jueves, 20 de agosto de 2009

A CONVENIENCIA, Wilfredo Vallín Almeida

La Víbora, La Habana, 20 de agosto de 2009, (SDP) A medida que el trabajo de la Asociación Jurídica se desarrolla y nos llegan más y más casos, constatamos algo que antes era una sospecha, pero que ahora se torna una realidad tangible: en Cuba, con relación a las leyes del país, lo importante no es lo que se hace, sino quien lo hace.

Según las pragmáticas legales, “todos somos iguales ante la ley” pero, evidentemente, unos resultan más iguales que otros. Para ilustrar esto, creo lo mejor pasar a algunos ejemplos que se explican por sí solos.

En la prisión “Combinado del Este”, Yamíl Domínguez Ramos cumple sanción de diez años de privación de libertad por un supuesto delito de tráfico de personas. No es del caso ahora y aquí analizar las irregularidades que rodearon y siguen rodeando este caso y solo mencionaremos un detalle.

Según la Constitución de la República de Cuba, la ciudadanía cubana se pierde cuando se adquiere la de otro país. Las leyes cubanas NO reconocen que una persona tenga dos ciudadanías, como acontece en otros países. En este sentido, Yamil debió perder la ciudadanía cubana, pues adquirió la norteamericana hace ya varios años atrás. Sin embargo, y esto es claramente visible en los documentos de su sanción, unas veces es tratado por las autoridades cubanas (sobre todo cuando de pagar se trata), como ciudadano norteamericano y otras, cuando es más conveniente, se le da el trato de un nacional.

Un caso tragicómico, (trágico para él y cómico para los que mucho se rieron con su video) es el de Juan Carlos González Marcos (Pánfilo) que ha sido recientemente condenado a dos años de privación de libertad por “peligrosidad social”. Si bien es cierto que la peligrosidad social por dipsomanía se recoge en el código penal cubano, también es cierto que Pánfilo llevaba diez años de borracho y sin trabajar. Después que apareció en un corto video diciendo que lo que hacía falta en Cuba era comida (esto dicho en el argot muy popular), es que se le hace un proceso donde no se menciona para nada ese video, pero se le condena de todas maneras a prisión… ¿por beber o por lo que dijo?

Un tercer ejemplo también reciente es el del Dr. Darci Ferrer. El Dr.Ferrer es un médico que se hizo conocido en el sector opositor dentro y fuera de la Isla sobre todo por convocar los días 10 de diciembre de los últimos años, manifestaciones en saludo al Día Internacional de los Derechos Humanos. Fue arrestado muchas veces pero nunca condenado a prisión por sus actos a favor de los derechos políticos y civiles de los cubanos. Ahora resulta que el Dr.Ferrer es detenido por un delito “común” de muy escasa entidad en sus consecuencias y por la que cualquier persona (que no sea Darci Ferrer) sería condenado a apenas una multa, no más. La realidad de esta detención, muy probablemente, tampoco se tocará en el juicio oral del Dr. Ferrer.

Nada, que esto es… a conveniencia.
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