Jaimanitas, La Habana, julio 30 de 2009 (SDP) La televisión cubana acaba de estrenar una nueva producción en su espacio estelar de la noche, la telenovela “Diana”.
Escrita y dirigida por Rudy Mora y con un buen repertorio de actores, los cuatro capítulos exhibidos ya en la pequeña pantalla muestran una interesante propuesta que rompe con el tradicionalismo y los patrones artísticos manejados en ofertas anteriores.
No aparecen aquí casas lujosas de El Vedado o Miramar, ni la solvencia económica que asumían los protagónicos de las series que le han precedido. Están lejos también los maniqueos conflictos sociales y sobredimensionadas intenciones profilácticas que mareaban la calidad estética. La nueva entrega parece más un trabajo de los productores independientes que un programa de la División de Dramatizados del Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT).
En sus primeros cuatro capítulos, “Diana” revaloriza el argumento oficialista cuando pone al desnudo la orfandad de los derechos ciudadanos y muestra de manera descarnada la verdadera Cuba, la mayoritaria, esa que asombra con sus absurdos y que la vuelven única en el contexto sociopolítico, en comparación con sus émulas de otros países.
Dos claros ejemplos del tono narrativo y escénico que sugiere esta telenovela son las circunstancias que han servido de argumentos para enrolar la historia inicial. Un anciano se disgusta con un vecino por el horario del motor del agua del edificio y cae en plena calle infartado. Cuando vienen a socorrerlo, en vez de permitir que lo trasladen al hospital, el anciano exige que lo regresen a la carnicería, pues va a perder su turno en la cola para comprar el pollo.
También se remarcan los problemas acuciantes de vivienda, abordados desde la óptica de una pareja obligada a hacer el amor debajo de una colcha, en pleno verano, en un cuarto ínfimo y rodeado de familiares que aún no se duermen.
Fernando Echavarría, Raúl Pomares, Manuel Porto, Verónica Lynn, Blanca Rosa Blanco, Edith Massola, Aurora Basnuevo, Raúl Eguren, Néstor Jiménez, entre otros, conforman el núcleo central. Abundan las tomas de cámaras incidentales, en ocasiones asemejan filmaciones caseras y trasmiten la sensación de un seguimiento ingenuo y caprichoso de la trama, algo propicio para añadirle a la atmósfera una credibilidad bien alejada de los sets tradicionales y las poses impostadas.
También la oscura miseria subyacente, típica de la inmensa mayoría de los hogares de la isla, es otro de los artificios bien logrados. El desgaste sicológico cotidiano y la premura conque vivimos hoy podemos repasarla lunes, miércoles y viernes, a las 9 de la noche por Cubavisión.
Solamente faltó música de Frank Delgado y dirección de Eduardo del Llano, para que “Diana” cupiera dentro del arsenal de producciones independientes que pasa de mano en mano y de forma clandestina en formatos DVD o en memorias USB, donde se recrea la vida actual en la Mayor de Las Antillas, azuzados por nuestra mejor arma de defensa: el choteo.
Rudy Mora y el colectivo de “Diana” han realizado un disparo que hasta ahora va en dirección correcta. Ojala que en los capítulos siguientes ningún obstáculo desvíe la trayectoria de la flecha, para que logre dar felizmente en el blanco.
baileycorrea@yahoo.com
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