viernes, 1 de mayo de 2009

HASTA QUE SE APAGUE EL SOL, José Antonio Fornaris


Managua, La Habana, abril 30 de 2009 (SDP). Que lo sepan los nacidos y todos los que están por nacer: Cuba no ingresará de nuevo jamás en la Organización de Estados Americanos (OEA). Lo afirmó hace unos días en Venezuela Raúl Castro y lo ratificó en una “reflexión” su hermano mayor, Fidel Alejandro.

Que quede claro, hasta después que el sol se apague, dentro de cinco mil millones de años, estaremos sin reingresar a la OEA.

Algo en común que tienen los dictadores, no importa la época ni las tendencias, es la ridiculez extrema. En el caso de Cuba, la situación es patética porque los que asumen esa actitud son ancianos a los que la biología está al entregarles el pasaje del definitivo viaje

Lo de la OEA se enmarca, aunque en direcciones opuestas, en la disposición de los líderes históricos de mantener por siempre en la isla el socialismo.

Imagino que hasta Dios, si es que se ocupa de ese tipo de gente, se sentirá sorprendido con tanta petulancia.

Estas personas tienen en mente seguir rigiendo a su antojo, desde la tumba, los destinos de Cuba y de las nuevas generaciones que pueblen este país.

Somos algo más de trece millones, un poquito más de once en la isla y el resto desperdigado en otras varias naciones del mundo. ¿Consultaron los Castro a todos los cubanos para asegurar que Cuba no tiene interés ninguno de reingresar a la OEA?

A diario nos hablan de la democracia socialista, por supuesto muy superior a la democracia capitalista. La democracia tiene apellido. Los antiguos griegos no sabían nada de eso pero la casta en el poder en Cuba sí. Esa élite es la democracia socialista, y lo que digan sus integrantes es la opinión de todos.

Entonces, esas personas que en cincuenta años no han podido resolver siquiera que más del cincuenta por ciento del agua que sale de las fuentes de abasto se pierda, y que al parecer no se han enterado que el comunismo perdió la batalla ideológica –demasiado quebradizo ante la prueba del tiempo- hace veinte años, son la democracia.

Cualquier observador de la realidad cubana puede vaticinar que el “jamás” está cerca, y que Cuba retornará a la Organización de Estados Americanos. Nadie con un poco de sensatez, o con dos dedos de frente, como decían nuestros padres y abuelos, puede creer que un pequeño grupo que manifiesta sus miedos a gritos, puede detener por siempre el curso natural de la vida de una nación.
fornarisjo@yahoo.com

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