La Habana, 20 de agosto de 2009 (SDP) Viajar dentro de Cuba es un acto de real valentía. Y no se trata de ir de una provincia a otra, eso hace tiempo que es muy difícil. El problema está en tratar de salvar las distancias entre localidades, barriadas o pueblos vecinos, que siempre tuvieron buena comunicación y desde hace algunos años están prácticamente incomunicadas.
Alquízar es uno de estos sitios en que los lugareños viajan en camiones adaptados para el transporte de personas y en el mejor de los casos en autos particulares, de esos que salen en las películas del oeste norteamericano.
Uno se sus residentes, Noel Gutiérrez, de 63 años comenta como hacen quienes viven en este pueblo para viajar, por ejemplo, hacia Ciudad Habana: “Solamente por una necesidad. - afirma- Si debes ver a un médico en un hospital en La Habana, tienes que ir en auto de alquiler hasta San Antonio de los Baños y luego allí ver que aparece. Puede ser un camión o algún otro carro de alquiler. Pero un servicio de ómnibus entre estos pueblos, y hacia la ciudad, eso hace años que no se ve.”
Una carreta tirada por un tractor, pudiera ser aunque peligrosa, la solución para llegar o salir del pueblo.
“Aquí tu ves a la gente que lo mismo corren detrás un camión, que de una carreta en cualquier cosa –afirma Gutiérrez – porque no hay nada más malo y desesperante que verse uno botado en medio del camino.” Y agrega:
“Estos son pueblos muertos, aquí no hay economía, no hay comida, no hay transporte. Hace un mes que tampoco tenemos agua. Hay que esperar por un chorrito que a veces sale por una pila muy pegada al piso y con ese poquito tienes que asearte y almacenar para hacer la comida. ¿Una respuesta de las autoridades, ninguna? ¿Y pipas de agua?, (Carros cisternas) tampoco.
En estos momentos la persecución es constante contra los vendedores ambulantes, contra el mercado negro. Y me pregunto. ¿De que vamos a vivir? Si los inspectores o la policía te cogen vendiendo aguacate, aunque la mata sea de tu patio, te argumentan que es ilegal y enseguida viene una multa, que su monto varía según las circunstancias. Esta es una zona agrícola, y aquí los precios del agro son prácticamente los mismos que en cualquier parte. Una libra de boniato cuesta 80 centavos y la de malanga a 2.50 pesos.”
Con expresión de tristeza enfatiza: “En este pueblo la juventud ha emigrado en masas por estas playas que tenemos cerca, por donde quiera. Se van porque realmente no tienen futuro.
Ahora se habla que van a quitar los comedores obreros y los de las escuelas. Eso va a agravar grandemente la situación de miles de familias pobres que malamente hasta ahora comían una vez al día, después de esta medida pienso que ni eso.”
Alquizar es un poblado situado en la costa sur de la Provincia de La Habana. Según datos aproximados, tiene una población de 30 000 habitantes. Sus calles y aceras ahuecadas dan la impresión de una zona bombardeada.
Según cuentan algunos de sus moradores, los baches en las calles han sido tan grandes e históricos que hace algún tiempo en uno de estos que almacenaba gran cantidad de agua de lluvia, alguien colocó un cartel en el que podía leerse: “Se prohíbe la pesca.”
amarilisrey@yahoo.comAlquízar es uno de estos sitios en que los lugareños viajan en camiones adaptados para el transporte de personas y en el mejor de los casos en autos particulares, de esos que salen en las películas del oeste norteamericano.
Uno se sus residentes, Noel Gutiérrez, de 63 años comenta como hacen quienes viven en este pueblo para viajar, por ejemplo, hacia Ciudad Habana: “Solamente por una necesidad. - afirma- Si debes ver a un médico en un hospital en La Habana, tienes que ir en auto de alquiler hasta San Antonio de los Baños y luego allí ver que aparece. Puede ser un camión o algún otro carro de alquiler. Pero un servicio de ómnibus entre estos pueblos, y hacia la ciudad, eso hace años que no se ve.”
Una carreta tirada por un tractor, pudiera ser aunque peligrosa, la solución para llegar o salir del pueblo.
“Aquí tu ves a la gente que lo mismo corren detrás un camión, que de una carreta en cualquier cosa –afirma Gutiérrez – porque no hay nada más malo y desesperante que verse uno botado en medio del camino.” Y agrega:
“Estos son pueblos muertos, aquí no hay economía, no hay comida, no hay transporte. Hace un mes que tampoco tenemos agua. Hay que esperar por un chorrito que a veces sale por una pila muy pegada al piso y con ese poquito tienes que asearte y almacenar para hacer la comida. ¿Una respuesta de las autoridades, ninguna? ¿Y pipas de agua?, (Carros cisternas) tampoco.
En estos momentos la persecución es constante contra los vendedores ambulantes, contra el mercado negro. Y me pregunto. ¿De que vamos a vivir? Si los inspectores o la policía te cogen vendiendo aguacate, aunque la mata sea de tu patio, te argumentan que es ilegal y enseguida viene una multa, que su monto varía según las circunstancias. Esta es una zona agrícola, y aquí los precios del agro son prácticamente los mismos que en cualquier parte. Una libra de boniato cuesta 80 centavos y la de malanga a 2.50 pesos.”
Con expresión de tristeza enfatiza: “En este pueblo la juventud ha emigrado en masas por estas playas que tenemos cerca, por donde quiera. Se van porque realmente no tienen futuro.
Ahora se habla que van a quitar los comedores obreros y los de las escuelas. Eso va a agravar grandemente la situación de miles de familias pobres que malamente hasta ahora comían una vez al día, después de esta medida pienso que ni eso.”
Alquizar es un poblado situado en la costa sur de la Provincia de La Habana. Según datos aproximados, tiene una población de 30 000 habitantes. Sus calles y aceras ahuecadas dan la impresión de una zona bombardeada.
Según cuentan algunos de sus moradores, los baches en las calles han sido tan grandes e históricos que hace algún tiempo en uno de estos que almacenaba gran cantidad de agua de lluvia, alguien colocó un cartel en el que podía leerse: “Se prohíbe la pesca.”
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