El Vedado, La Habana, julio 23 de 2009, (SDP) El movimiento opositor cubano se encuentra ante una situación que nunca antes tuvo oportunidad de vivir. El régimen está en la etapa más débil de su existencia. Al identificarse de forma absoluta la figura del líder con la de la revolución cubana, una arrastra a la otra en los vaivenes políticos concurrentes. Si uno está enfermo, la otra también debe estarlo necesariamente. Si aquel está agonizante, esta no puede escapar al fatalismo histórico.
La oposición, por su parte, goza de excelente salud, madura y se nutre de miembros y programas que reflejan todas las tendencias políticas vistas en cualquier estado moderno y democrático. Esto no quiere decir que las diferencias entre los distintos partidos sean irreconciliables, pues más bien todos coinciden en lo fundamental. Sólo se apartan en cuestiones que no son esenciales a la hora de procurar cambios democráticos en Cuba.
Entonces, ¿qué impide la necesaria unidad entre los líderes opositores más destacados y prestigiosos dentro del país?
No se puede achacar esta situación sólo a la labor conspirativa y divisionista de la Seguridad del Estado con la supuesta o real infiltración de agentes provocadores y quintacolumnistas dentro del movimiento opositor.
Los líderes opositores deben solucionar de una vez el mal que nos aqueja desde las gestas independentistas: el caudillismo, la lucha por las parcelas de poder, el celo desmedido por la primacía política.
Si todos son personas inteligentes, valerosas y llenas de amor por la libertad, necesitan de humildad y desprendimiento suficientes para hacer frente a la creación de la alternativa eficaz ante la ya inminente caída de un régimen que en realidad sólo falta que declare públicamente su fracaso.
Lo primero es sentarse todos a la misma mesa, para salvar diferencias y enriquecer lo que los une, sin egoísmos. El pueblo necesita saber que después de esto no vendrá el caos, que hay hombres y mujeres con responsabilidad ciudadana para dirigir los destinos de Cuba sin esperar que nadie dicte las reglas. El liderazgo debe mostrarse capaz y sólido y el programa o plataforma política debe atenerse a las necesidades e intereses de nuestra sociedad.
Si los políticos de la oposición son superiores a quienes nos han gobernado por cincuenta años, este es el momento de demostrarlo. Que se pongan de acuerdo.
hildebrando.chaviano@yahoo.com
La oposición, por su parte, goza de excelente salud, madura y se nutre de miembros y programas que reflejan todas las tendencias políticas vistas en cualquier estado moderno y democrático. Esto no quiere decir que las diferencias entre los distintos partidos sean irreconciliables, pues más bien todos coinciden en lo fundamental. Sólo se apartan en cuestiones que no son esenciales a la hora de procurar cambios democráticos en Cuba.
Entonces, ¿qué impide la necesaria unidad entre los líderes opositores más destacados y prestigiosos dentro del país?
No se puede achacar esta situación sólo a la labor conspirativa y divisionista de la Seguridad del Estado con la supuesta o real infiltración de agentes provocadores y quintacolumnistas dentro del movimiento opositor.
Los líderes opositores deben solucionar de una vez el mal que nos aqueja desde las gestas independentistas: el caudillismo, la lucha por las parcelas de poder, el celo desmedido por la primacía política.
Si todos son personas inteligentes, valerosas y llenas de amor por la libertad, necesitan de humildad y desprendimiento suficientes para hacer frente a la creación de la alternativa eficaz ante la ya inminente caída de un régimen que en realidad sólo falta que declare públicamente su fracaso.
Lo primero es sentarse todos a la misma mesa, para salvar diferencias y enriquecer lo que los une, sin egoísmos. El pueblo necesita saber que después de esto no vendrá el caos, que hay hombres y mujeres con responsabilidad ciudadana para dirigir los destinos de Cuba sin esperar que nadie dicte las reglas. El liderazgo debe mostrarse capaz y sólido y el programa o plataforma política debe atenerse a las necesidades e intereses de nuestra sociedad.
Si los políticos de la oposición son superiores a quienes nos han gobernado por cincuenta años, este es el momento de demostrarlo. Que se pongan de acuerdo.
hildebrando.chaviano@yahoo.com
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