jueves, 2 de julio de 2009

¿PUEDE ELEVARLA?, Ramón Díaz-Marzo



Habana Vieja, La Habana, 2 de julio de 2009, (SDP) El 20 de junio de 2009 a las 13:50:06 horas, CUBACEL me envió el siguiente mensaje: “ETECSA desea conocer su opinión acerca de la calidad del servicio móvil. Le llamaremos a través del 52642266, libre de costo. Agradecemos su colaboración. Remitente: CUBACEL.”

No sé si el mensaje era para todos los usuarios. Supongo que es para un reducido número de usuarios. En mi caso opino que la explicación de haber sido seleccionado para dar una veredicto radica en que recientemente, cuando CUBACEL le envió a todos los usuarios una oferta que comenzaría el pasado 15 de junio y termina el próximo 15 de julio donde invitan a los usuarios a llamar a cualquier parte del mundo por un peso (CUC) más el costo del tiempo en el aire que dure la conversación, como no entendía bien lo del tiempo del aire, llamé al departamento de atención al cliente donde pregunté qué significaba el tiempo de aire y no entendí nada. Pero como el problema de las comunicaciones en Cuba, especialmente en lo que a móvil se refiere, es una urgencia de primer orden para la población que usa este servicio, aproveché para comunicarle a la ejecutiva mis inquietudes y mis inconformidades.

Antes de seguir quiero significar que cuando la voz impersonal de la máquina te dice “y ahora lo pondremos con la EJECUTIVA” tal parece que te van a poner en contacto directo con la Presidenta de ETECSA. En realidad las EJECUTIVAS, en la mayoría de los casos, se enteran de los usos que se les puede dar a un móvil por los propios usuarios cuando establecen empatías en la comunicación.

Lo primero que le pregunté a la EJECUTIVA fue si ella me la podía elevar. La EJECUTIVA en tono de indignación me preguntó qué era lo que yo quería que me elevaran. Entonces le respondí: “mi opinión, que en realidad es una queja”. Le pregunté si ella estaba facultada para elevar la queja que a continuación le iba a formular.

La EJECUTIVA me respondió que quizás no había que elevar nada porque
ella misma solventaría mi queja. Le dije que ojalá en sus manos estuviera el poder de hacer justicia. Pero yo quería estar seguro de que mi queja no quedaría en sus oídos, sino que le daría curso y la elevaría a su jefe inmediato superior. Más pensé que tal vez su jefe o su jefa eran un par de conservadores y comencé a hablar a nivel de Ministro de las Comunicaciones.

Le dije que todo cuanto le iba a decir deseaba le fuera transmitido al Ministro de Comunicación. Creo que la EJECUTIVA estaba asustada, pero me dijo que yo podía comenzar a hablar. Yo le estaba dando tiempo a que buscara una grabadora y la encendiera. De paso señalo que si no tienen una grabadora para grabar las quejas de los usuarios, están muy jodidos. Por supuesto que si mi teléfono está intervenido, como casi seguro lo estoy, la Seguridad del Estado tiene que tener una grabadora que automáticamente se activa cuando me llaman (pocas veces yo llamo). Tienen que tener todos mis mensajes grabados y bien guardados esperando a que yo cometa un solo error, para cuando ellos lo decidan, acabar conmigo.

Y le dije: “La tarifa de mensajería y telefonía móvil que ustedes han implantado dentro del país es una estafa. El pueblo cubano no es millonario. Es de vital importancia que el Ministro de las Comunicaciones revise con los economistas de turno si 16 centavos (en moneda libremente convertible) por un mensaje de 160 palabras es gravoso para un pueblo cuyo sueldo promedio es de 250 pesos en moneda nacional, y si 50 centavos por 30 segundos de conversación (en monedad libremente convertible, que vienen a hacer 12 pesos en monedad nacional) no es un abuso y una falta de respeto para el pueblo que, gracias a la ayuda que recibe del extranjero, es que puede pagar este servicio de telefonía para millonarios.”

La EJECUTIVA trató de aplastarme con el argumento de que cuando yo firmé el contrato estuve de acuerdo en las tarifas. Yo le respondí que haber firmado el documento no necesariamente significa que esté de acuerdo con sus términos ya que en Cuba carecemos de alternativas y el Estado el único dueño y no tiene competidores con lo cual siempre termina por hacer lo que más le venga en gana. Y le expliqué que gracias a la generosidad de unos amigos extranjeros es que había logrado disponer y sostener mi teléfono móvil.

Le dije que cuando ETECSA pasó por mi cuadra poniéndole teléfonos a todo aquel que lo solicitara, el Comité de Defensa de la Revolución de mi cuadra fue quien decidió que yo no podía tener teléfono. Y para no enredar las cosas no le dije a la EJECUTIVA que el Comité de Defensa de la Revolución no me autorizó el teléfono porque ya por esa época era periodista independiente y el CDR lo sabía. Sólo le dije que en mi cuadra sobraron capacidades para poner más teléfonos que en Cuba le llaman: “pares”.

Lo que no le dije a la EJECUTIVA y sí lo digo aquí es que si la Dictadura cubana piensa mantenerse en el poder coartando el libre desarrollo de las comunicaciones tanto en telefonía como en negar el acceso a la INTERNET es posible que lo logren. De hecho lo han logrado. Pero lo bueno que tiene esta vida es que nadie ni nada es eterno. Algún día los que ahora nos oprimen ya no estarán jodiéndoles la vida a los pobres ciudadanos de Cuba, y el desarrollo y la comunicación no serán nunca más un problema o un delito para los cubanos.
ramon597@correodecuba.cu

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