de que había que calmarlo de alguna manera. Los estudiantes le tumbaron a Machado aquella famosa valla que decía: “Gracias a la generosidad del presidente Gerardo Machado se construirá en este lugar la escalinata universitaria con su Alma Mater”. Denunciaron públicamente en la escalinata que Machado era un tirano. Los profesores no querían botar de la universidad a los alumnos implicados ni tomar ninguna medida disciplinaria. Y como había un contubernio en el asunto con los estudiantes y la cosa no estaba muy clara, Machado le suspendió el salario a todos los profesores. Entonces el cuñado de Machado, que era profesor de agronomía, llamó al claustro y les dijo: “¡Caballeros, vamos a pasarle la mano al viejo que nos está poniendo la luz roja y nos vamos a ver todos jodidos! Y fue cuando lo nombraron Doctor Honoris Causa. Y el único que se opuso a ese nombramiento fue el profesor Juan Bautista Curí Almeja.

Machado se atrevió a cerrar la Universidad y uno de los estudiantes que protestaron públicamente fue José Francisco Chelala y Aguilera.

Otro caso en la historia de la Universidad lo protagonizó muchos años después el propio José Francisco Chelala y Aguilera cuando El Jefe hizo una depuración en la Universidad en los primeros años de la Revolución.

Chelala era quien hacía la depuración encomendada por El Jefe. Chelala botó a todos los profesores batistianos y trató de volver a instaurar la autonomía universitaria, y entonces el Jefe le dice a Chelala que eso no… y es ahí cuando Chelala pide la renuncia a través de una carta que se encuentra en los archivos… donde le dice al Jefe: “ Parece mentira que tú y yo hayamos luchado tanto por la autonomía universitaria y que Batista cerró la universidad pero jamás se atrevió a suspender la autonomía, y ahora seas tú el que le dé el tiro de gracia a la autonomía universitaria…”

Esos fueron los dos grandes traspiés que tuvo Chelala. El primero con Machado y el segundo con el Jefe.

Juan Francisco Chelala y Aguilera, estudiante de medicina, fue el primer presidente del Directorio Estudiantil Universitario y encabezó la protesta contra la prórroga de poder de Gerardo Machado en el año 1927. Y Julio Antonio Mella era el presidente de la FEU.

Chelala fue miembro del Partido Comunista antes de la Revolución del Jefe. Cuando Machado, Chelala no era comunista. Él se hace comunista en el exilio y termina su carrera de medicina en Francia, en la Sorbona de Paris.

Chelala prestó su casa donde se efectuaron reuniones para los preparativos del ataque al “Cuartel Moncada”. Aparte de eso, él fue la figura, después de Alemán, que era el segundo de Eduardo Chibás (la figura más importante del Partido Ortodoxo en Cuba). Chelala también era senador de la República.

Cuándo triunfó la Revolución de 1959, a raíz de la discrepancia con el Jefe, a Chelala lo botaron del trabajo, de todas partes, lo multiplicaron por cero. El problema es que Chelala no aceptó las ideas del Jefe. El Jefe le dijo a Chelala que la Reforma Universitaria que él hacía no se correspondía con su pensamiento (el pensamiento del Jefe), pues para Chelala, de la Universidad, lo único que era intocable era la autonomía universitaria. Fíjate si el problema era grave que el propio Fulgencio Batista, que fue tan sanguinario, jamás se atrevió a tocar la “autonomía universitaria” que venía desde la época de Julio Antonio Mella. Si Mella hubiera estado vivo también hubiera protestado contra la abolición de la autonomía universitaria. Para esos personajes, la brújula de su vida había sido defender la “autonomía universitaria”. Y sin embargo, al triunfo de la Revolución, el Jefe la dio por finiquitada.

El Jefe obró rápido desde que bajó de la Sierra Maestra. Se apropió de los centros neurálgicos que pudieran atentar contra su poder en el año 1961. Desmontó la República pretextando el uso que pudiera darle el enemigo. Desmontó la sociedad civil. Es la época de la nacionalización de la enseñanza, de “Palabras a los intelectuales cubanos” (“dentro de la Revolución todo, fuera de la Revolución nada”). También desmontó los sindicatos, para eliminar la posibilidad de que los sindicatos tuvieran un accionar propio que era la esencia de la CTC (Central de Trabajadores de Cuba). Y también lo hizo con la libertad de prensa. Se intervinieron todos los periódicos. Con la Revolución todo, contra la Revolución nada, quiere decir que todo lo que se hable y escriba tiene que ser a favor de la Revolución. ¿Y entonces qué periódico va a existir que no repita lo mismo?

Yo pienso que todo su plan de gobierno ya lo traía preparado desde la Sierra Maestra y, quizá desde antes… ¿Todavía tú crees que la Revolución cubana del año 1959 fue un producto de la improvisación? Yo recuerdo que al principio de la entrevista que le hace la CBS en el año 1959 una de las preguntas era “¿usted no tiene miedo?”, y el Jefe responde: “Yo lo que me siento es preocupado”.
ramon597@correodecuba.cu

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