Santa Clara, Villa Clara, 14 de mayo de 2009, (SDP) La prostitución como fenómeno creciente en Cuba está presente en los estamentos nacionales menos imaginados por los observadores nacionales e internacionales. Alquilar una atractiva anatomía, preferentemente a extranjeros con monedas duras, se ha convertido en un juego azaroso en todas las clases sociales.
Si escarbamos en el ambiguo estigma que significa transformarse en una meretriz, se ve que las archifamosas “jineteras” son más puras de almas que otras también dedicadas a estos menesteres, porque las abiertamente declaradas jineteras asumen con valentía su rol social y arrostran las consecuencias.
A estas atrevidas comerciantes de sus caricias sexuales a desconocidos les han salido al paso un grupo competitivo mejor preparado y educado. Esta formación de jóvenes féminas saben camuflarse en la realización de una actividad socialmente útil y la mayoría portan el carné de la Unión de Jóvenes Comunistas.
Otra característica importante resulta que forman parte de la población flotante de las ciudades de mayor categoría de la isla y residen en albergues estudiantiles. Son hermosas e impetuosas mujeres que oficialmente viven en municipalidades pequeñas y de poco desarrollo industrial.
Entre sus rasgos distintivos están sus poquísimos deseos de regresar a sus terruños originales para cuando terminen sus menesteres educativos. Este es un grupo acomplejado por ser parte de la población con mayor grado de atraso económico-material en sus lugares de nacimiento.
Sus lugares de aprendizaje pueden ser desde la centenaria Universidad de La Habana, la Ciudad Universitaria José Antonio Echevarría (CUJAE) o el Instituto Superior de Ciencias Médicas “Victoria de Girón”. Todas estas entidades del nivel superior de enseñaza se localizan en la capital del país.
En las mencionadas academias no se han dado los escándalos de prostitución activa con mayor trascendencia entre lozanas universitarias y consumidores foráneos. La opinión pública nacional y preferentemente la internacional se estremeció por la recurrente clientela pornográfica en la Universidad de Ciencias Informáticas (UCI).
Con las sumarísimas expulsiones aplicadas por las autoridades de los centros de educación superior, no se ha resuelto hasta ahora esta manera de hacer dinero fácil por parte de la juventud. Reprimir en primera instancia a las asalariadas del sexo no es una actitud de investigación de los motivos auténticos de la manifestación.
Lo que hace que esto ocurra es un problema de fondo y tiene que ver mucho con la no percepción de libertades económicas por parte de los adolescentes. Los jóvenes de hoy no necesitan que el estado les garantice consignas políticas, a ellos les urge poder obtener y usar lo que tienen sus coetáneos en otros países.
Tras la caída de la noche, las aguerridas universitarias, aunque también ocurre con los varones en menor escala, toman parte del Malecón Habanero, La Rampa o la Quinta Avenida. Vestidas con ropas llamativas identificativas de las veteranas jineteras, les usurpan sus lugares cotidianos de labor y roban a interesados parroquianos.
De pronto un anciano con pasaporte alemán, canadiense, español, italiano o de otras nacionalidades se deleita con la rara circunstancia de fornicar con una alumna de medicina, estomatología, arquitectura, ingeniería o filosofía. Algo inverosímil en las sociedades capitalistas desarrolladas, donde ser meretriz es toda una vergüenza.
Una joven pronta a obtener un título universitario que optó por entregar su cuerpo dinero mediante, confirma que no cree en el futuro. Es la reafirmación de que a pesar de la apariencia de estar con el sistema político, ya no creen en las largas (ir) Reflexiones de Fidel Castro y mucho menos en los cortos discursos de Raúl.
Entonces comprendemos la causa de la baja calidad de los profesionales graduados o por graduarse. Asegurar una residencia en el exterior de Cuba, está primero que la ciencia. No es nada plausible intentar asimilar una carrera universitaria con el sol afuera, mientras se ejerce la profesión más vieja del mundo en nocturnidad.
Cuando las prostitutas en una sociedad pueden ubicarse en todos los tipos de grupos que componen esta, varios principios morales allí están desechos. Es una prueba más de la “doble moral” imperante descubrir como las aparentemente normales estudiantes en el día, son en realidad trasnochadas meretrices nocturnas.
cocofari62@yahoo.es
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