viernes, 1 de mayo de 2009

TENGO UN 1RO DE MAYO, Francisco Chaviano González


Jaimanitas, La Habana, 30 de abril de 2009, (SDP) Hace unos días me visitó el viejo amigo y opositor Jorge Omar Lorenzo Pimienta. Entre otras cosas me contaba lo que parece ser una buena nueva. Resulta que en las empresas de San Antonio de los Baños, donde el vive, se le está orientando a los trabajadores: que para el desfile del próximo 1ro de Mayo, no se pueden llevar carteles que denigren al vecino del norte ni decir consignas contra ese gobierno.

También Tomás Ramos Rodríguez, el viejo tigre opositor que reside en la Fraternidad de Párraga, asegura que muchos jóvenes de la universidad, le han contado haber sido instruidos de la misma manera. La noticia me dejó perplejo. Llevamos tantos años con la cantaleta del imperialismo, que ya no se concibe esa celebración sin dar patadas por el trasero a los yanquis, aunque en el empeño este pueblo se quede sin zapatos. De ser así, sería un pequeño signo de cambio positivo, el primer paso para desmontar la retórica del enfrentamiento, la maquinaria de azuzar las heces de odio de este pueblo contra aquel.

Por otra parte, un vecino de Jaimanitas, que no quiere ser identificado por razones obvias, asegura que se les informó que solo asistirán a la Plaza los municipios cercanos y el resto desfilará en su zona. Esto último, sería indicativo de escasez de recursos, fundamentalmente petróleo. Un tercio del trasporte de Ciudad Habana, está parado por falta de combustible y sus trabajadores interruptos. Cosa contradictoria si se tiene en cuenta el bajo precio del petróleo y la alta demanda del servicio.

Sea por una u otra razón, o por ambas, todo parece indicar que tendremos un 1ro de Mayo algo diferente y no mucho más. Si, diga lo que se diga, no me haré ilusiones mientras gobiernen personas como los Castro. Ese nombre está demasiado ligado a la represión y el totalitarismo. No importa si los ciudadanos comen o no, para la propaganda no escatiman recursos. El pueblo para ellos es un rebaño de zombis, a quien confiscaron la capacidad de pensar con libertad. Desde entonces, se limitan a repetir lo que sus gobernantes dicen.

En los desfiles del 1ro de Mayo, como en todos los actos públicos, se corea hasta el cansancio los estereotipos de facturación Castro. Ellos determinan que se dice en las pancartas, que se aplaude y que se abuchea. Nada de reclamos laborales, ni de reivindicaciones obreras y menos aún pedir aumentos salariales o protestar por los exorbitantes precios. Los sindicatos, no están para representar los intereses de los trabajadores, sino para fustigarlos en beneficio de los que mandan, convirtiéndose en una herramienta represiva más.

Cada año la celebración de los trabajadores es una farsa gigantesca. Los comediantes obreros y del pueblo en general, cantan, gritan y aplauden hasta el cansancio. Es todo un derroche de falsa alegría, cuando sobrarían razones para llorar. La miseria en que vivimos es tremebunda. La familia desmoralizada cae en todo tipo de vileza: envían sus hijas a la prostitución. No son pocos los padres que se convierten en proxenetas de la madre de sus hijos. La malversación y la apropiación indebida son el único acicate para trabajar. El vivir al margen de la ley se ha generalizado de forma ineludible.

El gobierno ha instalado una trata de intelectuales. Vende los servicios médicos, ingenieros y de otros muchos profesionales, que parten a realizar trabajos en otros países, a cambio de la cuarta parte de la paga por su trabajo. Es una explotación desmesurada, pero los encartados la aceptan de buena gana. Pueden buscar extras a escondidas, mientras el trabajo que se deja atrás, en manos de sus colegas, es mucho peor remunerado. Los dependientes que laboran en la gastronomía turística, lo hacen prácticamente de gratis. Sin embargo, al estado le parece poco y los obliga a donar más de la mitad de la propina que reciben.

La tajada gubernamental es aún peor cuando de empleo en empresa mixta se trata. Ellos han concertado con la parte capitalista foránea el que le paguen la mano de obra en dólares a la contratista estatal y esta se ocupa del pago al trabajador. Cobran por cada empleado de 300 a 600 dólares y más, luego entregan por nómina el equivalente de 20 dólares en moneda nacional. Extorsión nunca antes vista y por demás institucionalizada. Esta exacción es comparable con la que ejercían los faraones de la antigüedad. Ante tal cosa, el capitalista extranjero se ha compadecido y comenzó a entregarle una platica extra a sus empleados. A esto, el gobierno impuso también un impuesto del 30%...¡de que se las trae se las trae!

A pesar de lo anterior, los productos se pagan en Cuba con un recargo de 240 % con respecto a lo que se paga en el resto de los países de la zona. Los cubanos no mueren por inanición porque hay una canasta básica que lo impide. También tenemos garantizada la escuela (cada vez más deteriorada), la salud pública (aunque es un peligro enfermarse) y otros servicios indispensables que absorben la pequeña paga. Pero se trata de subsistir en la extrema miseria. Un par de zapatos de mediana calidad cuesta el salario íntegro de tres meses… ¿Será esto “lo que teníamos que tener”? Tal vez lo merecemos y por eso el poeta Nicolás hizo su poema en primera persona, desentendiéndose de los demás.
chavi_glez@yahoo.com

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