Prisión de Canaleta, Ciego de Ávila, marzo 12 de 2009, (SDP) Lo menos que podría haber hecho un gobernante que respete a su pueblo, en el caso de las recientes destituciones, es hablar más o menos en estos términos: Estos dos jóvenes dirigentes se formaron a mi lado, todo lo que hicieron, lo hicieron inspirados en mi ejemplo. Durante la mayor parte de sus vidas hicieron lo que yo les ordené. Repitieron lo que yo decía. Trabajaron para mí con denuedo, vivieron para mí. Ahora han cometido los siguientes errores… A continuación, explicar en que consistió el papel indigno, a que se refirió Fidel Castro en la edición del 4 de marzo del diario Granma.
Un papel ‘indigno’, es un denominador común a múltiples conductas. ¿En cual de ellas incurrieron los recientes destituidos? Como en ningún momento se ha esclarecido esta cuestión como merece nuestro pueblo, entonces yo saco mis propias conclusiones. Estas están basadas en la única información que poseo sobre el asunto que es, lo publicado en la prensa oficial. La Frase: “El enemigo externo se llenó de ilusiones con ellos”, es elocuente.
Cuando observadores de la situación cubana, dentro y fuera del país, pensaron que estos dos ocuparían cargos más relevantes cuando se produjo la sucesión de febrero de 2008, lo hicieron con toda razón y con todo derecho. Todo el mundo pensó lo mismo. Si el enemigo externo –y uso el lenguaje sibilino en que está redactada la reflexión- se llenó de ilusiones, sin que estos dos dieran motivo, los habrían destituido sin ninguno de los dos tener culpa alguna.
El caso es que ellos dos son dos personas muy cercanas al poder y muy conocidas dentro y fuera del país, para que nadie se avenga a formar todo este lío por gusto. Entonces, si los han defenestrado, no es porque el enemigo externo se haya llenado de ilusiones con ellos. Se trata de que ellos dieron motivos para que ‘el enemigo externo’ se llenara de ilusiones, lo cual no es lo mismo.
Creo que nos referimos a que los observadores de la situación cubana, dentro y fuera del país, percibieron en ellos la posibilidad de que como eventuales dueños de todo el poder, quisieran llevar a cabo el programa de reformas de las que tanto se habla y que tanto ansía nuestro pueblo.
Esto no me extraña en lo absoluto de Lage, pero si de Pérez Roque. Lage fue un dirigente juvenil, secretario general de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC). Graduado de médico, fue jefe de la brigada médica cubana en Etiopia. Desde la década de los 80, el pueblo lo identifica como responsable de los asuntos económicos. Dicen que en la actualidad el pueblo lo rechaza, porque fue quien ordenó quitar la jabita con productos de la Shopping, que se daba a empleados de diferentes sectores.
De ser cierto que tomó esta medida, seguro no fue por capricho suyo o por deseos de hacer daño. Se trataría de obedecer una orden o de abordar una situación conocida de falta de recursos. También se rumora que un hijo suyo dilapidaba recursos. Como se trata de rumores, no tengo porque darles el menor crédito. Se parecen a estas ‘bolas’ echadas a rodar de forma intencional para ‘enturbiar el agua’ y que no se vea el fondo del problema, que es político y es el asunto de las reformas, que es tema espinoso.
En esta misma dirección, debo decir que para mí Pérez Roque, siempre ha sido un monigote. ¿Qué cuales fueron sus credenciales para ser ministro de relaciones exteriores? Estaba totalmente identificado con el pensamiento de Fidel Castro. La opinión pública lo conoció como el ‘muchacho’ que llevaba el portafolio del jefe máximo. Este cargo lo ocupó después Carlitos Valenciaga, quien también ha sido destituido, pero en silencio.
Yo dudo que todo este asunto de las destituciones, haya sido por problemas de corruptelas. La cúpula del poder lleva una vida bastante holgada y se sabe muy bien vigilada para atreverse a incurrir en excesos. El único problema que podrían haberse buscado estos dirigentes y así lo indica el texto aparecido en Granma, es estar a favor de una política de reformas. Yo así lo creo y de ser así, los felicito a ambos.
primaveradigital@gmail.com
Un papel ‘indigno’, es un denominador común a múltiples conductas. ¿En cual de ellas incurrieron los recientes destituidos? Como en ningún momento se ha esclarecido esta cuestión como merece nuestro pueblo, entonces yo saco mis propias conclusiones. Estas están basadas en la única información que poseo sobre el asunto que es, lo publicado en la prensa oficial. La Frase: “El enemigo externo se llenó de ilusiones con ellos”, es elocuente.
Cuando observadores de la situación cubana, dentro y fuera del país, pensaron que estos dos ocuparían cargos más relevantes cuando se produjo la sucesión de febrero de 2008, lo hicieron con toda razón y con todo derecho. Todo el mundo pensó lo mismo. Si el enemigo externo –y uso el lenguaje sibilino en que está redactada la reflexión- se llenó de ilusiones, sin que estos dos dieran motivo, los habrían destituido sin ninguno de los dos tener culpa alguna.
El caso es que ellos dos son dos personas muy cercanas al poder y muy conocidas dentro y fuera del país, para que nadie se avenga a formar todo este lío por gusto. Entonces, si los han defenestrado, no es porque el enemigo externo se haya llenado de ilusiones con ellos. Se trata de que ellos dieron motivos para que ‘el enemigo externo’ se llenara de ilusiones, lo cual no es lo mismo.
Creo que nos referimos a que los observadores de la situación cubana, dentro y fuera del país, percibieron en ellos la posibilidad de que como eventuales dueños de todo el poder, quisieran llevar a cabo el programa de reformas de las que tanto se habla y que tanto ansía nuestro pueblo.
Esto no me extraña en lo absoluto de Lage, pero si de Pérez Roque. Lage fue un dirigente juvenil, secretario general de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC). Graduado de médico, fue jefe de la brigada médica cubana en Etiopia. Desde la década de los 80, el pueblo lo identifica como responsable de los asuntos económicos. Dicen que en la actualidad el pueblo lo rechaza, porque fue quien ordenó quitar la jabita con productos de la Shopping, que se daba a empleados de diferentes sectores.
De ser cierto que tomó esta medida, seguro no fue por capricho suyo o por deseos de hacer daño. Se trataría de obedecer una orden o de abordar una situación conocida de falta de recursos. También se rumora que un hijo suyo dilapidaba recursos. Como se trata de rumores, no tengo porque darles el menor crédito. Se parecen a estas ‘bolas’ echadas a rodar de forma intencional para ‘enturbiar el agua’ y que no se vea el fondo del problema, que es político y es el asunto de las reformas, que es tema espinoso.
En esta misma dirección, debo decir que para mí Pérez Roque, siempre ha sido un monigote. ¿Qué cuales fueron sus credenciales para ser ministro de relaciones exteriores? Estaba totalmente identificado con el pensamiento de Fidel Castro. La opinión pública lo conoció como el ‘muchacho’ que llevaba el portafolio del jefe máximo. Este cargo lo ocupó después Carlitos Valenciaga, quien también ha sido destituido, pero en silencio.
Yo dudo que todo este asunto de las destituciones, haya sido por problemas de corruptelas. La cúpula del poder lleva una vida bastante holgada y se sabe muy bien vigilada para atreverse a incurrir en excesos. El único problema que podrían haberse buscado estos dirigentes y así lo indica el texto aparecido en Granma, es estar a favor de una política de reformas. Yo así lo creo y de ser así, los felicito a ambos.
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