jueves, 23 de julio de 2009

EL FINAL DE ROBIN HOOD, Tania Díaz Castro



Santa Fe, La Habana, julio 23 de 2009 (SDP) A pesar de que los eruditos no acaban de ponerse de acuerdo en si Robin Hood existió o no, este personaje británico de finales del siglo XIV es conocido en el mundo entero.

Según la leyenda, fue un joven apuesto y rubio que usaba trajes muy ajustados al cuerpo y andaba siempre armado con arco, flechas y cuchillo al cinto, porque su obsesión era robar a los ricos y ayudar a los pobres. Cazaba ilegalmente por los bosques reales de Sherwood y Yorkshire, entre otros, y para defender la causa de los necesitados y oprimidos, hasta mató a representantes del gobierno y de la Iglesia. Fue, en resumen, un delincuente.

Se dice también que Robin Hood era revolucionario y que junto a los otros compinches de su banda, Little John, Hill Scarlet y Friar Tuck, creó su propio gobierno en la Inglaterra medieval.

Sigue diciendo la leyenda que bajo su mando los analfabetos aprendieron a leer y escribir, que los niños trabajaban en el campo, que creó unas milicias a su favor y que echó de su comarca o hizo prisioneros a los que pensaban distinto a él. También que repartió los alimentos cuando estos comenzaron a escasear y multiplicó las prisiones para todo aquél que cazara en sus bosques sin su permiso.

Al cabo del tiempo y empeñado en demostrar que sus ideas eran las más justas, Robin trató de que todo fuera como antes: de nuevo llevó al campo a los escolares, trató de revitalizar el trabajo voluntario (porque pagar horas extras no podía) y armó con mejores arcos y flechas a sus más fieles seguidores para que la balada final no representara un verdadero desastre.

El final del mito Robin Hood no fue nada bueno. Al cabo de casi medio siglo, como era muy poco lo que Robin le ofrecía a su gente, esta comenzó a saquear todo lo que podía de los bosques de Sherwood, Yorkshire y otros, todos propiedad de Robin.
vlamagre@yahoo.com

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