jueves, 9 de julio de 2009

LA MUERTE DE UN REY, Ramón Díaz-Marzo



Habana Vieja, La Habana, 9 de julio de 2009, (SDP) Lo mejor que tiene esta vida es que más del 50% de los hechos que están por ocurrir, nos son desconocidos. De modo que podemos ser, y de hecho somos, asistentes al teatro de nuestras vidas. Algunos hechos nos sorprenden, otros nos entristecen o nos alegran. Aunque en honor a la verdad, también se sabe que a pesar de que somos marionetas de las circunstancias, tenemos un por ciento a nuestro favor para variar el curso de nuestras vidas.

Michael Jackson ha muerto, pero nuestras almas son inmortales. Además, si un ser humano ha cumplido con la obra de su vida, como dijera nuestro Apóstol José Martí, la muerte es mentira.

Michael Jackson murió como un preferido de los dioses: cuando tenía 50 años de vida de los cuales le dedicó a su oficio de hacernos sentir lo inefable, 45 años. Le ocurrió en vida lo que le ha ocurrido a dos clásicos: tener como padre a un déspota (Beethoven) y una muerte prematura pero con una obra inmensa (Mozart).

De modo que no podemos reprocharle a Dios ni al propio Jackson que se nos haya ido. Durante 45 años nos entregó lo mejor de sí mismo. Nos dio más de lo que muchos darán aunque vivan 40 vidas. Creó un estilo de moverse en la escena. Fue un gran bailarín y cantante.

Para algunas personas, Michael Jackson era un pedófilo. Yo no me atrevo a decir tanto. Téngase en cuenta que el cantante era millonario y en una sociedad como la norteamericana, las personas con tal de enriquecerse son capaces de levantar las más graves calumnias para llegar a un arreglo y recibir dinero. Además, no se puede criticar a Michael Jackson de estar rodeado de ángeles como son los niños. Tampoco se le puede pedir que creciera.

Tal vez era gay, pero un gay sui generis. Tal vez fue abusado sexualmente cuando era un niño. Hay muchas cosas sobre su vida que desconocemos. Declaraba que le gustaba dormir con niños en una cama inmensa porque él mismo se sentía niño y solitario. Su padre lo hizo sufrir lo indecible; desde que tenía 5 años lo obligó a llevar una vida militar: de la escuela para los estudios de grabación y viceversa. El propio Michael Jackson declaró que jamás tuvo infancia. Se quedó en esa etapa y quizás ni siquiera llegó a la adolescencia.

Por supuesto que es sospechoso que un hombre duerma con niños, pero si se trata de un niño sicológico, no hay que extrañarse. Sólo podemos admitir que estaba enfermo porque se negó a crecer a pesar de sus millones de dólares o gracias a sus millones de dólares.

No era un ídolo masculino y, sin embargo, se convirtió en el Rey del Pop. Sus canciones, solo o junto a sus hermanos “Los Jackson Five”, siempre nos traerán recuerdos. Con ellas crecimos, amamos en cualquier latitud de nuestro mundo seco, silencioso, grave.

Michael Jackson pertenece a la estirpe de los irrepetibles. De los que vienen una sola vez a mostrarnos algo. Su muerte se pudo haber evitado y sin embargo era inevitable.

Recuerdo que hace años me dijeron que Michael Jackson dormía en una cama hiperbárica, es decir, una cama que está dentro de una cápsula donde se respira oxígeno puro. Se mostraba en público con un tapaboca porque temía al aire contaminado. Se comportaba como un millonario excéntrico que aspiraba a vivir muchos años pero la gran paradoja es que la muerte sabe más por vieja que por diabólica.

Pero dejando descansar a la filosofía, hay que decir que Michael Jackson consumía demerol que es un analgésico y tiene como efecto secundario la inhibición de los centros respiratorios, efecto que también tienen los ansiolíticos que Jackson consumía para salir del hueco de su depresión.

Al día siguiente de la muerte de Michael Jackson, un miembro de su familia habló de morfina. También se habla de que Michael Jackson para dormir y descansar plenamente tenía que ser anestesiado con un medicamento que trabaja directamente sobre el corazón (como todos los anestésicos).

También hay que tener en cuenta la cantidad de operaciones y alteraciones genéticas que Michael Jackson practicó en su cuerpo para la despigmentación de su piel, es decir, para dejar de ser negro. Realmente lo que logró fue convertirse en un albino sin pelo. Las fotos del Rey del Pop que lo han mostrado sin peluca y sin gafas oscuras son las de un monstruo. Michael Jackson cometió el mayor pecado que puede cometer un ser humano contra sí mismo: no aceptarse.

La vida, el destino, le había sonreído otorgándole desde pequeño un talento musical comparable al de un Mozart de nuestros días y un reconocimiento público desde la temprana infancia. Y el Rey del Pop no supo apreciar las zonas buenas de su vida. Si consideraba que ser negro era una zona mala de su vida, eso fue un gran error. El Rey del Pop era un genio, pero tenía una zona enferma de su espíritu. No supo aprovechar con sabiduría los dones que Dios o el Destino le otorgaron.

De cualquier manera, repetimos, si Dios existe, por su trabajo artístico y por la dedicación a su público: una sociedad enferma como la norteamericana, donde sabemos se transita desde lo angélico hasta lo diabólico, lo perdonará.

Dios de seguro lo perdona, pues el sólo hecho de pretender dejar de ser negro para convertirse en blanco, no lo hacía para sí mismo, sino para su público. Incluso, para mantener la figura delgada que le permitía ejecutar sus originales movimientos de bailarín, dejó de comer, comenzó a padecer de anorexia. Michael Jackson fue una víctima de las circunstancias de una sociedad enferma donde él mismo se consideraba una máquina de hacer dinero.

Es posible que su depresión crónica sea el producto de la vida altamente vertiginosa que llevan todos los triunfadores del mundo del espectáculo. Para estas personas, están al alcance de la mano todo tipo de droga. Además, todos los grandes artistas como por inspiración llegan hasta el cielo y luego pagan ese viaje bajando a los infiernos más desconocidos

Al término de esta nota, aún faltan varias semanas para que el examen toxicológico llegue a su etapa final. En este resultado, se sabrá cuáles fueron las últimas sustancias que el cuerpo de Michael Jackson consumió en las últimas horas y últimos días antes de su deceso. La DEA, que es un organismo policíaco que hace sus investigaciones independientes a las investigaciones de la policía, en este caso de la policía de California, también está interesada en los resultados del examen final toxicológico, pues hay la presunción de que Michael Jackson haya muerto por una sobredosis de drogas alucinógenas.

Cualquiera que sea el resultado del examen toxicológico, el médico personal del Rey del Pop estará en problemas pues vivía en el mismo Rancho junto a Michael. Lo menos que se podía esperar de él es que supiera y estuviera al tanto y llevara un conteo de todos los medicamentos y hasta drogas alucinógenas que su empleador consumía. Por eso se dice que ya ha nombrado un abogado (el médico) para las turbulencias que vendrán contra él.

También se dice que miembros de la escolta personal de Michael Jackson constantemente le increpaban y registraban por todo el Rancho, le quitaban cualquier jeringa que encontraran y no le permitían endrogarse. Si Michael Jackson se drogaba, tenía que hacerlo a escondidas, dentro de su propia casa.

Al momento de morir, Michael Jackson dejó de respirar, pero tenía pulso. Es decir, el corazón estaba bombeando. Y las costillas fracturadas que arrojó la inspección forense demostraron que fueron rotas por alguien que intentó reanimar un corazón que aún latía. Y lo que Michael Jackson necesitaba era un boca a boca. También resulta extraño que la llamada telefónica al 911 se demoró 30 minutos en ser concretada. La posibilidad de una negligencia médica no es descartable.

Durante los próximos 50 años no pasará una sola hora en nuestro mundo que el nombre de Michael Jackson, pronunciado o escrito, no concurra en cualquier lugar de la tierra.
ramon597@correodecuba.cu

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola Sr. Ramon:

Quiero felicitarlo y decirle lo impresionada que estoy con sus palabras en este artículo. Me alegra saber que aún existen personas que piensan al igual que yo y que no se dejan llevar por lo primero que ven. Estoy de acuerdo con todo lo dicho por usted! Aunque creo que el cambio de color de piel de Michael Jackson de debió al vitiligo, de hecho ya su dermatólogo confirmó que Michael tuvo que acelerar el proceso de despigmentación ya que no quería presentarse ante su fanaticada con la piel como leopardo (con muchas manchas) pero que el quería ser negro.

Sin nada mas que decir, lo felicito nuevamente por su gran publicación!

Saludos desde Puerto Rico!