Prisión Provincial Canaletas, Ciego de Ávila, 14 de mayo de 2009, (SDP) Segundo domingo de mayo, día inolvidable para los cubanos. Aunque lo hacemos a diario, este es el día escogido para homenajear a nuestras madres, a las que nos traen al mundo, a nuestras creadoras. Con el de hoy, suman siete de forma ininterrumpida en que no he podido depositar el beso deseado en las mejillas de mi viejecita.
Infortunadamente, no soy el único cubano que sufre la amarga experiencia. Varias decenas de miles de compatriotas soportan tras las rejas en el querido país, aunque todos no pensamos de igual forma. A pesar de ello, no estoy triste, tampoco derrotado y mucho menos pesimista. Como luchador pacífico y no violento que soy, consciente de la pureza de nuestras ideas y de nuestra lucha, quiero enviar un saludo de felicitación, extensivo a todas las madres cubanas y especialmente para aquellas que tienen al menos un hijo preso, sea cual fuere la causa.
Con independencia de lo que afirma el gobierno cubano cuando denigra los objetivos de nuestra lucha, en nombre de mis hermanos de ideas y en el mío propio, aseguro que también luchamos por sus hijos, buscamos reivindicar la verdad y el derecho en nuestra querida patria cubana y reclamamos además, amnistía para los presos, no sólo para los presos políticos. Así, todas las madres se sentirán felices en compañía de sus hijos libres y afanados en trabajar para salir adelante.
Las madres cubanas pueden contribuir decisivamente para terminar con este clima de intolerancia, donde pensar diferente, puede ser conceptuado como una mancha. Eso es lo que marca la diferencia. Madres cubanas, créanme. Si cada una se afirma en estos principios, cada segundo domingo será una fiesta de amor y convivencia.
primaveradigital@gmail.com
Infortunadamente, no soy el único cubano que sufre la amarga experiencia. Varias decenas de miles de compatriotas soportan tras las rejas en el querido país, aunque todos no pensamos de igual forma. A pesar de ello, no estoy triste, tampoco derrotado y mucho menos pesimista. Como luchador pacífico y no violento que soy, consciente de la pureza de nuestras ideas y de nuestra lucha, quiero enviar un saludo de felicitación, extensivo a todas las madres cubanas y especialmente para aquellas que tienen al menos un hijo preso, sea cual fuere la causa.
Con independencia de lo que afirma el gobierno cubano cuando denigra los objetivos de nuestra lucha, en nombre de mis hermanos de ideas y en el mío propio, aseguro que también luchamos por sus hijos, buscamos reivindicar la verdad y el derecho en nuestra querida patria cubana y reclamamos además, amnistía para los presos, no sólo para los presos políticos. Así, todas las madres se sentirán felices en compañía de sus hijos libres y afanados en trabajar para salir adelante.
Las madres cubanas pueden contribuir decisivamente para terminar con este clima de intolerancia, donde pensar diferente, puede ser conceptuado como una mancha. Eso es lo que marca la diferencia. Madres cubanas, créanme. Si cada una se afirma en estos principios, cada segundo domingo será una fiesta de amor y convivencia.
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