El Vedado, La Habana, 14 de mayo de 2009, (SDP) El político y periodista conservador Adolfo Rivero Caro, a través del diario Nuevo Herald, puso el pie forzado sobre si la generosa política norteamericana de entregar 20 mil visas anuales a los cubanos de la isla ayuda a promover el trabajo a favor de la democracia y la libertad en Cuba.
No se opone el articulista a la importancia que esto revista para los beneficiarios de tal arquitectura ni a sus familiares. El señala de soslayo como esa política puede drenar el capital humano de los grupos y organizaciones prodemocráticas.
No le falta razón, aunque podamos señalar como caso inverso el de Yoanys Sánchez, quien regresó a La Habana, luego de vivir dos años en la confortable Suiza con su familia, al comprender que “su lugar no era en otro país, sino en otra Cuba”. En consecuencia, siguió su trabajo por un país mejor a través de su blog, Generación Y, con el cual ganó el Premio Ortega y Gasset y prestigió a la intelectualidad democrática criolla.
El ejemplo de la bloguera es coherente con la mayoría de los actores prodemocráticos de la oposición. Paradigmas públicos son los casos de Héctor Palacios, impedido de hacer tratamiento medico en el exterior por no querer asilarse, o el de Jorge Luis García Pérez, Antúnez, quien dejó muy claro desde Placetas y cercado por las huestes de la policía política, que ni se calla, ni se va.
Además los cubanos comprometidos con el trabajo democrático, desde Baracoa hasta San Juan y Martínez, sobreviven en las más adversas circunstancias, con sus familias, a las presiones de la policía política y sus brazos ejecutores en los barrios, centros de trabajo y estudio.
No obstante, otras realidades también son palpables a la luz de lo magnánimo y contradictorio de la asignación del estatus de refugiado político. Es el caso de los que se aprovechan de la categoría o utilizan la realidad nacional para obtenerla.
La actitud de esa minoría se convierte en punta de lanza de la propaganda del gobierno y en Caballo de Troya contra las fuerzas prodemocráticas. Estas son acusadas de actuar en la política para emigrar. Las palabras de Martha Beatriz Roque, obtenidas mediante grabación ilegal y hechas públicas en los informativos de la dictadura, diciéndole a un interlocutor telefónico en Pinar del Rio, previa celebración de la Asamblea Para Promover la Sociedad Civil, que si no se apuntaban, no habría visas de refugiados, es “peccata minuta”.
En el año 2008, al menos tres individuos referentes abandonaron el escenario político de manera silenciosa través de los trámites de “refugiado”.
René Montes de Oca Martija, líder del Partido Pro Derechos Humanos, afiliado a la Fundación Andrei Sajarov. Su caso no es aislado en una organización con bases en casi toda la isla, pero incomunicadas entre ellas por el exilio de sus principales líderes nacionales y provinciales. En la práctica, la presidente de esa organización en la provincia de Granma, no conoce a sus homólogos en los territorios vecinos, por citar solo un ejemplo.
Otro caso es el de Eliecer Consuegra Rivas, que presidía la Alianza Democrática Oriental, organización con proyección regional y sede al norte de la provincia de Holguín. Su salida del país, sin avisar a sus compañeros (al igual que Montes de Oca), entre los que estaba el Movimiento Cubano Jóvenes por la Democracia (MCJD), descabezó un proyecto territorial que empezaba a dar sus primeros frutos en esa región.
Por ultimo, Ahmed Rodríguez Albacea, jefe de la Agencia Jóvenes sin Censura. Este improvisado comunicador, actuó como sus predecesores, otros improvisados periodistas independientes a los que Inmigración y Extranjería, entregó de manera expedita y sospechosa, la “carta blanca” o permiso de salida, mientras quedaban en la isla, sin poder salir un grupo de patriotas de la Causa de los 75, algunos aquejados de graves enfermedades.
Estos son tres casos aislados. No obstante, hay eventos que hacen sonar las alarmas. En una carta enviada a finales del 2008 a organismos internacionales por más de 50 retenidos contra su voluntad con actividad política y cívica dentro de la isla, más de la mitad de los firmantes con intención de establecerse en el exterior, dirigen organizaciones opositoras. La misiva, promovida por Edgar López Moreno, Presidente de la Coalición Juvenil Martiana, deja lagunas sobre la capacidad de trabajar por la democracia de algunas de esas organizaciones.
La salida al exterior como forma de salvar la historia personal, promovida por el gobierno militar, es un virus que vulnera el robusto cuerpo de las fuerzas prodemocráticas de la oposición. Su utilidad para el futuro de la nación puede ser discutible.
aleagapesant@yahoo.es
No se opone el articulista a la importancia que esto revista para los beneficiarios de tal arquitectura ni a sus familiares. El señala de soslayo como esa política puede drenar el capital humano de los grupos y organizaciones prodemocráticas.
No le falta razón, aunque podamos señalar como caso inverso el de Yoanys Sánchez, quien regresó a La Habana, luego de vivir dos años en la confortable Suiza con su familia, al comprender que “su lugar no era en otro país, sino en otra Cuba”. En consecuencia, siguió su trabajo por un país mejor a través de su blog, Generación Y, con el cual ganó el Premio Ortega y Gasset y prestigió a la intelectualidad democrática criolla.
El ejemplo de la bloguera es coherente con la mayoría de los actores prodemocráticos de la oposición. Paradigmas públicos son los casos de Héctor Palacios, impedido de hacer tratamiento medico en el exterior por no querer asilarse, o el de Jorge Luis García Pérez, Antúnez, quien dejó muy claro desde Placetas y cercado por las huestes de la policía política, que ni se calla, ni se va.
Además los cubanos comprometidos con el trabajo democrático, desde Baracoa hasta San Juan y Martínez, sobreviven en las más adversas circunstancias, con sus familias, a las presiones de la policía política y sus brazos ejecutores en los barrios, centros de trabajo y estudio.
No obstante, otras realidades también son palpables a la luz de lo magnánimo y contradictorio de la asignación del estatus de refugiado político. Es el caso de los que se aprovechan de la categoría o utilizan la realidad nacional para obtenerla.
La actitud de esa minoría se convierte en punta de lanza de la propaganda del gobierno y en Caballo de Troya contra las fuerzas prodemocráticas. Estas son acusadas de actuar en la política para emigrar. Las palabras de Martha Beatriz Roque, obtenidas mediante grabación ilegal y hechas públicas en los informativos de la dictadura, diciéndole a un interlocutor telefónico en Pinar del Rio, previa celebración de la Asamblea Para Promover la Sociedad Civil, que si no se apuntaban, no habría visas de refugiados, es “peccata minuta”.
En el año 2008, al menos tres individuos referentes abandonaron el escenario político de manera silenciosa través de los trámites de “refugiado”.
René Montes de Oca Martija, líder del Partido Pro Derechos Humanos, afiliado a la Fundación Andrei Sajarov. Su caso no es aislado en una organización con bases en casi toda la isla, pero incomunicadas entre ellas por el exilio de sus principales líderes nacionales y provinciales. En la práctica, la presidente de esa organización en la provincia de Granma, no conoce a sus homólogos en los territorios vecinos, por citar solo un ejemplo.
Otro caso es el de Eliecer Consuegra Rivas, que presidía la Alianza Democrática Oriental, organización con proyección regional y sede al norte de la provincia de Holguín. Su salida del país, sin avisar a sus compañeros (al igual que Montes de Oca), entre los que estaba el Movimiento Cubano Jóvenes por la Democracia (MCJD), descabezó un proyecto territorial que empezaba a dar sus primeros frutos en esa región.
Por ultimo, Ahmed Rodríguez Albacea, jefe de la Agencia Jóvenes sin Censura. Este improvisado comunicador, actuó como sus predecesores, otros improvisados periodistas independientes a los que Inmigración y Extranjería, entregó de manera expedita y sospechosa, la “carta blanca” o permiso de salida, mientras quedaban en la isla, sin poder salir un grupo de patriotas de la Causa de los 75, algunos aquejados de graves enfermedades.
Estos son tres casos aislados. No obstante, hay eventos que hacen sonar las alarmas. En una carta enviada a finales del 2008 a organismos internacionales por más de 50 retenidos contra su voluntad con actividad política y cívica dentro de la isla, más de la mitad de los firmantes con intención de establecerse en el exterior, dirigen organizaciones opositoras. La misiva, promovida por Edgar López Moreno, Presidente de la Coalición Juvenil Martiana, deja lagunas sobre la capacidad de trabajar por la democracia de algunas de esas organizaciones.
La salida al exterior como forma de salvar la historia personal, promovida por el gobierno militar, es un virus que vulnera el robusto cuerpo de las fuerzas prodemocráticas de la oposición. Su utilidad para el futuro de la nación puede ser discutible.
aleagapesant@yahoo.es
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