jueves, 19 de marzo de 2009

CÓMPLICES POR OMISIÓN, Guillermo Fariñas Hernández



Santa Clara, Villa Clara, marzo 19 de 2009, (SDP) Sin lugar a dudas, dentro del contexto de la actual oposición pacífica y pública al castrismo, uno de los métodos más controversiales usados por los disidentes no violentos es la huelga de hambre. La polémica se desata debido a que pone en juego la vida del ser humano, algo muy preciado por la sociedad cubana.

Algo parecido ocurre en estos instantes con la abstinencia de alimentos sólidos, ejecutada desde el pasado 21 de febrero del 2009 por un grupo de opositores de la ciudad de Placetas, en la central provincia de Villa Clara. El ayuno ha desatado un debate en que están envueltas dos partes de la disidencia de la isla.

Una de las partes cree poseer la verdad al respecto cuando entiende que los huelguistas deben desistir en su modalidad de reclamo debido a que las circunstancias políticas del momento necesitan la concentración en la compleja Cuba de hoy. Los críticos de los ayunantes piensan que la atención se debe centrar en el cambio.

Se busca la expansión del número de miembros de los grupos defensores de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, tanto en membresía como en la extensión hacia todos los territorios del país, con el claro intento de aumentar la militancia activa en las menguadas provincias orientales.

El otro segmento de la oposición no violenta entiende a pies juntillas que cada opositor es libre de tomar cualquier postura de protesta contra el régimen totalitario y que la única postura siempre censurable es hacer uso de la violencia porque le daría argumentos a la nomenclatura para recrudecer los actos represivos.

Estos también conceptúan tener posesión de toda la sabiduría humana y discurren que con la realización de la huelga de alimentos se centra la atención sobre el problema cubano. Los pro abstinencia dicen que la opinión pública internacional está al tanto de los abusos de los comunistas en el poder, que día a día acontecen en la isla.

Ambas partes se olvidan de una cuestión esencial en la dinámica de tratar de ganar la porfía: ellos son considerados peligrosos disidentes al estado socialista. Por ello, todos tienen una cosa en común que nunca debe ser olvidada: están enfrentados a un único adversario político, el sistema castrista de gobierno.

Existen quienes no están de acuerdo con el modo de protestar de estos huelguistas, porque piensan que los involucrados son personas con un estado de salud sumamente delicado. Reflexionan que sus vidas deben preservarse a toda costa, para que lleguen vivos al instante de estructurar la democracia representativa en Cuba.

Otros de los censuradores ven la proyección de Jorge Luís García Pérez (Antúnez) y su esposa, Iris Tamara Pérez Aguilera, como un exceso de protagonismo que desvía la atención de la opinión pública internacional sobre ellos y los asuntos considerados para ellos prioritarios.

Determinados contrarios se oponen y hasta critican a esta huelga de hambre como manera de enfrentar al fidelismo, debido a que tienen serios y viejos enfrentamientos con algunos de los patrocinadores externos de los ayunantes. Por tal razón, los de adentro de Cuba pagan las animadversiones de otros.

También con dolor se observa que en el marco de las críticas a los ayunantes, algunos opositores aprovechan para dilucidar pugnas personales que nada tienen que ver con asuntos políticos. Al aspirar a instalar la democracia en el archipiélago cubano, a veces no pasan de ser unos malos aprendices de demócratas.

Quienes más directamente dan la cara a los disidentes abiertos, en esta rara combinación de castrismo fidelista-raulista que gobierna ahora en Cuba, son los oficiales de la Seguridad del Estado del Ministerio del Interior. Ellos son precisamente los que están hinchados de risa ante estas dolorosas querellas.

La lucha que se lleva a cabo al rechazar los alimentos debe ser respetada, como también la de aquellos que escriben libros o artículos periodísticos, los que hacen una necesaria oposición detrás de un buró y hasta los que hacen una también necesaria disidencia dentro de las sedes diplomáticas.

Tampoco deben ser tildados como provocadores e irracionales los que tratan de tomar las calles a costa de recibir fuertes golpizas. Lo importante es hacer la conciencia de que el triunfo lo dará la conjugación de todas estas modalidades de lucha pacífica.

Cualquiera de los opositores no violentos cubanos, estén o no a favor con lo que realizan los ayunantes en la ciudad de Placetas, deben tener en sus mentes que el mayor antagonista es el sistema comunista. Pensar de otra forma sería muy peligroso porque se podrían convertir en culpables y ser cómplices por omisión.
cocofari62@yahoo.es

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