jueves, 30 de julio de 2009

VIRTUD Y CASTIGO, Pablo Pacheco Ávila




Prisión Provincial Canaletas, Ciego de Ávila, 30 de julio de 2009, (SDP) Los últimos seis años en Cuba, han significado la prueba de fuego para la disidencia en general. Si hacemos un análisis profundo, el grupo arrestado en la Primavera Negra de 2003, ganaría el premio de la dignidad y valentía humanas. Por supuesto, otros cubanos merecen el mayor de los elogios, pero sucede que el Grupo de los 75 ha sobrevivido en condiciones muy difíciles. Se hizo atado a un concepto: amar a Cuba. Este concepto los mantiene firmes, a pesar, en unos casos de la edad, otros de las enfermedades y todos, de las penurias del aislamiento.

Podría citar muchos nombres dignos, pero prefiero hacer mención de uno de quien puedo dar fe, porque convive y sobrevive en las condiciones de la Prisión Provincial Canaletas en Ciego de Ávila: Antonio Díaz Sánchez.

Antonio fue reingresado a Canaletas, desde el Hospital Militar de La Habana, donde permaneció ocho largos meses ingresado para atender una colitis ulcerativa severa, que provoca sangramientos en el colon y es causada por el estrés y la pésima alimentación de que es víctima. Debo señalar que de Tony haber aceptado el uniforme de recluso común, en el centro hospitalario, hubiera sido enviado a una de las cárceles ubicadas en La Habana, lugar donde reside su familia. Él rechazó el chantaje y ahora se encuentra en una celda de castigo en la Prisión Provincial Canaletas.

Hoy recibí noticias de Tony. Asegura estar bien de salud, a pesar del calor. Está bajo condición cautelar desde el 10 de julio, en términos de comunicación. La policía declaró un estado de emergencia en su pasillo. Esto llega al extremo de que no se deja entrar solos a los presos ‘pasilleros’ a su espacio en el área 1. Cuando lo hacen, llegan acompañados de un militar. Esta regla no se cumple en otros casos. Se debe, a que la dirección del penal descubrió la comunicación de Tony con Félix Navarro, Con Adolfo Fernández, con Pedro Arguelles y conmigo. Tratan de cortar la comunicación entre los presos de conciencia y Tony.

Más adelante, Tony manifiesta en una nota que el miércoles 15 de julio le visitó la Oficina de Fiscal en la persona del fiscal Evelio Sánchez González, a quien le manifestó que todo este tiempo en aislamiento no le concedieron derecho al sol. Las cartas no llegaron a su familia y no tuvo derecho a llamadas telefónicas.

Evelio Sánchez manifestó desconocer la situación con las llamadas telefónicas. Le comunicó que en el régimen de severidad en que Tony se encuentra, sólo tiene derecho a diez minutos de sol mensuales. Los cien minutos informados al mundo por el ex canciller Felipe Pérez Roque, en rueda de prensa, son un error. Así explicó a Tony el fiscal, la posición oficial en su caso.

El prisionero político renunció a los diez minutos de sol, por considerarlos una limosna. En el encuentro con el inquisidor, Tony recurrió a las Reglas Mínimas del Tratamiento al Recluso, explicó porque no usaba uniforme de recluso. Se trata de una tradición cubana, que los presos políticos no vistan el uniforme de recluso regular en las prisiones. Se apoyó en dos ejemplos, en el de Cuba, los asaltantes al Cuartel Moncada, que a diferencia de los del Grupo de los 75, usaron la violencia, nunca vistieron el uniforme de reclusos. Tan siquiera convivieron con reclusos comunes.
El otro ejemplo expuesto por Tony, fue el de los presos irlandeses de IRA, Ejército Republicano Irlandés. Estos, en la década de los 70 no aceptaron el uniforme de los presos comunes y protagonizaron una huelga de hambre, en la que murieron alrededor de una decena. Esto sirvió para calificar a Margaret Thatcher como la Dama de Hierro.

Tony explicó al fiscal, que la condición de prisionero político y de conciencia no la otorga nadie, sino la opinión pública internacional, fundamentada en el dictamen de Amnistía Internacional. Esta organización ocupa lugar en la Organización de Naciones Unidas (ONU).

Más adelante Tony dice: “La conversación terminó sin que me pudiera convencer. Si algo quedó claro, es la violación que conmigo cometen en privarme del derecho a la comunicación telefónica. A pesar de haber transcurrido casi seis años y medio, un tiempo considerable en prisión, las autoridades de la Isla no comprenden que con el Grupo de los 75, lo mismo se solidariza un preso, un militar, algún médico o algún enfermero. En caso de emergencia, hasta alguna paloma mensajera, nos prestará su servicio. Somos personas decentes y educadas. Si aún estamos en cautiverio, no es nuestro error. Se trata de los que pretendieron secuestrar la dignidad humana. Los que aún estamos tras la rejas, estamos firmes en el barco de la vida”.

Tony es miembro del Movimiento Cristiano Liberación y extingue una sanción de veinte años de privación de libertad. Tanto él como su familia saben que su castigo es por ser, un hombre virtuoso.
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