jueves, 21 de mayo de 2009

ESCUELA CUBANA: ADOCTRINAMIENTO Y CONTROL, Moisés L. Rodríguez


Cabañas, Habana, mayo 21 2009 (SDP) La escuela cubana incluye objetivos ideológico-políticos que, disfrazados de pedagógicos, imposibilitan “ (…) el pleno desarrollo de la capacidad humana” como demanda la Declaración Universal de Derechos Humanos al obstaculizar o impedir el ejercicio propio y el despliegue de la iniciativa individual.

Se pretende lograr, con el adoctrinamiento de educadores y educandos, la renuncia a sus capacidades y derechos de opinión, y así favorecer desde las primeras edades el control sobre el ciudadano y su reducción a ejecutores pasivos de las orientaciones de “arriba”.

Desde la primaria se obstaculiza el desarrollo de las potencialidades y los rasgos positivos de los individuos al pretender ajustarlos al modelo de hombre nuevo. Hacer crecer la masa y evitar ciudadanos libres y responsables es el objetivo.

Las asignaturas de Humanidades se imparten bajo la óptica del dogma. Nada de presentar puntos de vistas diversos para propiciar el análisis y el debate que permitan la formación de criterios individuales.

Los programas educativos omiten o evaden temas que contribuyan a la participación de los ciudadanos en la cosa pública. No existen asignaturas como Moral y Cívica. El estudio de la Constitución de la República y las leyes vigentes tampoco forma parte de los programas de estudio.

Excluyen también lo relacionado con la normativa internacional de los derechos humanos. La Declaración Universal no se estudia en su totalidad. Se hace referencia, en ocasiones, a algunos de los artículos a conveniencia del discurso oficial.

El control a través del expediente escolar merma la confianza desde la cuna y le da crecimiento hasta la tumba, en un medio despiadadamente represivo ante el ejercicio del “(…) derecho a participar en el gobierno de su país” desde posiciones disidentes.

Cada estudiante debe someterse sistemáticamente a los análisis de grupo que guían las organizaciones de pioneros en la primaria, de la Federación de Estudiantes de la Enseñanza Media en la secundaria y el preuniversitario y de la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU) en las universidades. En ellos se evalúa el cumplimiento de la emulación socialista y se elige a los “mejores”.

Ser mejor se interpreta como ser el más subordinado. El que actúa de forma menos independiente. El legitimo, el de mejor desempeño académico acompañado de criterios propios, es discriminado de facto.

Se sustituye el ejercicio de lo auténtico por pseudos-valores como el de la incondicionalidad absoluta al partido único y su máximo líder o a lo que es lo mismo con otro nombre: la Revolución.

En muchas reuniones oficiales (la última fue el 14 de marzo con la presencia de la ministra de educación Ena Elsa Velásquez), se hacen análisis sobre las deficiencias en la enseñanza y la forma de mejorarla. Tratan de perfeccionar lo que en la práctica ha demostrado ser deficiente desde su concepción, así como en su diseño y ejecución.

El sistema educativo cubano debe ser modificado con los criterios y en la dirección de lo demandado por la UNESCO con ajustes a la realidad nacional. Ello se consigue si se abandonan los dogmas y los parciales intereses del grupo en el poder que impone la política educativa.

Priorizar los criterios de los profesionales del ramo y los educandos es un imperativo.
Solo de esa forma se logrará un sistema educativo centrado en el hombre y los intereses de la nación. Así el actual sistema dejará de ser un medio más de adoctrinamiento y control social en manos de unos pocos, para pasar a servir al país y a todos los cubanos.
corrientemartiana@yahoo.com

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