Santos Suárez, La Habana, marzo 12 de 2009, (SDP) Algunos de los Presidentes y otras personalidades que arriban a Cuba, en sus declaraciones públicas mencionan los “logros” de la educación del país, así como el deseo de recibir maestros y en particular el plan de alfabetización “Yo sí puedo”. Sin embargo, la realidad en la isla es otra, más de dos generaciones tienen grandes baches en sus estudios, en específico en asignaturas tales como: español, historia y geografía.
En el caso representativo de la historia, se sabe que el régimen que detenta el poder, ha modificado el enfoque de todo lo que ha sucedido dentro y fuera de nuestro territorio en siglos, dándole un viso de filosofía marxista a estos estudios, es por eso que muchas personas en la actualidad, desconocen hechos históricos que marcaron hitos en el camino de la República, verbigracia lo sucedido el 20 de mayo de 1902; por citar un solo ejemplo. Cuando se lleve a cabo la transición, habrá que escribir libros de textos para superar esta deficiencia introducida por el sistema.
Algo por el estilo sucede con la geografía, es imposible para muchos, incluso personas graduadas de la universidad, conocer la localización de algunos países, en su correspondiente región. Es fácil que alguien ubique a Surinam en África, pues este desconocimiento se transmite de maestros a alumnos. Se podría hacer una encuesta entre los estudiantes y el pueblo en general, para establecer cuántas personas conocen la cantidad de provincias y municipios que hay en el país.
Pero la medalla de oro la tiene el español, en cualquiera de sus ramas; sintaxis, gramática, ortografía, etc. Para un diccionario que tenga en sus funciones recoger los usos más vivos de la lengua, se volvería interminable la cantidad de neologismo que debería incorporar; no solo por el hablar chabacano de una parte de la población, cada vez más creciente y vinculada con la juventud, porque hay quienes no solo hablan, también escriben de forma inelegante.
Se podrían exponer múltiples vivencias de índole personal, pero no serían lo suficientemente demostrativas, como remitir al lector al periódico Juventud Rebelde del pasado 28 de febrero, en su segunda página, cuando una mujer se dirigió a la sesión Acuse de Recibo, planteando que compró una cerveza “Tropical” en moneda nacional, con un costo de diez pesos, y vio en la etiqueta la palabra cevada, en vez de cebada.
Claro, la cerveza pudo ser fabricada por particulares y llevada al establecimiento, como elaborada por el Estado, aunque decía que su procedencia era la fábrica Guido Pérez.
La propia persona, nombrada Isis García Booth, con residencia en –San Joaquín 526 entre Cristina y Ramón, Cerro, en Ciudad Habana, escribió y le publicaron en la prensa lo siguiente: “Conozco a numerosos profesionales cuya escritura deja mucho que desear, y ya a estas horas no se van a aprender las reglas ortográficas. Siempre no hay computadora que corrija esos errores. Y los que están a niveles superiores… ¡qué cambien los espejuelos!”
Otro lector Osviel Castro Medel, el 15 de febrero se refiere a un letrero que vio en una panadería: “Pan de haller”. Pero según René Mesa, existe hace unos años, apoyado por Eusebio Leal (historiador de la Ciudad de La Habana) un proyecto –que él dirige- relacionado con la práctica del juego Scrabble en español, en la Biblioteca Rubén Martínez Villena, en el Casco Histórico de la Ciudad. Plantea que los jugadores, que tenían lagunas ortográficas, (tal vez océanos en algunos casos) han logrado consolidar sus conocimientos.
Hay que tener en cuenta, que los niños durante su infancia, no tienen acceso a juegos didácticos como este o de otros tipos, no hay motivación por la lectura, (del periódico mucho menos); y la inmensa mayoría de la población carece de un diccionario para poder entrenar a sus hijos en la ortografía.
Tampoco se puede descartar el giro que ha tomado la cultura nacional, en particular con los cantantes de Rap, que llenan sus letras de groserías y obscenidades, y que tienen garantizada la divulgación musical por la radio y la televisión, influyendo de forma negativa en la juventud.
Pero ya el colmo de los colmos, son los errores en el periódico Granma, Órgano Oficial del Comité Central del Partido Comunista de Cuba. Por solo matizar los hechos, aunque ya son varias las notas de la redacción pidiendo disculpas, una persona nombrada Leticia, de la Sala de Edición, el pasado viernes seis de marzo, se refirió –contestando una llamada telefónica- a dos errores en la primera plana del diario, como “descuidos”. Se le explicó que había salido escrito “La pasión por la letras”, lo que olvida la concordancia entre el artículo y el sustantivo; y recuerda la forma de hablar de algunos policías en Ciudad de La Habana que provienen del oriente del país y a los que el pueblo llama “nagüitos”. También el anuncio, en la página estelar, de un artículo interior en la hoja ocho, rezaba: el Fraude más grande, en vez de “El fraude más grande”.
Sería necesario acelerar la transición para no tener en pocos años, un español muerto. Desde ya hay que desatar la lengua.
primaveradigital@gmail.com
En el caso representativo de la historia, se sabe que el régimen que detenta el poder, ha modificado el enfoque de todo lo que ha sucedido dentro y fuera de nuestro territorio en siglos, dándole un viso de filosofía marxista a estos estudios, es por eso que muchas personas en la actualidad, desconocen hechos históricos que marcaron hitos en el camino de la República, verbigracia lo sucedido el 20 de mayo de 1902; por citar un solo ejemplo. Cuando se lleve a cabo la transición, habrá que escribir libros de textos para superar esta deficiencia introducida por el sistema.
Algo por el estilo sucede con la geografía, es imposible para muchos, incluso personas graduadas de la universidad, conocer la localización de algunos países, en su correspondiente región. Es fácil que alguien ubique a Surinam en África, pues este desconocimiento se transmite de maestros a alumnos. Se podría hacer una encuesta entre los estudiantes y el pueblo en general, para establecer cuántas personas conocen la cantidad de provincias y municipios que hay en el país.
Pero la medalla de oro la tiene el español, en cualquiera de sus ramas; sintaxis, gramática, ortografía, etc. Para un diccionario que tenga en sus funciones recoger los usos más vivos de la lengua, se volvería interminable la cantidad de neologismo que debería incorporar; no solo por el hablar chabacano de una parte de la población, cada vez más creciente y vinculada con la juventud, porque hay quienes no solo hablan, también escriben de forma inelegante.
Se podrían exponer múltiples vivencias de índole personal, pero no serían lo suficientemente demostrativas, como remitir al lector al periódico Juventud Rebelde del pasado 28 de febrero, en su segunda página, cuando una mujer se dirigió a la sesión Acuse de Recibo, planteando que compró una cerveza “Tropical” en moneda nacional, con un costo de diez pesos, y vio en la etiqueta la palabra cevada, en vez de cebada.
Claro, la cerveza pudo ser fabricada por particulares y llevada al establecimiento, como elaborada por el Estado, aunque decía que su procedencia era la fábrica Guido Pérez.
La propia persona, nombrada Isis García Booth, con residencia en –San Joaquín 526 entre Cristina y Ramón, Cerro, en Ciudad Habana, escribió y le publicaron en la prensa lo siguiente: “Conozco a numerosos profesionales cuya escritura deja mucho que desear, y ya a estas horas no se van a aprender las reglas ortográficas. Siempre no hay computadora que corrija esos errores. Y los que están a niveles superiores… ¡qué cambien los espejuelos!”
Otro lector Osviel Castro Medel, el 15 de febrero se refiere a un letrero que vio en una panadería: “Pan de haller”. Pero según René Mesa, existe hace unos años, apoyado por Eusebio Leal (historiador de la Ciudad de La Habana) un proyecto –que él dirige- relacionado con la práctica del juego Scrabble en español, en la Biblioteca Rubén Martínez Villena, en el Casco Histórico de la Ciudad. Plantea que los jugadores, que tenían lagunas ortográficas, (tal vez océanos en algunos casos) han logrado consolidar sus conocimientos.
Hay que tener en cuenta, que los niños durante su infancia, no tienen acceso a juegos didácticos como este o de otros tipos, no hay motivación por la lectura, (del periódico mucho menos); y la inmensa mayoría de la población carece de un diccionario para poder entrenar a sus hijos en la ortografía.
Tampoco se puede descartar el giro que ha tomado la cultura nacional, en particular con los cantantes de Rap, que llenan sus letras de groserías y obscenidades, y que tienen garantizada la divulgación musical por la radio y la televisión, influyendo de forma negativa en la juventud.
Pero ya el colmo de los colmos, son los errores en el periódico Granma, Órgano Oficial del Comité Central del Partido Comunista de Cuba. Por solo matizar los hechos, aunque ya son varias las notas de la redacción pidiendo disculpas, una persona nombrada Leticia, de la Sala de Edición, el pasado viernes seis de marzo, se refirió –contestando una llamada telefónica- a dos errores en la primera plana del diario, como “descuidos”. Se le explicó que había salido escrito “La pasión por la letras”, lo que olvida la concordancia entre el artículo y el sustantivo; y recuerda la forma de hablar de algunos policías en Ciudad de La Habana que provienen del oriente del país y a los que el pueblo llama “nagüitos”. También el anuncio, en la página estelar, de un artículo interior en la hoja ocho, rezaba: el Fraude más grande, en vez de “El fraude más grande”.
Sería necesario acelerar la transición para no tener en pocos años, un español muerto. Desde ya hay que desatar la lengua.
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