El Vedado, La Habana, 23 de julio de 2009, (SDP) La guerra fría término hace veinte años. En ese lapso de tiempo, el Movimiento de Países No Alineados fue incapaz de deslindarse del pedigrí fundador. Luego de romperse uno de los bloques y sin la sombrilla ideológica que amparó a esa reunión de dictadores tercermundistas, los sátrapas siguen reuniéndose cada tres años para hacer turismo político y presionar a las democracias.
En el último trienio, el gobierno de Cuba fungió Presidente de la organización. En estos días de julio, el general-presidente Raúl Castro hace balance de su gestión en Sharm el Sheik, para entregar el estrado al coronel-presidente egipcio, Hosni Mubarak.
Como tiene poco que mostrar, el canciller Bruno Rodríguez hace hincapié en el eterno conflicto árabe-israelí, la destitución de un corrupto presidente en Honduras, la liberación de cinco espías cubanos presos en los Estados Unidos y la extradición de un ciudadano cubano a Venezuela. Graciosamente, su predecesor Felipe Pérez, no introdujo el tema MNOAL entre las prioridades de la política exterior cubana en las reuniones de la Asamblea Nacional.
La decisión de La Habana de asumir la presidencia del MNOAL en 2006 era parte de una estrategia relacionada con la intención de Venezuela de presentarse como candidato a Miembro No Permanente, del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, frustrado por la salida técnica de Fidel Castro del poder por enfermedad y el discurso “sulfuroso” del Presidente de Venezuela en las Naciones Unidas,
La lamentable actuación del gobierno cubano contra un país miembro del movimiento cuando apoyó la invasión de las tropas soviéticas a Afganistán en 1979, se repitió tras la correría rusa en Georgia en el 2008. Como líder, Cuba fue incapaz de convertirse en elemento de mediación y negociación de contenciosos con Corea del Norte o Irán. Su apoyo irrestricto a la monarquía de Pyongyang y a la teocracia persa, la descalificaron.
En el área africana, la presidencia del NOAL que ahora concluye, no contribuyó a solucionar la crisis interna en Zimbabwe, por la intención de Robert Mugabe a reelegirse por vida, o a frenar la matanza en Darfur, Sudán, llevada a cabo por las milicias musulmanas contra la minoría cristiana o contribuir a formación de un gobierno nacional en Somalia.
En el hemisferio americano, la política cubana, subordinada a los petrodólares venezolanos, contribuyó a la permanencia de los grupos narcoterroristas en Colombia y si participó en alguna liberación de rehenes, fue en calidad de garantes de Venezuela y las FARC. Excluida de la mayoría de los mecanismos regionales hasta diciembre de 2008, el gobierno militar ni tuvo la intención ni pudo aplacar los procesos de desestabilización democrática en Perú, Bolivia, México y Honduras.
Su posición en los organismos internacionales contribuyó a la permanente violación de los Derechos Humanos en la isla y en otros países miembros del Movimiento como Corea del Norte, Zimbabwe, Sri Lanka, Sudán y Birmania, entre otros. Los hombres de la cancillería en Ginebra, lideraron el bloqueo a su condena en los organismos internacionales.
Su política tampoco reafirmó la responsabilidad de los Países No Alineados en la preservación de los ecosistemas, la eliminación del envío de gases tóxicos a la atmosfera y en el desarrollo de fuentes de energía renovable. En las relaciones económicas, su liderazgo bloqueó la llegada a acuerdos en la Ronda de Doha de comercio internacional, así como cualquier otro mecanismo de internacionalización del mercado.
Como parte de su cosmovisión, la política exterior prefiere responsabilizar al mundo democrático y desarrollado, responsable de la introducción de las nuevas tecnologías y las renovaciones de las fuentes de energía, de los problemas económicos y sociales de los desgobiernos y las autocracias. Atacó el desarrollo de los biocombustibles y las fuentes alternativas de energía. La introducción de esas novedosas tecnologías permitirían la disminución del hambre en los países pobres, crearía nuevos puestos de trabajo en esos países a partir del desarrollo de una agricultura sostenible y disminuiría los gastos por consumo de energía no renovable (petróleo, gas, carbón).
Aunque habrá palmaditas en la espalda para la delegación cubana, compuesta entre otros por el general-presidente, su hijo varón y su nieto, es probable la insatisfacción de los países pobres con la presidencia cubana del Movimiento de los No alineados.
aleagapesant@yahoo.es
Pedigrí
El Movimiento No Alineado (Mnoal), surgió estimulado por las dos potencias vencedoras de la segunda guerra mundial. Fue el cómodo pasillo donde se establecieron los dictadores aupados por problemas geoestratégicos. Luego de disuelto el Pacto de Varsovia en 1988, la organización queda como otra pieza museable de la “guerra fría.”
En ese escenario, sus principales animadores fueron entre otros Sukarno, Nkruma y Nasser.
Ahmed Sukarno fue un colaboracionista con los japoneses durante la II Guerra Mundial. Al convertirse en Presidente de Indonesia en 1949, suprimió los partidos políticos e instituyó en 1959 la “democracia dirigida”, forma de gobierno dictatorial, caracterizada por la planificación económica y el sistema presidencialista, que culminó en 1960 con la disolución del Parlamento. Su corrupto gobierno mantuvo a Indonesia en una continua crisis política y económica.
Kwame Nkrumah, fue uno de los líderes de la independencia de Ghana. Presidente (1960) y jefe de las Fuerzas Armadas. Creó un régimen de partido único en 1964, se autoproclamó presidente vitalicio y promovió activamente el culto a su personalidad. Fue depuesto por un golpe de Estado y murió arropado por el dictador rumano Nicolás Ceaucescu.
Gamal Nasser, el hombre fuerte de Egipto desde la independencia hasta su muerte. Cooperó con los servicios de inteligencia de la Alemania Nazi. Disolvió los partidos políticos y estableció un régimen unipartidista. Fue incapaz de derrotar o convivir con Israel, que lo humilló en la guerra de los seis días (1967).
En el último trienio, el gobierno de Cuba fungió Presidente de la organización. En estos días de julio, el general-presidente Raúl Castro hace balance de su gestión en Sharm el Sheik, para entregar el estrado al coronel-presidente egipcio, Hosni Mubarak.
Como tiene poco que mostrar, el canciller Bruno Rodríguez hace hincapié en el eterno conflicto árabe-israelí, la destitución de un corrupto presidente en Honduras, la liberación de cinco espías cubanos presos en los Estados Unidos y la extradición de un ciudadano cubano a Venezuela. Graciosamente, su predecesor Felipe Pérez, no introdujo el tema MNOAL entre las prioridades de la política exterior cubana en las reuniones de la Asamblea Nacional.
La decisión de La Habana de asumir la presidencia del MNOAL en 2006 era parte de una estrategia relacionada con la intención de Venezuela de presentarse como candidato a Miembro No Permanente, del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, frustrado por la salida técnica de Fidel Castro del poder por enfermedad y el discurso “sulfuroso” del Presidente de Venezuela en las Naciones Unidas,
La lamentable actuación del gobierno cubano contra un país miembro del movimiento cuando apoyó la invasión de las tropas soviéticas a Afganistán en 1979, se repitió tras la correría rusa en Georgia en el 2008. Como líder, Cuba fue incapaz de convertirse en elemento de mediación y negociación de contenciosos con Corea del Norte o Irán. Su apoyo irrestricto a la monarquía de Pyongyang y a la teocracia persa, la descalificaron.
En el área africana, la presidencia del NOAL que ahora concluye, no contribuyó a solucionar la crisis interna en Zimbabwe, por la intención de Robert Mugabe a reelegirse por vida, o a frenar la matanza en Darfur, Sudán, llevada a cabo por las milicias musulmanas contra la minoría cristiana o contribuir a formación de un gobierno nacional en Somalia.
En el hemisferio americano, la política cubana, subordinada a los petrodólares venezolanos, contribuyó a la permanencia de los grupos narcoterroristas en Colombia y si participó en alguna liberación de rehenes, fue en calidad de garantes de Venezuela y las FARC. Excluida de la mayoría de los mecanismos regionales hasta diciembre de 2008, el gobierno militar ni tuvo la intención ni pudo aplacar los procesos de desestabilización democrática en Perú, Bolivia, México y Honduras.
Su posición en los organismos internacionales contribuyó a la permanente violación de los Derechos Humanos en la isla y en otros países miembros del Movimiento como Corea del Norte, Zimbabwe, Sri Lanka, Sudán y Birmania, entre otros. Los hombres de la cancillería en Ginebra, lideraron el bloqueo a su condena en los organismos internacionales.
Su política tampoco reafirmó la responsabilidad de los Países No Alineados en la preservación de los ecosistemas, la eliminación del envío de gases tóxicos a la atmosfera y en el desarrollo de fuentes de energía renovable. En las relaciones económicas, su liderazgo bloqueó la llegada a acuerdos en la Ronda de Doha de comercio internacional, así como cualquier otro mecanismo de internacionalización del mercado.
Como parte de su cosmovisión, la política exterior prefiere responsabilizar al mundo democrático y desarrollado, responsable de la introducción de las nuevas tecnologías y las renovaciones de las fuentes de energía, de los problemas económicos y sociales de los desgobiernos y las autocracias. Atacó el desarrollo de los biocombustibles y las fuentes alternativas de energía. La introducción de esas novedosas tecnologías permitirían la disminución del hambre en los países pobres, crearía nuevos puestos de trabajo en esos países a partir del desarrollo de una agricultura sostenible y disminuiría los gastos por consumo de energía no renovable (petróleo, gas, carbón).
Aunque habrá palmaditas en la espalda para la delegación cubana, compuesta entre otros por el general-presidente, su hijo varón y su nieto, es probable la insatisfacción de los países pobres con la presidencia cubana del Movimiento de los No alineados.
aleagapesant@yahoo.es
Pedigrí
El Movimiento No Alineado (Mnoal), surgió estimulado por las dos potencias vencedoras de la segunda guerra mundial. Fue el cómodo pasillo donde se establecieron los dictadores aupados por problemas geoestratégicos. Luego de disuelto el Pacto de Varsovia en 1988, la organización queda como otra pieza museable de la “guerra fría.”
En ese escenario, sus principales animadores fueron entre otros Sukarno, Nkruma y Nasser.
Ahmed Sukarno fue un colaboracionista con los japoneses durante la II Guerra Mundial. Al convertirse en Presidente de Indonesia en 1949, suprimió los partidos políticos e instituyó en 1959 la “democracia dirigida”, forma de gobierno dictatorial, caracterizada por la planificación económica y el sistema presidencialista, que culminó en 1960 con la disolución del Parlamento. Su corrupto gobierno mantuvo a Indonesia en una continua crisis política y económica.
Kwame Nkrumah, fue uno de los líderes de la independencia de Ghana. Presidente (1960) y jefe de las Fuerzas Armadas. Creó un régimen de partido único en 1964, se autoproclamó presidente vitalicio y promovió activamente el culto a su personalidad. Fue depuesto por un golpe de Estado y murió arropado por el dictador rumano Nicolás Ceaucescu.
Gamal Nasser, el hombre fuerte de Egipto desde la independencia hasta su muerte. Cooperó con los servicios de inteligencia de la Alemania Nazi. Disolvió los partidos políticos y estableció un régimen unipartidista. Fue incapaz de derrotar o convivir con Israel, que lo humilló en la guerra de los seis días (1967).
Fotos: Enciclopedia Encarta
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