jueves, 7 de mayo de 2009

UNA VISA PARA SILVIO Y TARJETAS BLANCAS PARA TODOS, Editorial Nro. 67

Silvio Rodríguez, el acaudalado trovador oficial se quejó porque el Departamento de Estado de los Estados Unidos, demoró la entrega de su visa y no llegó a tiempo al 90 cumpleaños de Pete Seeger, el legendario folk singer norteamericano. Su queja comparte espacio en Cubadebate y Granma con las Reflexiones atribuidas al compañero Fidel.

El ex diputado Silvio fue una de las voces mejor afinadas y más disciplinadas de este coro político. Desde su escaño, en 2003, apoyó en su momento el arresto y encarcelamiento de los 75 y el fusilamiento sumario de tres infelices negros que pretendían escapar del infierno de los Castro.

Aunque el cantante conoce de primera mano, que su gobierno niega el derecho de entrar y salir sin permiso, de la tierra en que nacieron, a todos los cubanos, nunca trató el punto en su escaño. Hasta este momento, tampoco ha protestado por semejante arbitrariedad, ni en Cubadebate ni en Granma.

Silvio no se ha referido jamás, ni desde el parlamento ni desde Granma o Cubadebate a los cientos de casos en que el gobierno que respalda, impide salir del país y mantiene en condición de rehenes políticos, a personas por sostener posiciones políticas opuestas a la ideología oficial y por expresarlas de forma pública.

En fin, ese excelente artista que es sin duda alguna Silvio Rodríguez, es en otro orden más importante de cosas, un hombre totalmente deshonesto y un infeliz moralmente reprobable. A partir de sus servicios como parlamentario, sus ingresos crecieron y consiguió ingresar en el selecto club de los millonarios autorizados por el Comandante y familia.

Si los gobiernos, en todos los casos conjugaran además de la defensa de los intereses nacionales que deben imponer, los principios morales que sostienen la democracia, es probable que Silvio Rodríguez y el resto de los familiares y servidores de la élite dinástica que dirige el país, no recibieran visado de entrada a los países democráticos.

Serían declarados personas no gratas. Siempre que intentaran realizar visitas privadas o por motivos particulares, se verían rechazados por la comunidad internacional. Estarían rechazados, hasta que cese el bloqueo de la dictadura familiar y militar de izquierda de los Castro, contra el pueblo de Cuba.

¡Ojala que la indolencia burocrática de que se queja Silvio, fuera algo más que el contratiempo ocasional que es! Sería aleccionador que los servidores y allegados familiares de la élite, se vieran bloqueados para salir del país, no sólo hacia los Estados Unidos, sino hacia el resto de los países democráticos. Que no reciban visado, mientras mantengan bloqueado a todo el pueblo de la Isla. Pero esto no es más que wishful thinking, porque como ya se dijo: Los gobiernos defienden intereses nacionales y no principios morales.

Pesa más en la actualidad el visado de Silvio, que las onerosas tarjetas blancas impuestas a todos los cubanos.

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