jueves, 2 de julio de 2009

CURIOSIDADES ITALIANAS EN CUBA II, Richard Roselló

La Habana, julio 2 de 2009 (SDP) Por La Habana del siglo XIX cruzaron numerosas estrellas italianas de la tragedia, el drama y la ópera y nos dejaron muchas modas. Aparecieron restaurantes, tiendas de ropas, sederías, joyerías y otras que tomaron sus nombres de algunas de esas figuras connotadas. En esto no se quedaron atrás las marquillas y fábricas de tabaco. Se introdujeron la pañoleta de encaje de tres puntas, los abrigos sin mangas, el sombrero de paja de Italia, el uso del pelo suelto. Paralelamente, aumentó el número de profesores de lengua italiana.

El gusto y aceptación de la ópera motivó que en la ciudad se abrieran varios teatros para escuchar a estas compañías, como el Tacón, en 1838; Villanueva, en 1847; Albizu, 1870; Payret, 1877; Irijoa, 1884 (rebautizado en 1901 como Teatro Martí).

Ópera cubana interpretada por italianos
A quienes creen que los cubanos solo contamos en nuestro repertorio musical con guarachas, danzones, boleros etc., les corregimos la duda. El talentoso músico Gaspar Villate, nacido en La Habana en 1851, fue famoso en Cuba y en el extranjero por sus composiciones musicales. Tanto fue así que el artista llegó a componer varias óperas, las cuales fueron cantadas por Tamberlick, Pandolfini, y María Litta entre otros. Destaca entre su producción la ópera Zilia, cuyo libretista fue el célebre Temístocles Solera, amigo íntimo del gran Giuseppe Verdi y que arreglara para el compositor italiano varios libretos. Zilia fue estrenada con gran éxito en el Teatro Italiano de París el 1º de diciembre de 1877.

Dolorosa triunfa en Turín
Escrita por el maestro habanero Eduardo Sánchez de Fuentes, una ópera cubana triunfó en Turín en 1909, la primera que así lo hacía en el país del arte lírico. La Dolorosa, que tal era su título, tuvo un año después una presentación muy poco afortunada en La Habana, suceso que impresionó hondamente a su autor. En fin, nadie es profeta en su tierra.


Un capítulo en nuestra historia artística

Dos importantes acontecimientos de la ópera en Cuba ocurren simultáneamente en el mismo año: el estreno en 1848 en La Habana de las óperas Colón en Cuba, del italiano Juan Bautista Bottesini; y Gulnara, del director de orquesta y compatriota Luigi Arditi. Ambos permanecieron en Cuba un buen tiempo.

Verdi y La Habana
Hernani, del maestro Giuseppe Verdi, fue conocida en La Habana sólo tres años después de su estreno en Venecia y con unos meses de diferencia respecto al de París. Tal era el prestigio musical de que gozaba nuestra capital. La pieza fue estrenada por la famosa compañía de Albina Steffanone el 18 de noviembre de 1846. ¡Verdi estaba de moda! Y tanto que sólo tres años después se estrenaba también Macbeth. Incluso los agentes de Pancho Marty, dueño del teatro Tacón, habían realizado gestiones para traer otra obra de Verdi, La battaglia di Legnano. De acuerdo con Enrique Río Prado en su libro Pasión cubana por Verdi, la obra no se llegó a representar en La Habana, pero de las negociaciones queda el testimonio de la correspondencia del propio compositor, quien en carta a Giovanni Ricordi, demostró su conocimiento de la importancia de la capital cubana para la ópera y escribió: En La Habana hay varios teatros, por lo que resulta difícil saber si la obra será representada en uno o más teatros. Por otra parte, tú sabes que en ciertos meses del año la compañía se traslada de un país a otro, por lo que es mejor fijar un precio para toda La Habana, y por mi parte tú me pagarás 2000 francos en 100 napoleones de oro. Si por casualidad la ópera se hiciera también en Nueva York, entonces me pagarás 3000 francos en 150 napoleones de oro y la venta se consideraría hecha para toda la América.

Los sueños habaneros de Puccini
El éxito de la ópera italiana en La Habana despertó en el compositor Giácomo Puccini los deseos de visitar esta ciudad y componer especialmente para la ocasión una obra. También quería poner en escena su ópera Medea. Desafortunadamente nunca vino.

Rubini y los puros de La Habana
A mediados del XIX, la recepción del drama y la ópera disfrutaba en Cuba uno de sus mejores momentos. Todos los años, a La Habana llegaban artistas de reconocida fama, y mucho se pagaba por ver y oír a las primeras figuras del mundo artístico. La insistencia de empresarios de la Isla para lograr traer a Rubini, el Rey de los Tenores a La Habana en aquellos años, despertó gran ansiedad en los habaneros. Pancho Marty, dueño del teatro Tacón, trató de complacer a los aficionados e hizo saber al artista que podía ofrecerle hasta 1000 pesos por cada noche de presentación en su coliseo. En verdad, Rubini, ya viejo y atestado de dinero, nunca pudo ver la «tierra que produce los buenos tabacos de La Habana», como tanto expresó y deseó.

Una actriz que hizo historia en la gastronomía cubana
Marietta Gazzaniga (1824-1884) fue una favorita cantante italiana que vino a La Habana en tres ocasiones: 1858, 1859 y luego en 1886. En la segunda de sus visitas, el fanatismo del público habanero le entregó un obsequio que ha quedado para la historia de los cubanos. Un “comerciante astuto” confeccionó un pan especial en su honor, y a él debemos el pan gaceñiga, como todavía el pueblo lo llama.


La trompetilla nocturna
Cuenta un cronista de La Habana que el inolvidable barítono italiano Titta Rufo, acostumbraba algunas noches, después de la función en el teatro, salir con un grupo de amigos Prado abajo, hacia el Malecón. Nuestro mar le recordaba su Mediterráneo y una gran euforia se apoderaba de él. Titta rompía a cantar en voz alta a aquellas horas de la madrugada, y una de esas noches, unos trasnochadores excitados por el ron que paseaban en auto, cuando oyeron al cantante, retrocedieron y, sin adivinar a quien escuchaban, acompañaron la nota con una sonora trompetilla. Entonces, el bastón de un admirador de Titta hizo prodigios frente a los imprudentes, los cuales abandonaron el campo pisando el acelerador... Todo terminó entre risas y Titta Rufo se maravilló, una vez más, de la ciudad que sabía resolver festivamente un conato de reyerta.


El más pequeño de los cantantes italianos y el más grande entre los pequeños

Un hecho inusual en la historia del teatro Tacón tuvo lugar a finales del año 1872, con la llegada del niño prodigio italiano de cinco años, Romeo Dionesi, para actuar junto a su compañía lírica. El genovés llegó a La Habana precedido de enorme fama, gracias a sus presentaciones en Europa. Desde su arribo a la capital de la isla, el párvulo fue objeto del más cariñoso recibimiento y de las más delicadas atenciones. El debut de Romeo Dionesi en Cuba, el 24 de noviembre de 1872, con Una estrella confidente, motivó que todos los periódicos habaneros publicaran exaltadas reseñas. Los aplausos y regalos se prodigaron a mano llena como no había ocurrido hasta aquella fecha —un costoso reloj de oro con su leontina, un portamonedas con billetes de banco y un juego de botones de oro y perlas para camisa le fueron entregados el primer día. La popularidad de Romeo Dionesi en La Habana aumentó con cada una de sus salidas a escena. Alguien lo invitó a presentarse junto a su grupo en el teatro de Guanabacoa. Su actuación se extendió hasta 1873, luego de viajar por el interior del país. El 9 de mayo de ese año, partiría rumbo a México, dejando tras de sí el más sonado de los éxitos y un recuerdo indeleble.

Gran Teatro de La Habana
En el antiguo teatro Tacón (1838), se presentó una interminable legión de cantantes y artistas de la talla de Rossi, Pantanelli, Ober, Elssler, Salvi, Diez, Arjona, Rachel, Patti, Steffanone, Gazzaniga, Frezzolini, Los Ravel, Jenny Lind, Tedesco, Cecconi, Severi, Bottesini, Sivori, Malibran, Pasta, Montresor, Salvatori, Antogignini, la Corradi-Pantanelli, Valtellina, Varesi-Pedrotti, la Rossi, Todolini, Maretzeck, Cortessi, Lorini, Brochetti, Ristori, Civili, Tamberlick, Roncoroni, Salvini, Lombardi, Fregoli, Mariani, Pezzano, Tessero, Aboni, Tetrazzini, Schippa, Cavalieri, Bovi, Farelli, Caruso, Duse, Tebaldi...
primaveradigital@gmail.com

1 comentario:

Anónimo dijo...

. . .TEATRO TACON , LA HABANA. . .
SIEMPRE PARA MI ES UN GUSTO LEER ALGO RELACIONADO CON EL TEATRO CONSTRUIDO POR FRANCISCO MARTY Y TORRENS. MI ANTEPASADO.
SIEMPRE ORGULLOSOS DE PANCHO MARTY COMO LO SOLIAN LLAMAR.
CUALQUIER INFORMACION RELACIONADA MI CORREO ES. reyraul7@hotmail.com
...... un saludo RAUL REY MARTY.
(ESPAÑA.).