jueves, 2 de julio de 2009

AHORRO Y PRIVACIONES, Juan González Febles



Lawton, La Habana, 2 de julio de 2009, (SDP) La situación en Cuba se ha tornado tan escandalosa y opresiva que hasta la prensa oficial echó mano por uno de sus más eximios representantes para abordar el tema con un mínimo de decoro y rigor profesional. Sucede que el gobierno de Raúl Castro prostituye en la práctica una virtud como lo es sin duda, el ahorro.

Con una total reticencia y absoluta parquedad, desde su columna ‘Coloquiando’, del rotativo ‘Juventud Rebelde’, en trabajo que tituló ‘Evadiendo las palomas’, publicado en 26 de junio de 2009, el ya no tan joven Luis Sexto, se refirió a lo que llamó de forma eufemística “restricciones”, que separó con elegancia del ahorro.

El Sr. Sexto en un alarde de exquisita profesionalidad bordeó la incompetencia proverbial del régimen en materia económica y además, su desinterés probado en eso de realizar esfuerzos por elevar la calidad material de vida del pueblo en su conjunto. Más adelante y de forma inevitable, cayó en el necesario sofisma del compromiso político con la dictadura, envuelto todo en una prosa tan deliciosa, que hubiera merecido un mejor destino.

Dijo y debo citarlo que: “La política, incluso para los que somos objeto de sus beneficios o perjuicios, tiene que asumirse como la combinación de venturas y desventuras cuando un ideal nos junta y nos dibuja nuestro camino como pueblo”.

Lamentablemente en Cuba, desde hace cincuenta largos años, el pueblo nunca dejó de ser objeto. Todos lo somos, atados a una política ajena elaborada a nuestras espaldas por consumados y confesos conspiradores. Ha faltado desde hace mucho ‘la combinación de venturas y desventuras’ a que alude el colega Sexto. En la actualidad, sólo quedó la desventura. Por otra parte, si un ideal juntara al pueblo cubano, este sería el de un cambio total de sistema y de líderes.

El camino como pueblo a que alude el colega en su trabajo, ha tomado con harta frecuencia atajos que conducen a exilio, insilio, cárcel y en contadas y aciagas ocasiones a la muerte. Por cierto, la muerte es la única oferta ofrecida por el régimen que se ha sostenido por encima del tiempo y los vaivenes de su política.

Lo que el lenguaje oficial denomina ‘restricciones’ es en la vida real, privaciones y de forma más directa, miseria. Cuando una fuente oficial cubana habla de ahorro, la costumbre y el fatalismo inducido, traducen para el pueblo que los que gobiernan privaran a sus gobernados de algo de lo poco que les queda para vivir sus viditas.

Otro ‘wishful thinking’ en que incurre su trabajo, es el que señala como ‘efecto contradictorio’, a una mera y simple relación causa-efecto. Un sistema inviable, dirigido con mano férrea por una colonia de ancianos entorchados que rebasa los setenta años, sólo podrá alcanzar, cuando más, ‘efectos contradictorios’. Forma elegante y eufemística empleada para no escribir fracaso.
jgonzafebster@gmail.com


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