jueves, 26 de marzo de 2009

SIN CONFIANZA EN LA RESPUESTA. Amarilis C. Rey



Managua, La Habana, marzo de 2009 (SDP) Para muchos en Cuba, la Policía Nacional Revolucionaria (PNR), no cumple con las funciones para las que ese cuerpo fue creado.

Diversas opiniones desfavorables de la población opacan los objetivos que, según los medios, tiene esa institución, creada a principios del decenio de los 60, a favor de la tranquilidad ciudadana.

Un spot televisivo presentado durante algunos meses, mostraba a un agente policial usando correctamente su uniforme y a su lado un niño que le preguntaba “¿policía, policía, tu eres mi amigo?

¿Pero es realmente esa entidad amiga de la población cubana y defiende sus derechos?

José Gonzáles, un campesino residente en Provincia Habana afirma que la labor de la policía en su comunidad carece de gestión: “A mí me han robado varias reses, siempre hago la denuncia a la policía y nunca aparecen los ladrones. En mi caso hay muchos”

A manera jocosa, que nunca falta en los cubanos, hay quien comenta que para encontrar a los malhechores se deben dirigir al serial televisivo ´Tras la Huella´, trasmitido los domingos en las noches, donde se resuelven múltiples casos delictivos, todos de modo favorable a la población.

Ciertamente, un sinnúmero de crímenes no solo quedan sin aclarar, sino que nunca son divulgados por la prensa oficial. Es el rumor del pueblo quien se encarga de pasar esa información de boca en boca.

La connotada muerte del sacerdote español Eduardo de la Fuente Serrano, que fue calificada por las autoridades como víctima de un hecho criminal, se divulgó en la revista Palabra Nueva de la Arquidiócesis de La Habana. Las demás fuentes fueron las del comentario popular.

El joven de 23 años Pedro Atencio Soto, se perdió el 16 de marzo. El cuerpo sin vida apareció tres días después. Lo encontró un trabajador agrícola. Para su padre, Pedro Atencio Sosa, la Policía Nacional Revolucionaria no lo ayudó, más bien lo amenazó.

“Tenía un retraso mental leve y cojeaba de la pierna izquierda. Siempre visitaba a unos amigos que viven cerca de nuestra casa. La tarde del miércoles salio de la casa y no regresó. Enseguida hice la denuncia en el sector policial, me tomaron los datos y eso fue todo lo que hicieron.

Cuando comenzaron a pasar los días, desesperado fui a saber si tenían algún resultado. El policía que entraba de guardia desconocía el caso. Me puse muy mal, estaba desesperado y me alteré, les dije que ellos no querían trabajar, entonces me dijeron que me estuviera tranquilo, que yo había estado en prisión y que era un potencial delictivo y podía quedarme allí preso. Es cierto que hace muchos años cometí un delito, pero pagué mi deuda con la sociedad, ¿ahora qué tiene que ver eso con la situación que estamos atravesando?

En el departamento de Medicina Legal, me dijeron que dentro de diez días me daban las conclusiones del caso. Pero yo no tengo ninguna confianza en la respuesta”, contó este hombre de 58 años, residente en la Ciudad de la Habana.

Muchos extranjeros se quedan sorprendidos ante lo que califican de desprecio a la población cubana por parte de los agentes del orden.

Carlos es mexicano. Hace algunos meses vino a Cuba por vez primera y quiso conocer Varadero. Allí fue con un amigo cubano y quedó sorprendido cuando un agente policial le exigió a su invitado que se fuera de la playa. Ya estaba suspendida la prohibición, vigente durante 15 años, que impedía a los nativos participar de los centros turísticos.

“Estábamos sentados en la arena, no más, - cuenta el extranjero- cuando un policía se acercó y le dijo a mi amigo que tenía que retirarse. Enseguida le pregunté por qué, si él está aquí conmigo. Y me respondió: si le digo a él que se marche, es por cuidarte a ti. Aquí hay mucha delincuencia. Yo me hubiera quedado, pero por cuidar a mi amigo decidimos irnos. Eso no está bien.” comentó, aún disgustado por el incidente.

Muchos son los casos y las anécdotas en que la policía reprime a los ciudadanos de un país que en teoría construye una sociedad nueva, donde todos tienen los mismos derechos y son iguales. Al menos eso dice la Constitución socialista vigente en Cuba desde 1976.
amarilisrey@yahoo.com

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