viernes, 1 de mayo de 2009

LA PELIGROSA DOCTRINA OBAMA, Guillermo Fariñas


Santa Clara, Villa Clara, 30 de abril de 2009, (SDP) El Dr. Fidel Castro Ruz ha hecho del manejo de la mentira todo un arte en el ejercicio del poder político. Sus contradicciones en sus discursos o escritos son algo proverbial. Recordar aquellas afirmaciones en el año 1959: “La Revolución Cubana nunca será comunista, porque es más verde que las palmas”. Son algo inolvidable.

Al no poder jugar su rol favorito como orador, Fidel escribe en su (ir) Reflexión titulada Con los pies sobre la tierra: “Siempre Cuba ha dicho: no tememos dialogar con Estados Unidos. No necesitamos tampoco la confrontación para existir, como piensan algunos tontos, existimos precisamente porque creemos en nuestras ideas”.

Y en otra de sus (ir) Reflexiones, esta bajo el título Militares con criterios acertados, dice: “No tememos dialogar; no necesitamos inventar enemigos; no tememos al debate de ideas; creemos en nuestras convicciones y con ellas hemos sabido defender y seguiremos defendiendo nuestra Patria”.

La historia de la vida política de Fidel Castro ha aclarado con creces que se debe esperar de él y sus seguidores todo lo contrario de lo que afirmen públicamente. Siempre, como los magos, tratará de desviar la atención de los observadores, amigos o enemigos, hacia el lugar donde todo sea precisamente apariencias.

Fidel y Raúl Castro Ruz son ante todo un par de conspiradores que llegaron al poder y con engaños lograron implantar un gobierno totalitario durante más de 50 años, a solo 90 millas de territorio yanqui. Como buenos complotados, al fin y al cabo comprenden que deben ganar tiempo para no perder el mando del país.

Pero Fidel y su equipo de gobierno saben muy bien, que por primera vez en décadas, tienen un adversario de consideración en la presidencia de los Estados Unidos de América. Ellos perciben que el recién llegado primer afronorteamericano a la Oficina Oval va a hacer todo lo contrario a lo hecho por sus antecesores.

Los cubanos que forman parte orgánica de la ciudadanía de a pie todavía están asombrados de todas las concesiones sin nada a cambio, que ha hecho el actual gobierno de los Estados Unidos de América a los gobernantes isleños. Esta sorpresa viene dada porque intuyen que Barack Obama de tonto no tiene un pelo.

Algunos más avezados estiman que las supuestas autorizaciones faltas de compensaciones recíprocas, forman parte de un plan bien estructurado de un grupo de Tanques Pensantes obamistas.

El ritmo de los cambios respecto a Cuba se hace de modo dinámico y sin propaganda superflua. Forman ya parte del pasado el desmantelamiento de la cárcel en la Base Naval de Guantánamo, el levantamiento total de las restricciones a los viajes de los cubano-americanos a su patria de origen y el no impedimento para el envío cualquier cantidad de remesas familiares de los residentes en territorio estadounidense.

Ahora ya se solicita por parte de los grupos de cabildeo político en Washington DC el levantamiento del embargo económico a la isla y el restablecimiento de las relaciones diplomáticas.

Aunque el gobierno castrista pregone que gana poco a poco la confrontación con los yanquis, todo es un gran bluff verbal y propagandístico. Sin un enemigo a quien culpar, ni sus propios defensores podrán evitar la avalancha de críticas contra una desmedida represión a quienes se oponen pacíficamente. Ese gran embuste-afirmación: “En este país y con este gobierno nunca se ha torturado a ningún ciudadano”, le pone la carne de gallina a quienes creen en la verdad.

Pero el plan de Obama y sus asesores en cuanto a Cuba, es quitar a sus gobernantes todo pretexto confrontacional. Por eso se hace peligrosa la Doctrina Obama.
cocofari62@yahoo.es

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