jueves, 26 de marzo de 2009

INDISOLUBLE LIGADURA, josé Antonio Fornaris.



Managua, La Habana, marzo 26 de 2009, (SDP) Los vínculos con Estados Unidos han sido durante siglos, diversos y dramáticos.

En el siglo XVIII, las damas de La Habana vendieron parte de sus joyas para que Washington pudiera pagarle a sus tropas.

La bandera y el escudo cubanos se diseñaron y confeccionaron en Nueva York. El Padre de la Patria, Carlos Manuel de Céspedes, en varias ocasiones solicitó que Cuba pasara a formar parte de Estados Unidos. La Asamblea de Guaimaro, de manera unánime, pidió también que fuéramos anexados.

Uno de nuestros más valientes generales, John Reve (El Inglesito), era estadounidense.

El Apóstol de la Independencia, José Martí, residió más de 14 años en Nueva York. En esa ciudad organizó la llamada Guerra Necesaria y fundó el Partido Revolucionario Cubano para dirigir esa contienda. Allí volcó al papel la mayor parte de su pensamiento político y escribió la casi totalidad de su obra literaria y periodística.

En 1898 llegaron las tropas estadounidenses, derrotaron a las españolas y cuatro años después otorgaron la independencia.

Hasta 1959 hubo de todo, desde una intervención militar apoyándose en la Enmienda Platt que otorgaba ese derecho, hasta un embargo a las ventas de armas al Presidente Fulgencio Batista.

En los últimos 50 años, más del 15% por ciento de la población cubana se ha mudado a Estados Unidos. Unos 80 mil compatriotas, según fuentes independientes, han muerto en la mar tratando de arribar a las costas de La Florida.

Los muchos miles de cubanos que han estado en prisión por cuestiones políticas, estuvieron siempre, según el régimen, al servicio de Estados Unidos. Todos los opositores pacíficos y los periodistas independientes, de acuerdo con la misma fuente, están al servicio de esa potencia extranjera.

Ahora los vínculos también son sanguíneos. Son innumerables los cubanos y cubanas que tiene algún hijo o nieto que nació en Estados Unidos.

Y para acentuar el dramatismo, todos los males en Cuba son debido al poderoso vecino. La significativa parte del Producto Interno Bruto que se dedica a armas y ejércitos, es por su culpa. Si los lugares donde pernoctan las aves migratorias en la isla sufren algún percance, el responsable es el gran país del norte.

Si no hay medicamentos para algún niño enfermo, el villano está en la orilla del frente. Se olvida que sólo reduciendo un poquito los gastos en propaganda política, habría suficiente dinero para comprar cualquier medicamento.

A su vez, todo lo que acontece en Estados Unidos es sobre dimensionado con óptica negativa. Si el jefe de personal de la Casa Blanca ronca mientras duerme, eso es una muestra inequívoca de que en ese país las esposas son maltratadas. Si un ave se para a descansar encima de la estatua de un prócer, es porque en esa nación no respetan ni su propia historia.

Y mientras todo eso ocurre, en Cuba se le roba el tiempo a generaciones. Y no es un secreto que el tiempo de cada cual es su vida.

Los vínculos que ligan a las dos naciones crecen a diario, parece ser algo natural. Empeñarse en tratar de impedirlo es una batalla perdida de antemano, aunque el objetivo básico sea mantenerse en el poder. Cuando todo anuncia lo inevitable, oponerse lo único que logra es hacer más estrepitoso el fracaso.
fornarisjo@yahoo.co

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