Arroyo Naranjo, La Habana, marzo 19 de 2009 (SDP) Este 18 de marzo, la ola represiva de la primavera de 2003 cumplió 6 años. Desde entonces, para bochorno de sus captores, 22 periodistas independientes permanecen en la cárcel. Varios de ellos (Pablo Pacheco, Normando Hernández, Adolfo Fernández Saíz, Omar Rodríguez Saludes) eran colaboradores de la revista De Cuba. Su director, Ricardo González Alfonso, también está preso. Fue uno de los primeros detenidos. La revista fue uno de los principales objetivos de los represores aquella tarde aciaga.
La buena noticia es que la revista De Cuba está de vuelta. Ocupará un lugar entre Desdecuba.com, Convivenciacuba.com, La Primavera de Cuba y este semanario. La dirige desde Madrid el poeta Raúl Rivero. Un gran poeta aunque Fidel Castro no lo reconozca como tal y afirme que nunca lo ha leído ni lo leerá.
Rivero y Ricardo González, fueron los fundadores de la revista. Por órdenes superiores, fiscales con cerebro de plomo (¡infelices verdugos!) los condenaron a 20 años de prisión. El poeta pasó casi dos años encerrado en la prisión de Canaleta. Fue liberado gracias a la presión internacional. Lo forzaron a marchar al exilio, pero prometió no olvidar nunca a sus colegas presos. Ha cumplido a cabalidad. No pasa una semana en que no abogue desde sus crónicas por su liberación.
Pero a Raúl Rivero, puntilloso que es cuando empeña su palabra, le pareció poco y retomó la revista donde mismo se quedó. Es decir, en la lucha por la libertad de la palabra y las ideas…
¿Se habrán creído los torpes represores que con el saqueo de la redacción (que era la casa de Ricardo) y con las amenazas a Claudia Márquez para que no repitiera la hazaña de sacar casi sola otro número más de la revista, habían conseguido matar definitivamente el anhelo de hacer algo por Cuba, desde Cuba o De Cuba?
Raúl Rivero, premonitorios que son los bardos, nos lo había advertido: “seguro que algún día volveremos a trabajar juntos”.
Volvemos a estar todos juntos. Los de antes, los que surgieron después y los que tuvieron que marchar al exilio. ¿Acaso importa la distancia para los sueños?
Por estos días, vuelven a volar colibríes en el jardín de Ricardo y hay olor a café recién colado en la cocina. Ricardo, como no puede estar bien, está mejor. Omar llega en su bicicleta. Pablito e Iván hablan de pelota. Claudia, Iria y Tania toman de prisa el primer avión a La Habana. Todos contentos de que la cárcel no haya logrado doblegar a los nuestros. Olivera, cada vez escribe mejor.
El regreso de la revista De Cuba es otro homenaje a los periodistas presos, uno más. Ellos, tras las rejas, sin temor a las represalias de los carceleros, no han dejado de escribir. Pedro Arguelles, Ángel Moya, Pablo Pacheco, Adolfo Fernández, se las arreglan para enviar con emoción y regularidad sus trabajos a la sección “Desde las prisiones”, de este Semanario. Quizás, por qué no, también los harán llegar a la revista De Cuba. De todas formas, es un privilegio contarlos con nosotros. Sin su presencia brava desde el mismo centro del horror, nuestro trabajo no tendría sentido.
luicino2004@yahoo.com
La buena noticia es que la revista De Cuba está de vuelta. Ocupará un lugar entre Desdecuba.com, Convivenciacuba.com, La Primavera de Cuba y este semanario. La dirige desde Madrid el poeta Raúl Rivero. Un gran poeta aunque Fidel Castro no lo reconozca como tal y afirme que nunca lo ha leído ni lo leerá.
Rivero y Ricardo González, fueron los fundadores de la revista. Por órdenes superiores, fiscales con cerebro de plomo (¡infelices verdugos!) los condenaron a 20 años de prisión. El poeta pasó casi dos años encerrado en la prisión de Canaleta. Fue liberado gracias a la presión internacional. Lo forzaron a marchar al exilio, pero prometió no olvidar nunca a sus colegas presos. Ha cumplido a cabalidad. No pasa una semana en que no abogue desde sus crónicas por su liberación.
Pero a Raúl Rivero, puntilloso que es cuando empeña su palabra, le pareció poco y retomó la revista donde mismo se quedó. Es decir, en la lucha por la libertad de la palabra y las ideas…
¿Se habrán creído los torpes represores que con el saqueo de la redacción (que era la casa de Ricardo) y con las amenazas a Claudia Márquez para que no repitiera la hazaña de sacar casi sola otro número más de la revista, habían conseguido matar definitivamente el anhelo de hacer algo por Cuba, desde Cuba o De Cuba?
Raúl Rivero, premonitorios que son los bardos, nos lo había advertido: “seguro que algún día volveremos a trabajar juntos”.
Volvemos a estar todos juntos. Los de antes, los que surgieron después y los que tuvieron que marchar al exilio. ¿Acaso importa la distancia para los sueños?
Por estos días, vuelven a volar colibríes en el jardín de Ricardo y hay olor a café recién colado en la cocina. Ricardo, como no puede estar bien, está mejor. Omar llega en su bicicleta. Pablito e Iván hablan de pelota. Claudia, Iria y Tania toman de prisa el primer avión a La Habana. Todos contentos de que la cárcel no haya logrado doblegar a los nuestros. Olivera, cada vez escribe mejor.
El regreso de la revista De Cuba es otro homenaje a los periodistas presos, uno más. Ellos, tras las rejas, sin temor a las represalias de los carceleros, no han dejado de escribir. Pedro Arguelles, Ángel Moya, Pablo Pacheco, Adolfo Fernández, se las arreglan para enviar con emoción y regularidad sus trabajos a la sección “Desde las prisiones”, de este Semanario. Quizás, por qué no, también los harán llegar a la revista De Cuba. De todas formas, es un privilegio contarlos con nosotros. Sin su presencia brava desde el mismo centro del horror, nuestro trabajo no tendría sentido.
luicino2004@yahoo.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario