jueves, 9 de julio de 2009

OPONERSE ES UN DERECHO, Hildebrando Chaviano Montes


El Vedado, La Habana, julio 9 de 2009 (SDP) ¡Que capricho de querer eternizarse en el poder como si fueran los elegidos para determinar, por los siglos de los siglos, lo mejor para el pueblo! Lo hacen sin tomar en consideración ninguna otra idea que no sean las predeterminadas por ellos. Gobiernan con incompetencia total y ven como enemigo a cualquiera que no los acepte sin discutir.

El gobierno totalitario estima que es su derecho experimentar con el país una y otra vez. No importa si cada nuevo experimento es un nuevo desastre. Para eso están ellos ahí, aunque tengan que mentir, amenazar o sencillamente reprimir a las fuerzas opositoras que están preparadas para participar junto a todo el pueblo en una verdadera gestión de gobierno.

Han tenido cincuenta años para demostrar su incapacidad y la del sistema. En estos momentos, vemos el estado en que se encuentran los supuestos logros más cacareados, la salud y la educación.

Hospitales semiderruidos, sucios (con moscas y cucarachas incluidos) y con salones de operación contaminados, falta de especialistas, equipos y medicamentos. Mientras, en el Hospital ¨Cira García¨ y el CIMEQ no falta nada y la higiene es como debería ser en cualquier hospital.

Con la educación pasa lo mismo. Escuelas en mal estado, sin iluminación adecuada, programas de estudio ineficaces impuestos arbitrariamente, profesores y maestros poco estimulados, mal preparados y sin vocación, seleccionados muchas veces de entre los estudiantes de más bajo rendimiento, sin opciones para otras carreras. El resultado es el que podemos ver a diario; deserción escolar, egresados sin los conocimientos requeridos a su nivel, mala formación moral y cívica, etc.

¿Qué ejemplo de sociedad vendemos al mundo? Se hace ver que todo aquí funciona perfectamente y cuando no es así, se debe al ¨bloqueo¨, a la ¨contrarrevolución¨ de adentro y de afuera, a los vagos, a los confundidos y a los traidores. Nunca se puede cuestionar que el ¨bloqueo¨ no es tal, ya que Estados Unidos es el primer exportador de alimentos hacia Cuba y el quinto en mercadería en general. Hasta el papel con que se hace el periódico ¨Granma¨ viene de allá. Si no conceden créditos es principalmente por lo mala paga que son estos señores que les deben a las once mil vírgenes. Por otra parte, Cuba ya tiene mercado para toda su producción exportable, ¿qué podrían venderle a los norteamericanos?

En lo que se refiere a la llamada ¨contrarrevolución¨, durante cincuenta años han sido nombrados así cubanos que de una u otra forma han tratado que las cosas sean mejores para el pueblo, sin conculcar los derechos para los que se hizo la revolución, entre estos, la libertad económica, la libertad de expresión y de asociación y el derecho a cambiar pacíficamente al gobernante cuando este es incompetente.

Los responsables de los fracasos en todos los órdenes sólo pueden ser los que gobiernan. Recordar los planes ganaderos con vacas que producirían más leche y más carne (F1, F2, etc.), cuando antes del año l959 se sacrificaban diariamente alrededor de dos mil reses sólo en la Ciudad de La Habana. Los planes para convertirnos en exportadores de arroz desecando la Ciénaga de Zapata. Los planes azucareros que nos han obligado a importando azúcar hasta de los propios Estados Unidos. Los planes agrícolas con las tierras en poder del Estado y llenas de marabú. La extracción de arena durante años en el litoral norte de La Habana, lo que ha provocado las penetraciones del mar de las cuales se culpa ahora a la naturaleza (quizás a la naturaleza irresponsable de alguien). La deforestación del país por la ¨Brigada Invasora Che Guevara¨, que en una batalla singular arrancó palmas, mameyes, aguacates, mangos, algarrobos, cedros y caobas a todo lo largo de la isla. El programa hidráulico que con sus represas ha provocado la alteración y salinización de los suelos.

Y así una relación interminable de grandes planes seguidos de enormes y sonados fracasos debidos únicamente a decisiones no cuestionables de una mente que en un paroxismo de furia o de euforia, quiso que en el año 62 desapareciéramos en una guerra nuclear.

Ningún hombre es infalible y ningún sistema social es perfecto de por sí, lo único que nos protege de ambos es la posibilidad de cuestionarlos y cambiarlos de ser necesario. La situación actual de nuestro país exige cambios profundos y sin demora.
hildebrando.chaviano@yahoo.com

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