Managua, La Habana. 9 de julio de 2009. (SDP). Tras la anunciada decisión el día 15 de junio de la Corte Suprema de Estados Unidos de no revisar el caso de los “Cinco Héroes Cubanos” (espías presos desde hace más de diez años en ese país), se ha producido un desfile de declaraciones de ONGs radicadas en la isla.
Los medios han reflejado de forma diaria, como en una carrera de relevo, una de esas declaraciones. La secuencia sólo fue interrumpida para clamar por Manuel Zelaya y sus seguidores tras el golpe de Estado en Honduras.
Entre las ONG que han realizado su declaración, se encuentran: los Comités de Defensa de la Revolución, la Federación de Mujeres Cubanas, el Consejo Nacional de Iglesias, la Unión de Periodistas de Cuba, la Asociación de Agricultores Pequeños, la Asociación Cultural Yoruba de Cuba, la Central de Trabajadores de Cuba y varias otras.
Todas las declaraciones tienen más o menos el mismo corte y los argumentos son casi idénticos: la Corte Suprema ha cometido una infamia, ha cedido a la demanda del gobierno norteamericano, continuaremos reclamando la libertad de nuestros Cinco Héroes. Y el imperio descarga en nuestros cinco antiterroristas cubanos su impotencia por no haber podido destruir la Revolución.
Se podían haber ahorrado, lo digo sin ironía, el esfuerzo. Si hubieran redactado una sola nota y se les hubiera indicado a los máximos representantes de ese grupo de organizaciones que la firmaran, hubiera sido igual. De todas formas, en todo el planeta se sabe que en Cuba no existen verdaderas ONGs reconocidas oficialmente.
Por su parte, Ricardo Alarcón, presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular –lleva tiempo que nada más que habla de los “Cinco “Héroes”. Quiere responsabilizar a Barak Obama con el asunto.
“El Presidente Obama puede y debe retirar los cargos falsos en contra de nuestros compañeros. El mandatario estadounidense tiene la faculta de poner fin a la injusticia”, asegura Alarcón.
Desde que Fidel Castro afirmó hace un poquito más de un lustro en un acto público: “Sólo les digo una cosa, volverán”, La Habana ha desarrollado una desenfrenada campaña propagandística a favor de sus cinco espías.
En ese maremágnum, una de las frases más utilizadas es: “Los cinco jóvenes antiterroristas prisioneros políticos del imperio”. Parece que en las cárceles de Estados Unidos la gente no se pone vieja, porque el menor de ellos tiene 43 años.
Detrás del miles de veces repetido, “Son inocentes, libérenlos”, hay mucho más que el presumible deseo de que sean puestos en libertad. El objetivo, no es tan difícil percibirlo, es lograr el reconocimiento al derecho, implícito o explícito, de espiar en Estados Unidos.
La pretensión a simple vista pudiera parecer una locura, pero cuando se reconoce que los agentes estaban infiltrados en “organizaciones contrarrevolucionarias” con existencia legal en Estados Unidos para presuntamente evitar acciones terroristas contra Cuba, y que por lo tanto son inocentes, lo que se exige es una patente de corso para esa actividad. Pero no hay indicios ni existen antecedentes que entre adversarios o enemigos algo semejante a eso, haya sido admitido. Eso de un santuario para espías en una sola orilla no se ha visto ni en la ciencia ficción.
Y así las cosas, fuera de la imagen creada por la propaganda, en la vida real, “el volverán” para los cinco “jóvenes” va a demorar bastante.
fornarisjo@yahoo.com
Los medios han reflejado de forma diaria, como en una carrera de relevo, una de esas declaraciones. La secuencia sólo fue interrumpida para clamar por Manuel Zelaya y sus seguidores tras el golpe de Estado en Honduras.
Entre las ONG que han realizado su declaración, se encuentran: los Comités de Defensa de la Revolución, la Federación de Mujeres Cubanas, el Consejo Nacional de Iglesias, la Unión de Periodistas de Cuba, la Asociación de Agricultores Pequeños, la Asociación Cultural Yoruba de Cuba, la Central de Trabajadores de Cuba y varias otras.
Todas las declaraciones tienen más o menos el mismo corte y los argumentos son casi idénticos: la Corte Suprema ha cometido una infamia, ha cedido a la demanda del gobierno norteamericano, continuaremos reclamando la libertad de nuestros Cinco Héroes. Y el imperio descarga en nuestros cinco antiterroristas cubanos su impotencia por no haber podido destruir la Revolución.
Se podían haber ahorrado, lo digo sin ironía, el esfuerzo. Si hubieran redactado una sola nota y se les hubiera indicado a los máximos representantes de ese grupo de organizaciones que la firmaran, hubiera sido igual. De todas formas, en todo el planeta se sabe que en Cuba no existen verdaderas ONGs reconocidas oficialmente.
Por su parte, Ricardo Alarcón, presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular –lleva tiempo que nada más que habla de los “Cinco “Héroes”. Quiere responsabilizar a Barak Obama con el asunto.
“El Presidente Obama puede y debe retirar los cargos falsos en contra de nuestros compañeros. El mandatario estadounidense tiene la faculta de poner fin a la injusticia”, asegura Alarcón.
Desde que Fidel Castro afirmó hace un poquito más de un lustro en un acto público: “Sólo les digo una cosa, volverán”, La Habana ha desarrollado una desenfrenada campaña propagandística a favor de sus cinco espías.
En ese maremágnum, una de las frases más utilizadas es: “Los cinco jóvenes antiterroristas prisioneros políticos del imperio”. Parece que en las cárceles de Estados Unidos la gente no se pone vieja, porque el menor de ellos tiene 43 años.
Detrás del miles de veces repetido, “Son inocentes, libérenlos”, hay mucho más que el presumible deseo de que sean puestos en libertad. El objetivo, no es tan difícil percibirlo, es lograr el reconocimiento al derecho, implícito o explícito, de espiar en Estados Unidos.
La pretensión a simple vista pudiera parecer una locura, pero cuando se reconoce que los agentes estaban infiltrados en “organizaciones contrarrevolucionarias” con existencia legal en Estados Unidos para presuntamente evitar acciones terroristas contra Cuba, y que por lo tanto son inocentes, lo que se exige es una patente de corso para esa actividad. Pero no hay indicios ni existen antecedentes que entre adversarios o enemigos algo semejante a eso, haya sido admitido. Eso de un santuario para espías en una sola orilla no se ha visto ni en la ciencia ficción.
Y así las cosas, fuera de la imagen creada por la propaganda, en la vida real, “el volverán” para los cinco “jóvenes” va a demorar bastante.
fornarisjo@yahoo.com
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