Centro Habana, La Habana, marzo 12 de 2009, (SDP) En tiempos de supuestas batallas de ideas en Cuba nada mejor para definirse que entrar En Cuerpo y Alma. Este libro de poemas que con el auspicio del Pen Club de la República Checa (edición Bilingüe, 73 pp. Praga, 2008), nos entrega Jorge Olivera Castillo.
Escrito sin vocablos estridentes, ataques a la sintaxis o a la semántica, ni puntos de contacto con el panorama introspectivo que anuda el limbo metafísico y el culteranismo en las normas de la poética insular, en Cuerpo y Alma es un libro de poesía en traje de batalla.
No por ahondar en conflictos bélicos de renombre, ni por asaetear desde poemas trasnochados litigios interpersonales, si no por adentrarse en el ser como agua limpia de manantial que lava cada situación que nos empobrece.
Compuesto por 24 poemas nacidos de la experiencia personal y la cosmovisión literaria del poeta, En cuerpo y Alma nos hace copartícipes o cómplices de las vivencias del autor desde una mirada omnisciente.
A través del poemario, Olivera Castillo nos adentra en tono conversacional en el derrumbe ético, estético y opresivo de la Cuba actual, aunque despojado de amargura y rencor, pues sólo a veces, y como recurso poético, emplea la ironía
Poemas de amor como Al final de la tarde, donde el sujeto lírico se desborda en imágenes en las que “un trovador lanza una canción al mar y llegan a nuestros cuerpos las salpicaduras”; o Cadena Perpetua, sin dudas un logrado rejuego sobre la elección de la convivencia en pareja (que se aman) como la mejor condena, nos muestra en el verso “Tuve el placer de elegir mi sanción”, que a pesar del desgarramiento existencial el ser humano puede imponerse.
Poesía de la ternura y el combate pese a lo árido del contexto y la apariencia de paz que nos envuelve, los poemas de Olivera se visten de Nostalgia: “Tras el adiós se fue mi última sílaba”; sugieren caminos a seguir (Sugerencias): “Nunca creas en esos paisajes que aborrecen la luz y te regalan una venda roja con tal de hacerte rehén de la ceguera”, y se lanzan al combate en Guerra permanente, cuando dice: “Yo no quiero morir con los brazos cruzados en esta cruzada contra la indecencia y otros ejércitos”
Textos poéticos del transcurrir de la Isla en un escenario estancado, los versos En Corazón y Alma se levantan como murallas contra el miedo, la fuga, el dolor y otras calamidades que golpean de forma cotidiana a los cubanos.
En uno de los poemas alusivos a la Revolución (Altruismo), el poeta enumera de forma irónica las supuestas dádivas recibidas a lo largo de 50 años, al expresar:
No puedo quejarme del socialismo/Me ha ofrecido educación gratuita/ Un médico de cabecera/ La tercera parte de su riqueza/ Dos baúles para guardar las esperanzas/Un termómetro para chequear las fiebres/ Y un certificado de defunción con original y dos copias.
En otro, titulado 2008, el poeta nos envía un mensaje subliminal sobre el futuro de la Revolución cubana cuando nos asegura: “Pródigo y gentil/ el siglo XXI me vende el pasado/ a precio de remate”.
Poesía de la vida, inquieta, buceadora, reflexiva y sugerente la recogida En Cuerpo y Alma por el poeta, quién a la par de talento demuestra valor cívico, criterios y definición cuando versifica en Duelo a muerte:
“Imponente la puerta.
Recio el candado.
Tres cerrojos traspasando el sueño.
Una aldaba de vapor y
La brisa en sintonía con los rumores…”
Pero sobre todo, y para finalizar:
“Dentro
un hombre en posición de combate
contra
la tristeza.
Los lectores que accedan a esta poesía en traje de batalla podrán expresar si o no frente a la disyuntiva: Poeta, tu combate es el nuestro. Pero lo que nunca podrán negar es que fueron marcados En Cuerpo y Alma por sus poemas.
primaveradigital@gmail.com
Escrito sin vocablos estridentes, ataques a la sintaxis o a la semántica, ni puntos de contacto con el panorama introspectivo que anuda el limbo metafísico y el culteranismo en las normas de la poética insular, en Cuerpo y Alma es un libro de poesía en traje de batalla.
No por ahondar en conflictos bélicos de renombre, ni por asaetear desde poemas trasnochados litigios interpersonales, si no por adentrarse en el ser como agua limpia de manantial que lava cada situación que nos empobrece.
Compuesto por 24 poemas nacidos de la experiencia personal y la cosmovisión literaria del poeta, En cuerpo y Alma nos hace copartícipes o cómplices de las vivencias del autor desde una mirada omnisciente.
A través del poemario, Olivera Castillo nos adentra en tono conversacional en el derrumbe ético, estético y opresivo de la Cuba actual, aunque despojado de amargura y rencor, pues sólo a veces, y como recurso poético, emplea la ironía
Poemas de amor como Al final de la tarde, donde el sujeto lírico se desborda en imágenes en las que “un trovador lanza una canción al mar y llegan a nuestros cuerpos las salpicaduras”; o Cadena Perpetua, sin dudas un logrado rejuego sobre la elección de la convivencia en pareja (que se aman) como la mejor condena, nos muestra en el verso “Tuve el placer de elegir mi sanción”, que a pesar del desgarramiento existencial el ser humano puede imponerse.
Poesía de la ternura y el combate pese a lo árido del contexto y la apariencia de paz que nos envuelve, los poemas de Olivera se visten de Nostalgia: “Tras el adiós se fue mi última sílaba”; sugieren caminos a seguir (Sugerencias): “Nunca creas en esos paisajes que aborrecen la luz y te regalan una venda roja con tal de hacerte rehén de la ceguera”, y se lanzan al combate en Guerra permanente, cuando dice: “Yo no quiero morir con los brazos cruzados en esta cruzada contra la indecencia y otros ejércitos”
Textos poéticos del transcurrir de la Isla en un escenario estancado, los versos En Corazón y Alma se levantan como murallas contra el miedo, la fuga, el dolor y otras calamidades que golpean de forma cotidiana a los cubanos.
En uno de los poemas alusivos a la Revolución (Altruismo), el poeta enumera de forma irónica las supuestas dádivas recibidas a lo largo de 50 años, al expresar:
No puedo quejarme del socialismo/Me ha ofrecido educación gratuita/ Un médico de cabecera/ La tercera parte de su riqueza/ Dos baúles para guardar las esperanzas/Un termómetro para chequear las fiebres/ Y un certificado de defunción con original y dos copias.
En otro, titulado 2008, el poeta nos envía un mensaje subliminal sobre el futuro de la Revolución cubana cuando nos asegura: “Pródigo y gentil/ el siglo XXI me vende el pasado/ a precio de remate”.
Poesía de la vida, inquieta, buceadora, reflexiva y sugerente la recogida En Cuerpo y Alma por el poeta, quién a la par de talento demuestra valor cívico, criterios y definición cuando versifica en Duelo a muerte:
“Imponente la puerta.
Recio el candado.
Tres cerrojos traspasando el sueño.
Una aldaba de vapor y
La brisa en sintonía con los rumores…”
Pero sobre todo, y para finalizar:
“Dentro
un hombre en posición de combate
contra
la tristeza.
Los lectores que accedan a esta poesía en traje de batalla podrán expresar si o no frente a la disyuntiva: Poeta, tu combate es el nuestro. Pero lo que nunca podrán negar es que fueron marcados En Cuerpo y Alma por sus poemas.
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