Lawton, La Habana, 9 de julio del 2009, (SDP) Unas de las primeras medidas (esto huele a sastrería) del gobierno castrista para lidiar con esta otra crisis es sustituir importaciones. Si no fuera porque me refiero a dirigentes tan mañosos como los de este “gobierno”, sería algo de aplaudir, pero…(¡aquí siempre hay un pero!).
Durante 41 años, este “gobierno” se dedicó, en vez de buscar el bienestar de su pueblo, a azuzar la “guerra de liberación” en 3 continentes. Incluyo en estos a los Estados Unidos. ¿O es que Stokely Carmichael y Ángela Davis, entre otros, recibieron entrenamiento en Cuba en los 60 para jugar en los Bravos de Atlanta? Si no siguieron, fue porque el precio de esta “práctica deportiva” no dio los resultados esperados y después del 9-11 se tornó muy perjudicial a la salud.
Basta de preámbulo, aunque sea necesario, para desinformados, timoratos y fellow travelers.
Existe un indicador que mide la capacidad económica, mejor que ningún otro, es la balanza de pagos, que es y cito: La relación entre la cantidad de dinero que un país gasta en el extranjero y la cantidad que ingresa desde otras naciones. El concepto no sólo incluye el comercio de bienes y servicios, sino también el movimiento de otros capitales, como la ayuda al desarrollo, las inversiones extranjeras, los gastos militares y la amortización de la deuda pública.
Pero el Anciano cambió el PIB cubano, como Cristo hizo con el agua en Canaan, y convirtió a médicos y otros “no tan médicos” en crecimiento económico neto, burlándose de todos los Nóbel de Economía desde Frisch hasta Phelps, para lograr que Cuba lleve 45 años más endeudada cada día a pesar del concepto que establece: “Las naciones tienen que equilibrar sus ingresos y gastos a largo plazo con el fin de mantener una economía estable, pues, al igual que los individuos, un país no puede estar eternamente en deuda.”.
Claro, que con lo que no contaron los economistas, al hacer este axioma, fue que hubiera en el mundo tantos “bobos.” que creyeran el cuento del Anciano, con la peregrina esperanza de prestar ahora para cobrar “después” y venderla a los yanquis a mejor precio.
No, para sustituir importaciones hay que producir mucho y el país está económicamente colapsado.
Los indicadores reales muestran un desbalance que si quisiéramos comparar, lo más cercano seria Terry Schiavo, una parapléjica norteamericana que cuando su esposo comprendió que sólo representaba dinero para los médicos que la atendían, ordenó quitar el tubo que la mantenía con “vida”.
Ese tubo para Cuba es el petróleo del Teniente Coronel Hugo Chávez, revendido para pagar al Gran Satán los alimentos que un lejano día nuestro país produjo por sí sólo y que 50 años de castrismo malograron.
Ah, se me olvidaba, el cuento de los costos de transporte, que hace 16 años esgrimen para aumentar los precios de venta al 270 % de su costo y luego en el 2004 al 290%, podrían pensar en quitarlo.
Sólo por citar a Suchel, una de las 15 empresas tributarias del comercio minorista en divisa, esta produce el 48 % de la materia prima de toda su gama de productos, sin importarlos. Pero los precios siguen más congelados que un mamut siberiano.
No debe esquilmarse más a nuestro inerme pueblo, ni a sus infelices parientes en el exterior que sufragan esta pesadilla con los dólares o euros ganados con esfuerzo, sudor y madrugadas, en las factorías de Miami, limpiando pisos de hospitales en Valencia o en burdeles en Madrid.
Hace 15 años, hubo la visión y el empeño de quererlo hacer. Hoy, no hay tiempo. Merlín se retiró y Cristo no ha mandado un e-mail para decir cuando regresa.
palest44@yahoo.com
Durante 41 años, este “gobierno” se dedicó, en vez de buscar el bienestar de su pueblo, a azuzar la “guerra de liberación” en 3 continentes. Incluyo en estos a los Estados Unidos. ¿O es que Stokely Carmichael y Ángela Davis, entre otros, recibieron entrenamiento en Cuba en los 60 para jugar en los Bravos de Atlanta? Si no siguieron, fue porque el precio de esta “práctica deportiva” no dio los resultados esperados y después del 9-11 se tornó muy perjudicial a la salud.
Basta de preámbulo, aunque sea necesario, para desinformados, timoratos y fellow travelers.
Existe un indicador que mide la capacidad económica, mejor que ningún otro, es la balanza de pagos, que es y cito: La relación entre la cantidad de dinero que un país gasta en el extranjero y la cantidad que ingresa desde otras naciones. El concepto no sólo incluye el comercio de bienes y servicios, sino también el movimiento de otros capitales, como la ayuda al desarrollo, las inversiones extranjeras, los gastos militares y la amortización de la deuda pública.
Pero el Anciano cambió el PIB cubano, como Cristo hizo con el agua en Canaan, y convirtió a médicos y otros “no tan médicos” en crecimiento económico neto, burlándose de todos los Nóbel de Economía desde Frisch hasta Phelps, para lograr que Cuba lleve 45 años más endeudada cada día a pesar del concepto que establece: “Las naciones tienen que equilibrar sus ingresos y gastos a largo plazo con el fin de mantener una economía estable, pues, al igual que los individuos, un país no puede estar eternamente en deuda.”.
Claro, que con lo que no contaron los economistas, al hacer este axioma, fue que hubiera en el mundo tantos “bobos.” que creyeran el cuento del Anciano, con la peregrina esperanza de prestar ahora para cobrar “después” y venderla a los yanquis a mejor precio.
No, para sustituir importaciones hay que producir mucho y el país está económicamente colapsado.
Los indicadores reales muestran un desbalance que si quisiéramos comparar, lo más cercano seria Terry Schiavo, una parapléjica norteamericana que cuando su esposo comprendió que sólo representaba dinero para los médicos que la atendían, ordenó quitar el tubo que la mantenía con “vida”.
Ese tubo para Cuba es el petróleo del Teniente Coronel Hugo Chávez, revendido para pagar al Gran Satán los alimentos que un lejano día nuestro país produjo por sí sólo y que 50 años de castrismo malograron.
Ah, se me olvidaba, el cuento de los costos de transporte, que hace 16 años esgrimen para aumentar los precios de venta al 270 % de su costo y luego en el 2004 al 290%, podrían pensar en quitarlo.
Sólo por citar a Suchel, una de las 15 empresas tributarias del comercio minorista en divisa, esta produce el 48 % de la materia prima de toda su gama de productos, sin importarlos. Pero los precios siguen más congelados que un mamut siberiano.
No debe esquilmarse más a nuestro inerme pueblo, ni a sus infelices parientes en el exterior que sufragan esta pesadilla con los dólares o euros ganados con esfuerzo, sudor y madrugadas, en las factorías de Miami, limpiando pisos de hospitales en Valencia o en burdeles en Madrid.
Hace 15 años, hubo la visión y el empeño de quererlo hacer. Hoy, no hay tiempo. Merlín se retiró y Cristo no ha mandado un e-mail para decir cuando regresa.
palest44@yahoo.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario