Lawton, La Habana, marzo 19 de 2009, (SDP) Con pasos precisos y bien estudiados, el presidente norteamericano Barack Obama, cambia el escenario político de la dictadura cubana. Se bosqueja un nuevo marco para el espacio en que se moverá el tiránico régimen. La aprobación por parte del Senado de medidas dirigidas al levantamiento de restricciones, comienza a prefigurar el nuevo escenario en que se moverán los autócratas verdeolivo.
El levantamiento de las restricciones a los viajes a la Isla y al envío de remesas, marca el principio de un fin. Toda una era de hostilidades y a partir de estas, de justificaciones, parece llegar a buen término. El gobierno cubano está abocado a buscar un nuevo enemigo. Con Obama, nada será igual.
Por supuesto, las reacciones oficiales al cambio son ampliamente conocidas. Han cerrado filas en torno al continuismo. Una purga política segó a los protagonistas presumibles del eventual cambio político, anhelado por todos.
El resto de las partes comprometidas, mantiene ópticas coincidentes entre sí. Para el pueblo cubano, el presidente Obama representa el comienzo de una nueva era de relaciones. Para la oposición interna, algo más. Opiniones recogidas al azar entre la población, dan una tímida medida del alcance y la influencia de las iniciativas promovidas por el presidente norteamericano, en Cuba.
Dora C…, una ama de casa que reside en la barriada capitalina de Lawton, confía en Obama. Dice: “Es negro como yo. Sabrá qué hacer con tanto blanco racista hijo e puta y comunista de aquí. Y con tanto blanco racista hijo e puta de allá. Va a acabar con el bloqueo y con todo lo demás”. Se aleja con las manos elevadas al cielo.
Fernando Sánchez López, es presidente de una de las dos alas del escindido Partido Solidaridad Democrática. Sánchez López sólo ve nuevas oportunidades con el ascenso del presidente Obama. Afirma con convicción que es el principio del fin para el discurso político confrontacional del régimen cubano.
Desde el otro extremo del Partido Solidaridad Democrática, su presidente Pablo Silva Cabrera nos expresa su apoyo y su entusiasmo por las últimas medidas aprobadas en el Senado norteamericano y promovidas por el presidente Barack Obama.
Vladimiro Roca Antúnez, presidente del Partido Social Demócrata de Cuba y Héctor Palacios Ruiz, presidente de la Unidad Liberal de la República de Cuba, ambos miembros de la ONG opositora Agenda para la Transición, son decididos partidarios de las medidas propulsadas por el presidente norteamericano Barack Obama. Ambos están convencidos que el cambio en la política norteamericana promovido por el presidente Obama constituirá el más sólido aporte a la democratización de la Isla.
Opiniones diversas en Cuba que van desde estratos populares, medios opositores e intelectuales, ven en Barack Obama y su gestión una esperanza cierta. El régimen cubano se verá pronto frente a uno de sus peores escenarios. Ese en que la confrontación al mega enemigo norteño, habrá dejado de ser una realidad.
En el verano de 2008, cuando Barack Obama era sólo un candidato lleno de fe y buenas intenciones, el ideólogo y tanque pensante al servicio del régimen cubano, Armando Hart Dávalos, alertó del peligro cierto que representaba en aquel momento, su eventual victoria electoral.
Este de por sí, hubiera sido el peor escenario para el gobierno cubano. No tuvieron ni compraron el tiempo necesario para prepararse sobre algo, que tuvieron la presunción, de que no podría pasar. Nunca imaginaron que un negro podría llegar a ser presidente de los Estados Unidos.
Hoy, los comentarios que ruedan por la ciudad, dejan una pregunta en el aire. Esta fue reformulada por un modesto chofer de taxi por cuenta propia, de los llamados boteros. Dijo: “¿A quién culparán de toda esta mierda, cuando el presidente americano les quite todas las justificaciones?” El tiempo y el pueblo de Cuba tienen la respuesta.
jgonzafeb@yahoo.com
El levantamiento de las restricciones a los viajes a la Isla y al envío de remesas, marca el principio de un fin. Toda una era de hostilidades y a partir de estas, de justificaciones, parece llegar a buen término. El gobierno cubano está abocado a buscar un nuevo enemigo. Con Obama, nada será igual.
Por supuesto, las reacciones oficiales al cambio son ampliamente conocidas. Han cerrado filas en torno al continuismo. Una purga política segó a los protagonistas presumibles del eventual cambio político, anhelado por todos.
El resto de las partes comprometidas, mantiene ópticas coincidentes entre sí. Para el pueblo cubano, el presidente Obama representa el comienzo de una nueva era de relaciones. Para la oposición interna, algo más. Opiniones recogidas al azar entre la población, dan una tímida medida del alcance y la influencia de las iniciativas promovidas por el presidente norteamericano, en Cuba.
Dora C…, una ama de casa que reside en la barriada capitalina de Lawton, confía en Obama. Dice: “Es negro como yo. Sabrá qué hacer con tanto blanco racista hijo e puta y comunista de aquí. Y con tanto blanco racista hijo e puta de allá. Va a acabar con el bloqueo y con todo lo demás”. Se aleja con las manos elevadas al cielo.
Fernando Sánchez López, es presidente de una de las dos alas del escindido Partido Solidaridad Democrática. Sánchez López sólo ve nuevas oportunidades con el ascenso del presidente Obama. Afirma con convicción que es el principio del fin para el discurso político confrontacional del régimen cubano.
Desde el otro extremo del Partido Solidaridad Democrática, su presidente Pablo Silva Cabrera nos expresa su apoyo y su entusiasmo por las últimas medidas aprobadas en el Senado norteamericano y promovidas por el presidente Barack Obama.
Vladimiro Roca Antúnez, presidente del Partido Social Demócrata de Cuba y Héctor Palacios Ruiz, presidente de la Unidad Liberal de la República de Cuba, ambos miembros de la ONG opositora Agenda para la Transición, son decididos partidarios de las medidas propulsadas por el presidente norteamericano Barack Obama. Ambos están convencidos que el cambio en la política norteamericana promovido por el presidente Obama constituirá el más sólido aporte a la democratización de la Isla.
Opiniones diversas en Cuba que van desde estratos populares, medios opositores e intelectuales, ven en Barack Obama y su gestión una esperanza cierta. El régimen cubano se verá pronto frente a uno de sus peores escenarios. Ese en que la confrontación al mega enemigo norteño, habrá dejado de ser una realidad.
En el verano de 2008, cuando Barack Obama era sólo un candidato lleno de fe y buenas intenciones, el ideólogo y tanque pensante al servicio del régimen cubano, Armando Hart Dávalos, alertó del peligro cierto que representaba en aquel momento, su eventual victoria electoral.
Este de por sí, hubiera sido el peor escenario para el gobierno cubano. No tuvieron ni compraron el tiempo necesario para prepararse sobre algo, que tuvieron la presunción, de que no podría pasar. Nunca imaginaron que un negro podría llegar a ser presidente de los Estados Unidos.
Hoy, los comentarios que ruedan por la ciudad, dejan una pregunta en el aire. Esta fue reformulada por un modesto chofer de taxi por cuenta propia, de los llamados boteros. Dijo: “¿A quién culparán de toda esta mierda, cuando el presidente americano les quite todas las justificaciones?” El tiempo y el pueblo de Cuba tienen la respuesta.
jgonzafeb@yahoo.com
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